Ugo Mulas y el misterioso acto de la creaci¨®n
Comprender a los artistas fue su oportunidad para convertirse ¨¦l mismo en uno de ellos. La Fundaci¨®n Cartier-Bresson expone la obra de este artista que renov¨® la fotograf¨ªa
La primera vez que cogi¨® una c¨¢mara fue por casualidad. Ugo Mulas (Brescia 1928- Mil¨¢n 1973) era entonces un estudiante de leyes, cuando un conocido le prest¨® una y tras simples explicaciones acerca de su funcionamiento le anim¨® a utilizarla. Ocurri¨® en el caf¨¦ Jamaica de Mil¨¢n, en 1948, donde el joven sol¨ªa acudir con un libro de poemas en su bolsillo, en busca de la compa?¨ªa de los artistas. All¨ª, comenz¨® su corta pero intensa carrera; su afici¨®n por observar, analizar y descifrar a los artistas y a su universo. Afici¨®n que le convirti¨® en uno de ellos a trav¨¦s de la fotograf¨ªa.
No solo lleg¨® a ser un gran fot¨®grafo, sino que ¡°fue el primero en desarrollar una lectura cr¨ªtica del artista y del sistema art¨ªstico a trav¨¦s de la fotograf¨ªa. Y haci¨¦ndolo subray¨® la importancia de la fotograf¨ªa como lenguaje del arte en un momento, a finales de los 60, en que el arte conceptual estaba entrando en escena¡±, explica Giuliano Sergio, comisario de?Ugo Mulas, La Photographie. La exposici¨®n recoge la obra del artista italiano y puede verse en la Fundaci¨®n Henri Cartier-Bresson. Re¨²ne varias de las im¨¢genes que Mulas seleccion¨®, para la publicaci¨®n de La Fotograf¨ªa (Einaundi, 1973), ya un cl¨¢sico de la fotograf¨ªa, testimonio de su obra y sus reflexiones. Reconocido como uno de los grandes de la fotograf¨ªa italiana del siglo pasado, su figura es pr¨¢cticamente desconocida en nuestro pa¨ªs (ha sido expuesta solamente una vez, con motivo de PhotoEspa?a en 2009).
El pintor Max Ernst se apoyaba en la barandilla de un vaporetto en Venecia, cuando Mulas le sorprendi¨® con su c¨¢mara y capt¨® la soledad de aquel que sabe ver lo que el resto no vemos envuelto en la cotidianidad de la gente normal, pero el joven italiano ansiaba ir mucho m¨¢s all¨¢ en la profundidad de sus retratos. Era el primer a?o que Mulas documentaba la Bienal de Venecia, atra¨ªdo por aquel universo del arte que inconscientemente pretend¨ªa desentra?ar. Al tiempo documentaba la vida de las calles italianas, empapado por la est¨¦tica neorrealista en auge de aquellos d¨ªas. Fue en la edici¨®n de la Bienal de 1964 cuando conoci¨® al galerista Leo Castelli y al cr¨ªtico Alan Salomon. Quiso entonces ser testigo de aquello que ocurr¨ªa en los estudios de los artista neoyorquinos, y sin saber ingl¨¦s, el fot¨®grafo march¨® a Nueva York dispuesto a desvelar los secretos de los pintores con su mirada e intuici¨®n como ¨²nica herramienta. ¡°Cuando fotograf¨ªo a los artistas, no me interesa hacer el t¨ªpico retrato, lo que me interesa es dejar claro la conexi¨®n del artista con su obra, es decir, intento averiguar cual de sus actitudes es crucial. Para algunos pintores es m¨¢s importante lo que no hacen que lo que hacen. Por ejemplo, de nada sirve fotografiar a Newman dibujando una de las l¨ªneas que divide el espacio de su obra, cualquiera puede imaginarse como lo hace. Es m¨¢s curioso mostrar lo meticuloso que es, organizando su estudio antes de comenzar a trabajar¡±, escrib¨ªa el artista.
