Lima: a?os noventa
Todo es magistral en 'Cinco esquinas', obra que transparece la sabidur¨ªa maliciosa de un veterano y su inventiva inagotable y nueva
En 1990, los candidatos Alberto Fujimori y Mario Vargas Llosa contendieron por la presidencia de Per¨². Como es sabido, gan¨® el primero, pero el a?o 2000 se produjo la ca¨ªda del dictador y vinieron los tiempos de bonanza que comentan los acaudalados personajes de Cinco esquinas en un cap¨ªtulo titulado ?¡®?Happy End?¡¯, quiz¨¢ porque en pol¨ªtica no hay nada feliz del todo o porque sus vidas individuales est¨¢n a punto de enredarse en un l¨ªo que puede ser suculento o lamentable. No es verdad lo que el autor ha inventado en la novela como final de Fujimori y de su siniestro jefe de operaciones, el Doctor (que se llamaba Vladimir Ilich Montesinos, era militar de carrera y abogado fullero, adem¨¢s de uno de los personajes m¨¢s siniestros del muy poblado infierno latinoamericano del ¨²ltimo siglo), pero la justicia po¨¦tica tiene verosimilitud moral, que es lo que importa. La venganza, ha debido de pensar el autor al evocar los d¨ªas de su antiguo rival, es manjar que se sirve fr¨ªo.
Sus dos ¨²ltimas novelas han regresado a Per¨². Lo advertimos en el uso de sabrosos modismos y en la precisi¨®n de los nombres de lugar, recorridos o detalles, que delatan lo grato del retorno y que quiz¨¢ sean tambi¨¦n una cortes¨ªa hacia los lectores peninsulares poco familiarizados con el callejero de Lima o la gastronom¨ªa peruana. El h¨¦roe discreto (2013) fue un gozoso reencuentro con Piura, la ciudad del final de su ni?ez, y con un pa¨ªs que se hab¨ªa convertido en una sociedad pr¨®spera y m¨¢s abierta. Cinco esquinas repasa un tiempo doloroso y el espacio que vivi¨® en su juventud bohemia: aquel es el de la decadencia de Fujimori en los a?os de hierro del terrorismo; el espacio es el c¨¦ntrico enclave urbano que da t¨ªtulo a la novela, que en los a?os sesenta comenz¨® su decadencia en beneficio de la periferia urbana. Los personajes de la obra se reparten entre el viejo barrio donde habitan los periodistas que publican cuanta carro?a encuentran por cuenta del Doctor; en los barrios elegantes viven los millonarios. Ni unos ni otros son lo que parecen porque en las novelas de Vargas Llosa suele haber una prueba moral que, debidamente superada, redime de culpas pasadas: la Retaquita no es solamente una periodista que compensa su desastrado f¨ªsico con la agresividad, sino la que convertir¨¢ el reporterismo bajuno en arma de redenci¨®n colectiva; Enrique C¨¢rdenas, v¨ªctima de un repugnante chantaje, no es un millonario ocioso, sino un empresario honrado que seguir¨¢ prosperando cuando la miseria acabe. Tambi¨¦n la Retaquita conoce su recompensa y quiz¨¢ la tenga incluso el pobre viejo Juan Peineta, la v¨ªctima de todo, pero que lograr¨¢ el indulto del asesinato que no cometi¨®. Quiz¨¢ ese perdedor que fue recitador de poes¨ªas y, para su desdicha, se convirti¨® en payaso del Tr¨ªo Los Chistosos sea la m¨¢s conmovedora figura de esta novela.
Sus dos ¨²ltimas novelas han regresado a Per¨². Lo advertimos en el uso de sabrosos modismos y en la precisi¨®n de los nombres de lugar, recorridos o detalles
El libro encierra, como otros del escritor, una gran variedad de registros: pol¨ªtico, dram¨¢tico, burlesco¡ Y no falta una historia de sexo, que es una de las mejores que ha escrito en ese g¨¦nero de pornograf¨ªa suave (como un manga dieciochesco de Hokusai) que, desde que Alberto Fern¨¢ndez escrib¨ªa novelitas er¨®ticas para sus compa?eros del colegio Leoncio Prado (en La ciudad y los perros), viene siendo una constante de su escritura. Aqu¨ª trata de un d¨²o amoroso femenino que acaba en tr¨ªo, a trav¨¦s de escenas de una comedia er¨®tica que parece flotar siempre sobre la sordidez del ambiente. En cuestiones de Eros no hay culpas, ni ego¨ªsmos, ni castigos: la transgresi¨®n reaviva amores desgastados y ayuda a recobrarse moralmente a la v¨ªctima de un chantaje; quiz¨¢ al final resuelva en un atrevido cuarteto lo poquito que les falta a todos para lograr la felicidad. Los muchos registros est¨¢n admirablemente revueltos en esta novela, como en el cap¨ªtulo ¡®Un remolino¡¯, donde Vargas va juntando los hilos en forma de escenas fragmentadas que se suceden sin pausa en un magistral accelerando de la acci¨®n, ya de cara a su final. Pero, en rigor, todo es magistral en esta novela que transparece la sabidur¨ªa maliciosa de un escritor veterano y la inventiva inagotable y nueva del que nos deslumbr¨® hace algo m¨¢s de medio siglo.
Cinco esquinas. Mario Vargas Llosa. Alfaguara. Madrid, 2016. 320 p¨¢ginas. 20,90 euros
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