Del azul al blanco
Alserkal Avenue, el distrito del arte de Dub¨¢i, duplica su espacio y amplia proyectos
Primero fue la sorpresa de ver instalarse unas galer¨ªas de arte en medio de la zona industrial de Al Quoz, en Dub¨¢i. Ahora es la ampliaci¨®n del que se ha convertido en el m¨¢s destacado distrito cultural en Oriente Pr¨®ximo. Alserkal Avenue ha duplicado su espacio hasta los 45.000 metros cuadrados y en su presentaci¨®n en sociedad, coincidiendo con la feria Art Dubai, destaca la llegada de varios galeristas internacionales, as¨ª como la apertura de estudios y talleres, adem¨¢s de proyectos no comerciales, entre ellos dos colecciones privadas y becas para artistas.
La extensi¨®n del espacio se aprecia en el cambio de color. El azul del proyecto inicial ha dejado paso al blanco en las nuevas instalaciones, dise?o de Philip Logan y con un coste de 12,5 millones de euros. El lugar era a finales del siglo pasado una marmoler¨ªa propiedad de la familia Alserkal, pero cuando lleg¨® el momento de desarrollar la zona su elecci¨®n fue inusual.
¡°En mis viajes me llamaron la atenci¨®n los distritos art¨ªsticos de Shoreditch en Londres y de Meatpacking en Nueva York. As¨ª que me plante¨¦: ?por qu¨¦ no en Dub¨¢i?¡±, recuerda el fundador, Abdelmonem Bin Eissa Alserkal, en su despacho con vistas sobre el conjunto.
Sin embargo, a diferencia de esos barrios, que surgen a iniciativa de los propios artistas, a menudo en busca de rentas m¨¢s baratas, Alserkal es una empresa privada. ¡°El proceso es distinto¡±, admite Abdelmonem, ¡°aunque en ambos casos tiene en com¨²n la mayor atracci¨®n de los precios para que las galer¨ªas se instalen en una zona industrial¡±.
?Es el arte un negocio? ¡°Pregunte a los galeristas¡±, responde el empresario, ¡°nos hemos desarrollado juntos, pero son las galer¨ªas las que asumieron el riesgo de venir aqu¨ª¡±. Del ¨¦xito del proyecto inaugurado en 2007 da fe el hecho de que haya recibido 400 solicitudes para los 50 nuevos espacios. ¡°Es una expansi¨®n impulsada por la demanda¡±, explica. Eso es lo que ha permitido que su equipo, al frente del cual se encuentra Vilma Jukurte, haya podido seleccionar aquellas propuestas que ¡°a?aden valor a la escena art¨ªstica¡±. Alserkal quiere mantener su esp¨ªritu emprendedor, con ra¨ªces locales y ambici¨®n global.
¡°El objetivo es albergar a los mejores tanto en galer¨ªas como en artistas¡±, defiende Abdelmonem.
As¨ª ha llegado desde Nueva York la galer¨ªa de Leila Heller, cuyo hijo Alex explica c¨®mo 25 a?os despu¨¦s de haber descubierto a Y.Z. Kami (el pintor irano-americano nacido Kamran Youssefzadeh) vuelve a exponer su obra en esta puesta de largo en Dub¨¢i. ¡°Ha sido la primera exposici¨®n de Kamran a la que han podido asistir sus padres¡±, cuenta como an¨¦cdota. Pero tambi¨¦n el estudio del grafitero egipcio eL Seed, o el proyecto sin ¨¢nimo de lucro con la Fundaci¨®n Jean-Paul Najar para exhibir las 600 obras con que cuenta esa colecci¨®n privada. A la vez que obras encargadas espec¨ªficamente para el distrito, como The Circle Game de Mary Ellen Carroll, que requiere subir a una plataforma de 15 metros de altura para observarse.
¡°Buscamos diversificar e involucrar a la comunidad local¡±, apunta Jukurte.
Tambi¨¦n ampliar el espacio creativo. ¡°Dentro del distrito trabajamos con mayor libertad¡±, explica Tairone Bastien, director de programaci¨®n. Por ejemplo, el arte callejero, sometido a restricciones en Dub¨¢i, es posible en el entorno de Alserkal Avenue, incluso objeto de encargo como en el caso la obra Mis vecinos del emirat¨ª Mohamed Kazem, que se exhibe bajo la ventana del despacho de Abdelmonem. ¡°Es diferente que en Europa¡±, reconoce el empresario. Aunque tambi¨¦n Dub¨¢i est¨¢ cambiando.
¡°Ha sido apasionante ver c¨®mo evolucionaba la escena art¨ªstica durante los ¨²ltimos diez a?os y hemos tenido el privilegio de contribuir a ello¡±, resume Abdelmonem.
Los galeristas, por su parte, conf¨ªan en que la ampliaci¨®n de Alserkal anime el mecenazgo en la regi¨®n. ¡°Los artistas no tienen muchas oportunidades en esta parte del mundo. As¨ª que no solo necesitamos compradores, sino mecenas¡±, conf¨ªa Yasmin Attasi del espacio Green Art.
Babelia
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