¡°L¨¢vate la boca¡±
Nos hemos acolchado tanto de escuchar en la televisi¨®n lo que unos se dicen contra los otros, y viceversa, que ya no nos asustamos de nada
Nos hemos acolchado tanto de escuchar en la televisi¨®n lo que unos se dicen contra los otros, y viceversa, que ya no nos asustamos de nada. Empez¨® la prensa del coraz¨®n desatado, o del coraz¨®n part¨ªo, y sigui¨® la que antes se cre¨ªa prensa seria.
Las tertulias han desmejorado tanto que ahora no solo se parecen a las que antes despellejaban al pr¨®ximo sino que las han superado en vulgaridad y en una agresividad acuciada por los propios regidores de las cadenas. Hace alg¨²n tiempo, la muy moderada alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, una de las personas m¨¢s educadas de la vida p¨²blica, revel¨® que en una de esas contiendas televisadas los responsables de un programa de debate la instaron a ella y a su contrincante a pelearse de veras, pues la audiencia se estaba yendo a pique.
A estas alturas ya puede decirse que esa es norma de las distintas cadenas, con la excepci¨®n que ustedes quieran. El s¨¢bado pasado laSexta Noche acogi¨® la met¨¢fora m¨¢s grosera del estado de la lengua en el uso de periodistas y pol¨ªticos. En ese escenario dos de los m¨¢s habituales, el pol¨ªtico Ram¨®n Espinar, de Podemos, y Eduardo Inda, periodista, afrontaron la tarea de batirse con armas que les fueran propicias. En un momento de mucho calor oral, el pol¨ªtico le dijo a Inda: ¡°L¨¢vate la boca¡±. Quer¨ªa que fuera m¨¢s limpio en sus juicios. A lo que el periodista replic¨®: ¡°L¨¢vate la boca t¨²¡±, para mentar de inmediato al padre de Espinar, al que acus¨® de apropiarse de una famosa tarjeta black.
I?aki L¨®pez, el moderador del programa, que suele salir indemne de estas refriegas, pues acostumbra a poner orden sin quemarse, guard¨® esta vez una distancia que permiti¨® que aquello subiera de tono sin que desde casa tuvi¨¦ramos otra alternativa que levantarnos para lavarnos los ojos. Y la boca.
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