El artista que siempre busc¨® su propia voz

Iggy Pop lleva tiempo aceptando p¨²blicamente que ya no encaja en una industria musical que no deja sitio para los veteranos si no salen rentables. Por otra parte, los castigos a los que ha sometido a ese cuerpo que al final no era de caucho le est¨¢n pasando factura. Cuando se acerca el momento de decir adi¨®s, Pop se despide con uno de sus mejores ¨¢lbumes desde Lust for Life, grabado bajo el mecenazgo de Bowie en 1977.

Iggy ha construido parte de su perfil legendario gracias a una energ¨ªa inagotable, un f¨ªsico que parec¨ªa sobrenatural, una personalidad arrolladora. Sin embargo, cuesta trabajo encontrar ¨¢lbumes consistentes en su discograf¨ªa en solitario. Tras la etapa berlinesa con Bowie, sus intentos de adaptarse a la new wave dejaron tan solo un ¨¢lbum notable ¡ªNew Values, 1978¡ª adem¨¢s de unas pocas canciones para recordar. En 1986, Bowie volvi¨® para su rescate comercial. Logr¨® que brillara con Blah Blah Blah, obra que, al igual que las suyas de esa ¨¦poca, soporta mal el paso del tiempo. Iggy hizo despu¨¦s rock duro, y luego, bajo la batuta de Don Was, otro gran ¨¦xito con el ¨¢lbum Brick by Brick (1990), donde sonaba lo suficientemente controlado como para intentar venderlo de una vez a las masas. Otro triunfo sin continuidad, seguido de m¨¢s t¨ªtulos irregulares o flojos. Y lleg¨® la fiebre nost¨¢lgica de 2000 y The Stooges se reunieron para hacerle ¡ªcomo suele ocurrir en estos casos¡ª un flaco favor a su leyenda. Pero en ning¨²n sitio est¨¢ escrito que los pioneros ignorados en su d¨ªa no tengan derecho a una compensaci¨®n econ¨®mica por sus servicios, as¨ª que Iggy sigui¨® explotando su reputaci¨®n sin miedo a convertirse en una caricatura de s¨ª mismo.

Fan ac¨¦rrimo de Sinatra, interesado en muchas m¨¢s formas musicales de las que su clich¨¦ permite ver, Iggy Pop ha grabado chanson y tambi¨¦n ha realizado duetos con pr¨¢cticamente todo bicho viviente, una lista que va de Fran?ois Hardy a Ke$ha. Ahora se despide haciendo algo que otros cl¨¢sicos del rock deber¨ªan plantearse m¨¢s a menudo: dejarse arropar por admiradores que podr¨ªan ser sus hijos. Nunca sabremos c¨®mo sonar¨¢ un disco de los Stones producido por Jack White o Black Keys, ni uno de Bowie grabado con James Murphy, as¨ª que reconozc¨¢mosle a Iggy el gesto de elegir a Josh Homme para grabar Post Pop Depression y poder sonar, al fin, como merece.