Craig Thompson, la mirada inocente de los tebeos
El autor de ¡®Blankets¡¯ presenta su primera obra dedicada al p¨²blico infantil: ¡®Alm¨®ndigas del espacio¡¯
Sin sentirse ni siquiera preparado ¡ª¡°Te prometo que nunca pens¨¦ que llegar¨ªa tan lejos¡±¡ª hace 13 a?os Craig Thompson se convirti¨® en la voz de una generaci¨®n gracias a un c¨®mic, Blankets, que dej¨® patidifusos a los lectores y cr¨ªticos de tebeos. Nunca nadie antes hab¨ªa escrito y dibujado un ¨¢lbum as¨ª, de casi 600 p¨¢ginas publicadas no por entregas, como era hasta ese momento habitual, sino en un solo volumen al que su autor dedic¨® tres a?os y medio de trabajo. Su mezcla de sinceridad autobiogr¨¢fica, de pureza de sentimientos con las que el creador describ¨ªa su renuncia del cristianismo y su primer amor, su t¨¦cnica de dibujo¡ Blankets noque¨® a medio mundo, e incluso a¨²n hoy desde su editorial espa?ola, Astiberri, recuerdan lo que supuso para ellos Blankets. ¡°Su tama?o supuso una apuesta econ¨®mica arriesgada para un mercado como el nuestro¡±, recuerda su fundador, Fernando Taranc¨®n. A cambio vendieron m¨¢s de 11.000 ejemplares, toda una haza?a en Espa?a.
En persona, Thompson (Traverse City, Michigan, 1975) mantiene ese rostro ani?ado, esa mirada limpia con la que se retrat¨® en Blankets. Aquel tebeo no era su primera obra ¡ªya hab¨ªa publicado Adi¨®s, Chunky Rice¡ª y desde luego su carrera no se ha detenido ah¨ª: posteriormente llegaron Cuaderno de viaje (2006), Habibi (2011) y Alm¨®ndigas del espacio (2015), su primera incursi¨®n en el p¨²blico infantil, y el tebeo que le ha tra¨ªdo estos d¨ªas a Espa?a. Habibi tambi¨¦n llegaba a las 600 p¨¢ginas, Alm¨®ndigas se queda en 300. ¡°Es que el cliente es el cliente. En serio, sent¨ªa la necesidad de dibujar algo as¨ª. La generaci¨®n de autores a la que pertenezco se educ¨® en el tebeo con los c¨®mics underground, y en parte creo que debemos devolver los tebeos a los ni?os, su audiencia original. Ellos ser¨¢n futuros creadores y lectores. Quiero recordar lo que yo sent¨ª cuando ten¨ªa ocho a?os y me enamor¨¦ de los c¨®mics¡±. No es su primer trabajo en este campo: durante seis a?os ¡°d¨ªa tras d¨ªa¡± antes de publicarse Blankets dibuj¨® ilustraciones para ni?os.
La infancia y adolescencia de Thompson transcurri¨® en una comunidad rural de Wisconsin. Sus padres, cristianos fundamentalistas, no le dejaron a ¨¦l y a sus dos hermanos ver ni cine ni televisi¨®n. Solo pod¨ªan leer tebeos, algo que parec¨ªa apropiado para su edad. ¡°No eran conscientes de todo el universo que se abr¨ªa ante m¨ª. Ten¨ªamos casi todo prohibido y por suerte para mi carrera mi primer medio visual fueron los tebeos. Recuerdo el disfrute de las p¨¢ginas en blanco y negro de Las tortugas ninjas¡±. De aquellos a?os le qued¨® una salud renqueante a Thompson, que siempre ha tenido problemas en sus manos. ¡°De cr¨ªo trabaj¨¦ muchas horas en el campo, manipulando pesticidas muy potentes que me envenenaron, como he descubierto con el tiempo. Mi familia era pobre, mi padre, fontanero, hac¨ªa lo que pod¨ªa. En fin, no creo que un ni?o de ocho a?os deba hacer lo que yo hice¡±.
