Triunfal alternativa de Soler, que sali¨® a hombros con Juan Jos¨¦ Padilla
Los toreros, incluido Paquiri, derrocharon voluntad ante toros nobles y un p¨²blico generoso
Un rosario de hierros en la tercera de abono. Hasta cuatro diferentes, aunque todos del mismo saco. Es decir, variedad de divisas, pero en el fondo y tambi¨¦n en la forma, todo lo mismo. Nada nuevo bajo el sol.
Tom¨® la alternativa el torero local Vicente Soler, a quien sus paisanos apoyaron toda la tarde. Algo l¨®gico, claro. En el toro de la ceremonia, Soler intent¨® sujetar los nervios propios del d¨ªa. Super¨® el trance con una firme voluntad. Tampoco era para menos. Se fue a porta gayola a recibirlo, en un gesto que delataba su predisposici¨®n. Pero se frustr¨® la cosa porque el toro se desvi¨® del encuentro. Todo lo que vino despu¨¦s fue un derroche de voluntad. Discreto con la capa, estuvo seguro y f¨¢cil con los palos, aunque el tercer par, al viol¨ªn, saliera desafinado. Lo enmend¨® con un cuarto, al cambio, que result¨® limpio. Tras la cesi¨®n de trastos, Soler mont¨® una faena de intentos. No fue ese toro un colaborador para d¨ªa y faena de alternativa. Se qued¨® cortito y reneg¨® m¨¢s de la cuenta. Soler, sin renunciar a nada, se justific¨®. No result¨® faena de enganchar a la gente, ni siquiera arranc¨® nunca de veras. Alg¨²n apurillo sorte¨® el nuevo matador, que acab¨® discreto.
Buen toro fue el que cerr¨® plaza. Bueno por su bondad, aunque no destilara gran clase. Soler, ya con los nervios bajo control, se encontr¨® m¨¢s a gusto. Largas de rodillas para empezar, un quite por ortecinas, tres pares de notable seguridad. Y el p¨²blico, ya entregado sin condiciones. La faena fue otra lecci¨®n de voluntad y amor propio, a falta de otras virtudes. Pero fue sincera a rabiar. Una serie con la mano izquierda fue lo de mejor factura. Luego, con la plaza volcada y la faena ya cumplida, llegaron los rodillazos para poner mayor nota de calor. El espadazo final, feo bajonazo, no fue raz¨®n para que el paisanaje pidiera las dos orejas. La presidencia, generosa por la causa, las concedi¨®.
Las dos faenas de Padilla estuvieron cortadas por el mismo patr¨®n: populistas, llenas de fogosa voluntad. De muchos pases en ambas. Y de conexi¨®n directa con la gente. Actitud absoluta. Lo dio todo y se vaci¨®. Al segundo de la tarde le factur¨® unos cuantos rodillazos de inicio que pusieron a la gente a su favor. Despu¨¦s, un pu?ado de muletazos donde entraron todos los colores y calidades. Con el toro entregado, aunque sin clase, Padilla ech¨® mano de los recursos de torero veterano y c¨®mplice del tendido. Los circulares finales, con el toro enganchado a la cintura, resonaron en el tendido. Eco de lo popular, en fin. Un descuido, tras entrar a matar, le pudo costar un disgusto: el toro quiso hacer por ¨¦l, pero no lo logr¨®.
Cuatro ganader¨ªas/ Padilla, Paquirri, Soler
Toros de Hermanos Garc¨ªa Jim¨¦nez, 1?, Olga Jim¨¦nez, 5? y 6?, Pe?a de Francia, 2? y 3?, y Jos¨¦ Luis Marca, sobrero que hizo cuarto, justos de tipo, aunque bien armados, excepto el sobrero que fue muy c¨®modo de pitones. Nobles en l¨ªneas generales, no ofrecieron resistencia.
Juan Jos¨¦ Padilla: estocada traserilla (oreja); entera trasera (oreja).
Paquirri: dos pinchazos _aviso_ (silencio); entera (saludos con fuerte divisi¨®n).
Vicente Soler, que tom¨® la alternativa: pinchazo y casi entera trasera y ca¨ªda (saludos); casi entera muy baja (dos orejas). Sali¨® a hombros en uni¨®n de Padilla.
Plaza de Castell¨®n. 3 de marzo. Tercera de abono de la Feria de la Magdalena. Media entrada larga.
Con el sobrero, un jabonero sucio de capa, Padilla aplic¨® la misma medicina. Una larga cambiado de rodillas de saludo y, despu¨¦s, tras el puyazo de tr¨¢mite, un quite de faroles invertidos muy colorido. Con la gente siempre de su parte, Padilla se dispuso otra vez de rodillas para comenzar la faena. El toro, noble y con recorrido incondicional, se lo puso en bandeja a Padilla. La faena fue otra demostraci¨®n de voluntad. Por la derecha, con circulares envolventes, ligeros de temple. Por la izquierda le salieron tres naturales que fue lo mejor de todo, pero la serie no termin¨® de rematarse. De vuelta a lo que el p¨²blico m¨¢s gustaba, la faena retom¨® su aire inicial. Otra vez sali¨® Padilla trompicado al matar, y perseguido, sin mayores consecuencias. A sus dos toros los banderille¨® Padilla con soltura, mejor en el cuarto. En el segundo comparti¨® tercio con Soler, con m¨¢s discreci¨®n ambos que otra cosa.
El tercero de la tarde fue un bomb¨®n que dej¨® a Paquirri campar a sus anchas. Unos doblones iniciales, con estilo, dejaron al toro listo para que Paquirri encontrara su posici¨®n. La faena tuvo reposo y cierto gusto en algunos pasajes. Aprovech¨® la noble inercia del toro para componer. El toro, bueno pero con la vista siempre puesta en los adentros, colabor¨® por la causa. Terrenos diferentes tuvo esa faena, que acab¨® dentro del tercio con Paquirri echando de galer¨ªa para conquistar a un p¨²blico f¨¢cil.
El quinto derrib¨® en la primer entrada al caballo y fue castigado en la segunda sin contemplaciones. Dur¨® castigo que acus¨® el toro para los restos. Noble tambi¨¦n ese toro, dej¨® estar a Paquirri. La faena, siempre condicionada por la paliza recibida, fue, como mucho, pulcra. Sin llegar al p¨²blico y sin romper. Basada sobre la derecha. Sin apreturas ni mayores compromisos. Tampoco el toro ped¨ªa m¨¢s. Ni pod¨ªa.
Babelia
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