Los Chillida lamentan el trato al escultor en el Pa¨ªs Vasco
Una galer¨ªa expone 20 obras procedentes del museo Chillida-Leku
Un bronce de 1948 y varias 'gravitaciones' en papel de 1997 acotan en el tiempo la exposici¨®n de 40 obras de Eduardo Chillida (San Sebasti¨¢n, 1924-2002) que acoge la madrile?a galer¨ªa Cay¨®n. Los papeles, las 'lurras', los alabastros, los hierros del escultor donostiarra, la mitad de ellos procedentes del Museo Chillida-Leku (cerrado desde 2011) y la otra de diversas colecciones particulares, conforman un reducido y a la vez exhaustivo viaje por su obra. El periplo nace y muere en el nuevo espacio de la galer¨ªa, un antiguo teatrillo de un convento colindante construido en los a?os 30 y que al galerista Adolfo Cay¨®n le recuerda ni m¨¢s ni menos que al proyecto de Chillida en el interior de la gigantesca monta?a de Tindaya, en Fuerteventura.
Otra acotaci¨®n: los precios van desde los 40.000 hasta el mill¨®n de euros. Chillida sigue cotizando al alza. Y la familia Chillida sigue dando salida a algunas de las obras que anta?o (y hoy, aunque menos) eran visitadas por el p¨²blico en el caser¨ªo de Zabalaga, cerca de Hernani.
El t¨ªtulo de la exposici¨®n, Eduardo Chillida: la curva c¨®ncava nace de la evocaci¨®n que el galerista madrile?o hace de una conferencia de 1993 en el Museo Reina Sof¨ªa. En ella, Chillida expon¨ªa su asombro ¡ªtambi¨¦n sus reservas¡ª ante el homenaje a Mir¨® en el que se encontraba inmerso. Una vasta misi¨®n aquella, pues el escultor cay¨® en la cuenta del evidente paradigma: a Mir¨® le obsesionaba la curva convexa. A ¨¦l, la c¨®ncava, esa c¨¢scara en cuyo interior subyace ese espacio como de refugio, como de protecci¨®n¡ El resultado final fue el Homenaje a Mir¨® que hoy sigue instalado en Atlanta (EEUU).
Pero no es oro, ni siquiera bronce ni alabastro, todo lo que reluce en el universo Chillida. Ignacio Chillida, hijo mayor del artista y responsable no solo de la mayor parte de las exposiciones dedicadas a su padre sino tambi¨¦n grabador y autor del monumental cat¨¢logo razonado en curso (el segundo volumen est¨¢ ya a punto) se muestra satisfecho con la exposici¨®n: ¡°Ha quedado bien, un poco compactada, este es un desarrollo escenogr¨¢fico del galerista, no es la m¨ªa, yo tendr¨ªa otra, aqu¨ª se han tomado ciertas licencias que yo suelo permitirme pero me parece bien que lo hagan, y el resultado es respetuoso¡±.
Pero Ignacio Chillida no esquiva las espinas y los lamentos. Seg¨²n la familia del autor de Elogio del horizonte, la huella de aita no ha sido respetada siempre y en todo lugar¡ ni mucho menos. ¡°La verdad es que a Eduardo Chillida se le ha tratado en Espa?a con un enorme respeto¡ y por todo el mundo lo mismo. Menos en el Pa¨ªs Vasco, que es el ¨²nico lugar en el que no se ha dado ese respeto, ya no por la obra de Chillida sino por Chillida en general¡ m¨¢s que nada por cuestiones pol¨ªticas. Vamos, que ha ocurrido lo contrario de lo que tendr¨ªa que haber ocurrido, que es que se le hubiera respetado, porque se lo merec¨ªa como persona y como artista comprometido que dio mucho por su pa¨ªs. Ah¨ª muchos no han dado la talla¡±. Y ah¨ª queda eso.
Obras y proyectos varados
Otras muescas en el camino: los proyectos varados. Tindaya (¡°Lo que falta es dinero, lo est¨¢n buscando y cuando lo encuentren se har¨¢, seguro. Todos los partidos pol¨ªticos est¨¢n de acuerdo. ?Si hasta los de Podemos han dicho que les gusta!¡±). Las obras varadas. Peine del viento. Y los museos varados: Chillida-Leku. Es el Peine, la obra m¨¢s importante de Chillida en su ciudad natal (1977, en colaboraci¨®n con el arquitecto Luis Pe?a Ganchegui), vallada desde el verano pasado por desprendimientos en el colindante Monte Igueldo, lo que m¨¢s preocupa a sus familiares. ¡°El problema¡±, explica Ignacio Chillida, ¡°es que han estado ocho a?os haciendo un plan de arreglo y contenci¨®n de la monta?a sin consultarnos para nada. Pues ni de co?a. Ahora nosotros estamos haciendo un plan alternativo. Lo que quer¨ªan hacer era una locura, poner all¨ª unas barandillas y unos bolardos¡ ?pero est¨¢n locos? Quer¨ªan cargarse el monumento y no tienen ning¨²n derecho a eso¡±.
Chillida-Leku cerrado desde hace cinco a?os¡ pero ?una exposici¨®n con obras del museo ?en Wroclaw!, la otra capital cultural europea junto con San Sebasti¨¢n en 2016?¡ ¡°Puede parecer raro, pero a m¨ª me proponen hacer una exposici¨®n de obras en Wroclaw y yo la hago en Wroclaw, que adem¨¢s es una de las capitales culturales europeas de 2016 y nos interesa porque hay muchos visitantes. Que nadie busque m¨¢s historias. En San Sebasti¨¢n 2016 no me la propusieron, hombre, no habr¨ªa tenido mucho sentido, porque ya hab¨ªamos hecho una gran exposici¨®n reciente en el Kursaal y porque adem¨¢s ya est¨¢ Chillida-Leku¡±. El hijo del escultor niega la mayor. Seg¨²n ¨¦l no existe el cierre del que todo el mundo habla, y que sigue siendo objeto de duras negociaciones entre la familia y el Gobierno Vasco de cara a la reapertura. ¡°Quien quiere ir a Chillida-Leku, va. Van particulares, van colegios, se pide cita, se llama o se env¨ªa un email y se va. Han ido 5.000 personas desde que cerr¨®¡±.
Chillida-Leku como objeto pol¨ªtico
Ignacio Chillida admite que el tema Chillida-Leku es complicado: ¡°Va m¨¢s lento de lo que nos gustar¨ªa a todos, pero estas cosas van a tenor de la situaci¨®n pol¨ªtica, las elecciones¡ y ya sabemos que en octubre hay elecciones en el Pa¨ªs Vasco, tontos no somos. Ya nos pas¨® antes: llegaron las elecciones y se acabaron las conversaciones¡±. Y frente a los rumores de que la culpa la tienen 80 millones de euros, a?ade: ¡°Nosotros nunca hemos hablado de dinero, ellos s¨ª. Lo primero es salvaguardar Chillida-Leku conceptualmente, que no se modifique ni se convierta en un centro de exposiciones de otros artistas¡ El futuro es largo y, o lo tienes atado, o apaga y v¨¢monos¡±.
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