Paseo por lo intangible
Su escenario central es una escuela reconvertida en improvisado hospital para acoger a unos soldados narcol¨¦psicos
Como sabe todo firme creyente en la psicogeograf¨ªa, bajo los adoquines quiz¨¢ no est¨¦ la playa, pero, sin duda, ah¨ª late no s¨®lo la memoria de un territorio, sino tambi¨¦n su inconsciente y un inagotable almac¨¦n on¨ªrico. En una de las secuencias clave de?Cemetery of Splendour de Apichatpong Weerasethakul ¨Cque quiz¨¢ no sea consciente de que la ha salido una pel¨ªcula tan sicogeopgr¨¢fica-, la protagonista, Jenjira, voluntaria cuidadora de un soldado en coma, recorre el descuidado parque que, tiempo atr¨¢s, ocup¨® un palacio, en compa?¨ªa de una m¨¦dium que, en conexi¨®n ps¨ªquica con el convaleciente, va construyendo sobre el terreno una cartograf¨ªa de lo invisible, de un pasado suntuoso que ahora no es ausencia, sino latencia y sustrato. Es una secuencia de una dulce y suave comicidad, donde los secretos desvelados en estado de trance se alternan con los recuerdos cotidianos y personales de Jenjira, que bien podr¨ªan ser los de la infancia del cineasta, nacido en la ciudad de Kohn Kaen que sirve de escenario a esta exquisita ficci¨®n que, en consonancia con el discurso de?T¨ªo Boonmee recuerda sus vidas pasadas (2010) aunque radicaliz¨¢ndolo con una firme delicadeza, propone una s¨ªntesis profunda entre lo real y lo fant¨¢stico.
CEMETERY OF SPLENDOUR
Direcci¨®n: Apichatpong Weerasethakul.
Int¨¦rpretes: Jenjira Pongpas, Banlop Lomnoi, Jarinpattra Rueagram, Petcharat Chaiburi.
G¨¦nero: fantas¨ªa. Tailandia, 2015.
Duraci¨®n: 122 minutos.
El escenario central de Cemetery of Splendour es una escuela reconvertida en improvisado hospital para acoger a unos soldados que han ca¨ªdo presa de una extra?a narcolepsia. En los terrenos adyacentes, donde las excavadoras trabajan supuestamente para una programada instalaci¨®n de fibra ¨®ptica, estaba el cementerio de los antiguos reyes tailandeses que, ahora, seg¨²n desvelan unas deidades que el cineasta integra en la acci¨®n como un paisajista integrar¨ªa el paso de la brisa, absorben la energ¨ªa de los durmientes para seguir desarrollando sus batallas en el Otro Lado. La relaci¨®n de afecto que nace entre la cuidadora y uno de los soldados durmientes ¨Csublimada en el bell¨ªsimo momento en que la pierna enferma de la protagonista se convierte en inesperado objeto de unas caricias limpias de todo morbo- va floreciendo lentamente, como una rara orqu¨ªdea en el acogedor jard¨ªn de misterios y extra?ezas que es esta pel¨ªcula que cabe considerar inconfundible cristalizaci¨®n de la insobornable y ¨²nica personalidad de su creador.
Apichatpong Weerasethakul reclama una lectura pol¨ªtica de este trabajo, pero, bajo esas claves y sus enigmas, hay un discurso, inteligible y universal, sobre la empat¨ªa como trinchera entre las turbulencias de la memoria y las perplejidades del presente.
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