Kendrick Lamar, sin filtros
El rapero californiano est¨¢ empe?ado en hacer historia
Despu¨¦s de publicar un disco tan imponente como To pimp a butterfly, gran vencedor en las listas de lo mejor del a?o pasado, es l¨ªcito preguntarse qu¨¦ necesidad ten¨ªa Kendrick Lamar de volver a ser noticia de forma tan inmediata con otro lanzamiento. Pero los tiempos definitivamente han cambiado: con el cuerpo a¨²n caliente y excitado de su obra magna, untitled unmastered. aparec¨ªa de la nada hace unos d¨ªas para dejar claro que el rapero californiano est¨¢ empe?ado en hacer historia. Poco m¨¢s de media hora repleta de esbozos, experimentos y demos que no pasaron el corte de To pimp¡ y que merec¨ªan ser descubiertos al p¨²blico una vez diluido su efecto e impacto.
Musicalmente es un disco casi tan absorbente y desafiante como su predecesor. Y como aqu¨¦l, tambi¨¦n es un ¨¢lbum antip¨¢tico, de digesti¨®n compleja, muy poco amigo de las facilidades y los recursos pop, centrado por completo en darle todo el protagonismo posible a las rimas y las texturas sonoras. Pero m¨¢s all¨¢ de que un lanzamiento clandestino, a la contra, sin fastos de producci¨®n ni conexi¨®n comercial de ning¨²n tipo se haya convertido en uno de los mejores t¨ªtulos de lo que llevamos de 2016, su inter¨¦s prioritario, aquello que de verdad me tiene fascinado y atrapado, est¨¢ fuera y no dentro.
Al margen de canciones e historias brillantes, es la personalidad de su autor lo que realmente te desarma. Un MC que se comporta como un m¨²sico de jazz de la ¨¦poca dorada del g¨¦nero, ajeno por completo a las normas y las reglas del momento, tan comprometido con su m¨²sica como con el momento en que est¨¢ viviendo. Es la libertad de pensamiento y acci¨®n con la que opera lo que convierte a Kendrick Lamar en una anomal¨ªa incomparable del hip hop moderno. Est¨¢ obsesionado con la preservaci¨®n de su m¨²sica, con la idea de darle a su p¨²blico lo que realmente espera de ¨¦l, y no lo que desear¨ªa su discogr¨¢fica, las marcas comerciales para las que trabaja o la propia industria del entretenimiento.
Lo m¨¢s relevante de untitled unmastered. es que Lamar vuelve a deleitarnos con su mirada desacomplejada, profunda y escurridiza, qui¨¦n sabe si para recordarnos que To pimp¡ no fue un accidente ni una sobrada, qui¨¦n sabe si para recalcar que el material que finalmente pas¨® el corte oficial apenas difer¨ªa del que no lo consigui¨®. Es como si el hecho de mostrarle a todo el mundo los fragmentos y esbozos que surgieron de la misma sesi¨®n de grabaci¨®n le diera a¨²n m¨¢s valor a su ¨¢lbum m¨¢s aplaudido.
En estos tiempos de egocentrismo militante, marketing digital, selfies y llamadas de atenci¨®n constantes, es un bendito milagro que una estrella de la altura art¨ªstica y medi¨¢tica de Kendrick Lamar focalice toda su atenci¨®n y esfuerzos en la m¨²sica. Y que esto sea innegociable. Por ejemplo, publicando sin previo aviso un disco sin promoci¨®n alguna, sin singles para la radio, sin tan siquiera t¨ªtulos ni cr¨¦ditos. En la ¨¦poca de los filtros y los embellecedores, el mejor rapero del momento aboga por la exposici¨®n al natural, tal como surge, de su talento. Y nos sigue dejando con la boca abierta.
Babelia
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