¡®La puerta de al lado¡¯, el salto a la comedia de Sergio Peris-Mencheta
El actor y dramaturgo adapta el texto de Fabrice Roger - Lacan en su nueva obra, protagonizada por Pablo Chiapella y Silvia Mars¨®
"Es una historia de amor donde queda claro desde la primera escena que se van a liar". Sergio Peris-Mencheta desvela sin miramientos el final de su nueva obra, La puerta de al lado. Lo hace desde la primera escena del montaje y en su presentaci¨®n ante los periodistas en el teatro Marquina, donde estar¨¢ en cartel desde hoy. Si el texto se sustenta no es por el romanticismo, alejado del ideal convencional. Ni siquiera por el humor, directo, sin estridencias, inteligente. "Lo interesante de La puerta de al lado es ver c¨®mo dos polos opuestos, que se empe?an en encontrar una media naranja similar a sus gustos, van acerc¨¢ndose hasta darse cuenta de que lo que necesitan se encontraba en alguien con quien no tienen nada en com¨²n", explica el actor y dramaturgo. Con esa idea, Peris-Mencheta recurre a "esa figura gastron¨®mica tan en boga estos a?os como es la deconstrucci¨®n, pero aplicada a una relaci¨®n y en forma de comedia de sal¨®n".
Fabrice Roger-Lacan, nieto del psicoanalista franc¨¦s Jacques Lacan, es el culpable de que Peris-Mencheta, director de las apabullantes Tempestad y Un trozo invisible de este mundo, cambie completamente de registro. Se atreve ahora con un g¨¦nero que en principio, no le "lat¨ªa especialmente", una comedia de sof¨¢. Lacan es el autor de la obra original, que el director espa?ol empez¨® a leer por casualidad y a traducir del franc¨¦s.
Pablo Chiapella y Silvia Mars¨® dan vida a dos vecinos separados por un muro invisible. No tienen casi nada en com¨²n, y cuanto m¨¢s se conocen, menos se soportan. Ella es psic¨®loga, cuadriculada y, en palabras de Mars¨®, "tiene una limitaci¨®n absoluta en la comunicaci¨®n con los dem¨¢s. Es bastante desagradable". ?l es jefe de marketing en una empresa de yogures, fiestero y seductor. Con una enorme carencia, explica Chiapella. "No tiene problemas para relacionarse, ni para ligar. Pero no sabe c¨®mo encontrar el amor".
Nada nuevo en la tem¨¢tica, pero s¨ª en el tratamiento de la historia. "Si Rajoy sacara al Pablo Iglesias que lleva dentro y viceversa, se entender¨ªan un poquito mejor". Con este curioso s¨ªmil pol¨ªtico, Peris-Mencheta simplifica su principal pretensi¨®n al adaptar la obra. "Esto es una sesi¨®n de terapia rec¨ªproca. Cada uno reniega del otro y es imposible que vivan en paz sin aceptar su lado oscuro", apunta Sergio Peris-Mencheta, que cuenta que se ha mantenido fiel a la obra de Lacan, excepto por la incorporaci¨®n de un tercer personaje en el montaje. "Me apetec¨ªa que hubiera un ¨¢rbitro de tenis que diera un punto de vista fr¨ªo, frente a la mirada caliente y subjetiva del patio de butacas". Litus Ruiz "hace que la m¨²sica se vea", comenta el dramaturgo, pero tambi¨¦n cumple la funci¨®n de narrador y acotador de los conflictos del desavenido d¨²o protagonista.
Subyace un tercer v¨¦rtice en el texto en el que director y actores inciden especialmente. "Hay una cr¨ªtica impl¨ªcita a la soledad a la que nos ha conducido tener tantas posibilidades cibern¨¦ticas. Internet ha aportado muchas cosas positivas, pero no ha conseguido unir a las personas", desarrolla Silvia Mars¨®. Cara a cara, los protagonistas se detestan cordialmente, pero, sin saberlo, el anonimato de una p¨¢gina de contactos los acerca irremediablemente aunque no lo pueden ver por un muro invisible de prejuicios tan real como la vida. El director lo explica con una reflexi¨®n. "Para m¨ª la felicidad est¨¢ en el otro, en aceptar que aquello que odias del otro tambi¨¦n lo tienes t¨² y que hay que aceptarlo. Lo que yo detesto de los dem¨¢s es lo que tengo en la pared contigua y el diamante y la felicidad est¨¢n en el otro lado, sin yo querer aceptarlo". Esa premisa se resume en una frase gu¨ªa de la que Peris-Mencheta parti¨® al adaptar la obra. "Yo no puedo pretender que las cosas cambien si quiero seguir llevando raz¨®n".?
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