Con Blankets, Thompson defini¨® un sentimiento de pureza y una apuesta por la exhibici¨®n emocional casi in¨¦ditos en los tebeos. ¡°Se public¨® en el momento adecuado. Cuando empec¨¦ a crearlo en 1999 pens¨¦ que nadie iba a leerlo y eso me ayud¨® en la honestidad e inconsciencia de la narraci¨®n. En esa ¨¦poca tambi¨¦n se edit¨® Jimmy Corrigan, el chico m¨¢s listo del mundo, as¨ª que hab¨ªa un gran caldo de cultivo para un nuevo p¨²blico que deseaba tebeos distintos. Las editoriales neoyorquinos desde luego tuvieron que cambiar muchos de sus conceptos ante los nuevos apetitos¡±.
Aquella pureza de Blankets est¨¢ en Alm¨®ndigas del espacio, que se desarrolla en un futuro cercano, en el que una ni?a busca, junto a su extravagante grupo de amigos, a su padre en una misi¨®n espacial que va a cambiar toda la sociedad. ¡°He luchado por ello. Quer¨ªa que mi lector se sintiera como yo cuando era cr¨ªo, que con los tebeos me evad¨ªa de mi vida miserable¡±. Hay tambi¨¦n un mensaje sobre cuidado al medio ambiente que lo enlaza con la dur¨ªsima Habibi, que contaba el amor entre dos esclavos refugiados a trav¨¦s de desiertos, harenes y de un desolador paisaje industrial: ¡°Puede, porque es un tema que me importa. Adem¨¢s, en Habibi acababa mostrando la creaci¨®n de una familia distinta que se prolonga en Alm¨®ndigas del espacio¡±. ?No echa de menos una mayor defensa o al menos plasmaci¨®n de la clase obrera ¨Ccomo hace en su ¨²ltima obra- en los tebeos actuales? ¡°Es cierto, yo formaba parte de ellos. Ahora supongo que al ser dibujante he subido a un estrato superior, no m¨¢s rico, que no lo soy, sino m¨¢s intelectual. Pero mantengo ese esp¨ªritu obrero y de ah¨ª este mensaje tan personal a trav¨¦s del libro, esta llamada de atenci¨®n sobre la despiadada maquinaria capitalista global y la importancia de la educaci¨®n. Vamos, que soy votante de Bernie Sanders y aun hoy me suena a chiste que gane Donald Trump. Pero¡¡±.
Autor de dibujos hiperdetallados y rebosantes de personajes y objetos (¡°Soy un obseso del detalle, por eso tardo tanto en acabar un trabajo. Viene de lo que me impresion¨® en mi infancia Sergio Aragon¨¦s y su labor en la revista MAD¡±), Thompson cree que como libro f¨ªsico los libros tendr¨¢n una larga vida: ¡°La versi¨®n digital no podr¨¢ suplir el placer de la relectura y del descubrimiento de todos los detalles que se esconden en las vi?etas¡ Bueno, y del goce de la posesi¨®n material de algo art¨ªstico¡±.
"De cr¨ªo trabaj¨¦ muchas horas en el campo, manipulando pesticidas muy potentes que me envenenaron"
El creador se debate ahora entre dos proyectos: ¡°Por un lado, es una investigaci¨®n sobre China, y la relaci¨®n comercial entre ese pa¨ªs y el m¨ªo. Por otro, un tebeo er¨®tico, que creo que ser¨¢ lo que finalmente haga. Con Blankets habl¨¦ de la inocencia del primer encuentro sexual, con Habibi mostr¨¦ la peor cara de la sexualidad, es tiempo de una tercera parte que hable realmente del sexo¡±. Dicho lo cual, Thompson saca de nuevo su mirada na?f. ¡°Espero estar a la altura del reto¡±
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