Fotografi¨® a Rauschenberg, a Rosenquist, a Jasper Johns, a Stella, a Dime y a Lichtenstein, entre otros. La creatividad fue sustituyendo al artista como objeto y de esta forma dio origen a un retrato que va mucho m¨¢s all¨¢ de lo emocional, lo que Umberto Eco denomin¨® ¡°un retrato cr¨ªtico que trata sobre la estrategia de la obra, donde el artista que trabaja entra en escena solo cuando su gesto forma parte de la estrategia¡±. Comenz¨® as¨ª a hacer cr¨ªtica de arte a trav¨¦s de la imagen fotogr¨¢fica en vez de la palabra. Fue Andy Warhol, uno de los artistas que m¨¢s le impresion¨®. ¡°El hecho de que la escena pop reflexionase sobre el papel de la imagen en el arte, era algo muy importante para un fot¨®grafo como Mulas, ya que hasta los a?os 60, el fot¨®grafo segu¨ªa siendo considerado como un mero productor de im¨¢genes¡±, se?ala Sergio. Mulas se percat¨® de que la fotograf¨ªa hab¨ªa dejado de ser un elemento neutral que tend¨ªa a ser central a medida que el arte conceptual ganaba adeptos. Fueron Castelli y Salomon los que le indicaron que artistas deb¨ªa visitar. ¡°Mulas insisti¨® en fotografiar a Marcel Duchamp. Consideraba que Duchamp era el art¨ªfice detr¨¢s de esta escena. Aunque ya no trabajara, ni tuviese nada que ver con la cultura pop. Esto fue una decisi¨®n cr¨ªtica que tom¨® Mulas, una decisi¨®n cr¨ªtica a trav¨¦s de su fotograf¨ªa¡±, subraya Sergio.
Lucio Fontana no quiso que le fotografiase mientras acuchillaba el lienzo, y le sugiri¨® que lo hiciese en el momento justo antes de hacerlo; el momento preparatorio, en el que agarraba la cuchilla antes de acercarse a la tela resultaba ser m¨¢s decisivo para el resultado final de la obra. A cambio Mulas sugiri¨® a Fontana que le permitiese fotografiarle de espaldas, simulando el momento que va a comenzar a rasgar la obra, cuando el concepto de la elaboraci¨®n ya ha sido procesado por el artista y est¨¢ claro. ¡°En el momento en que dos aspectos de las acci¨®n se encuentran; el concepto precursor, y la ejecuci¨®n, cuando el concepto se convierte en realidad¡±, explicaba el fot¨®grafo. De aqu¨ª sali¨® una serie de im¨¢genes, que el artista present¨® sin ocultar que hab¨ªan sido escenificadas. ¡° Esto supon¨ªa una ruptura con los fot¨®grafos de una generaci¨®n anterior, como por ejemplo Cartier- Bresson, que de alguna manera lo hubiesen calificado de falsificaci¨®n. Pero Mulas hizo de ello una firma. Era la creaci¨®n de una representaci¨®n del arte. Esto era un tema crucial a finales de los 60, cuando muchos artistas se cuestionaban el sistema del arte¡±, a?ade Sergio.
La experiencia americana result¨® en un libro y una exposici¨®n, New York, the New Art Scene. La gran innovaci¨®n de la exposici¨®n fue la presentaci¨®n de siete hojas de contactos impresas en papel, ampliadas a tama?o individual. Estas no se presentaban con la intenci¨®n de desvelar su mecanismo de trabajo, sino como obras independientes, con un discurso propio, complejas e innovadoras por si solas. El fot¨®grafo dir¨ªa que fueron las muchas horas que pas¨® en los estudio de los artistas ¡°las que precipitaron su deseo de penetrar en la naturaleza de la fotograf¨ªa.¡±
A partir de 1970, en la recta final de su vida, Mulas comenz¨® a tomar im¨¢genes donde la fotograf¨ªa se convierte en sujeto en s¨ª misma: ¡°una especie de an¨¢lisis de las operaciones de la fotograf¨ªa destinadas a identificar los elementos b¨¢sicos y su significado intr¨ªnseco¡±, explicaba el autor. Esta serie conocida como Verificaciones, que dedic¨® a Niepce (autor junto a Daguerre del primer proceso fotogr¨¢fico) consolid¨® el car¨¢cter renovador de su obra y su precoz entendimiento del potencial de la fotograf¨ªa como elemento cr¨ªtico y esencial del arte.
Ugo Mulas La Photographie. Fondation Henri Cartier-Bresson, Par¨ªs. Desde el 15 de enero hasta el 24 de abril.
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