Google gana a los autores de libros de EE UU la batalla de los derechos
El Supremo de Estados Unidos rechaza que se hayan violado los derechos de autor con el escaneado y digitalizaci¨®n de obras para Google Books
El Supremo de Estados Unidos ha fallado a favor de Google en su batalla de 11 a?os contra el sindicato americano de autores, que acusaba al gigante tecnol¨®gico de haber violado las leyes sobre derechos de autor por escanear y digitalizar millones de libros sin obtener previamente su permiso y sin compensarles. La decisi¨®n acaba con el ¨²ltimo obst¨¢culo legal que ten¨ªa la empresa californiana para su proyecto Google Books.
El tribunal ha rechazado sin m¨¢s comentarios escuchar en apelaci¨®n al Sindicato de Autores, en una decisi¨®n que se considera hist¨®rica para los derechos de autor de la era digital. El juez Denny Chin considera que el proyecto de librer¨ªa virtual Google Books, que permite a los usuarios buscar libros y leer extractos y p¨¢ginas seleccionadas, supone un "uso justo" de las leyes sobre los derechos de autor.
La decisi¨®n judicial est¨¢ respaldada por el llamado panel de apelaci¨®n, que en octubre pasado rechaz¨® los argumentos del Sindicato de Autores, que incluye a escritores y a editores prominentes, de que el programa de Google restringir¨ªa sus ingresos al permitir el libre acceso de los lectores a los libros.
Los partidarios de la digitalizaci¨®n argumentaron, por el contrario, que la digitalizaci¨®n ofrece muchos beneficios p¨²blicos a los investigadores y lectores. Google ha hecho p¨²blico un comunicado en el que muestra su satisfacci¨®n por el fallo, que concluye, seg¨²n asegura la compa?¨ªa, que "Google Books es un proyecto transformador y compatible con el derecho de autor".
El comunicado agrega: "El producto act¨²a como un cat¨¢logo de fichas para la era digital, que ofrece a la gente una nueva forma de encontrar y comprar libros, mientras que al mismo tiempo avanzan los intereses de los autores". El Sindicato de Autores sostiene, por el contrario, que la decisi¨®n del Supremo supone sentenciar que los autores "no merecen beneficiarse de la digitalizaci¨®n de sus obras".
"El final de este proceso no favorece la promoci¨®n de la cultura ni la creaci¨®n, puesto que un servicio como el de Google, que parece de gran utilidad, se ha construido obviando el derecho de los creadores a decidir sobre su obra y a ser remunerados por el uso que ese haga de ella", asevera en un correo electr¨®nico a EL PA?S Magdalena Vinent, directora general de Cedro (entidad de gesti¨®n de los derechos de autores y editores en Espa?a). Y sostiene que el fallo no tiene nada que ver con la legislaci¨®n europea sobre defensa de la propiedad intelectual, m¨¢s restrictiva que la estadounidense.
El proyecto de Google, con el que la compa?¨ªa aspiraba a convertirse en la biblioteca de Alejandr¨ªa del futuro, permite a los usuarios buscar entre millones de libros, ya sean t¨ªtulos antiguos que no tienen ya la protecci¨®n del copyright u otros de publicaci¨®n m¨¢s reciente. "La finalidad de Google Books es buena, pero desde luego se podr¨ªa haber hecho con la complicidad de los autores. La forma en la que se ha desarrollado esta parte en la que se han escaneado millones de libros sin la autorizaci¨®n de sus titulares derechos no reconoce ni promueve la creaci¨®n, sino todo lo contrario", considera sin embargo Vinent.
En 2008, Google lleg¨® a un acuerdo con la Asociaci¨®n de Editores Americanos y el Sindicato de Autores y por el que la compa?¨ªa se compromet¨ªa a crear un registro de todos los libros escaneados para su biblioteca virtual y destinar 125 millones de d¨®lares a pagar aquellos autores cuyos libros hubieran sido escaneados sin permiso o a encontrar a aquellos que no se hubieran pronunciado. Pero el propio juez Chin paraliz¨® el pacto. En aquel momento, asegur¨® que?la creaci¨®n de la biblioteca universal ser¨ªa beneficiosa para muchos pero "simplemente ha llegado demasiado lejos" y le dar¨ªa a Google demasiadas ventajas sobre sus competidores.
Desde que Google comenz¨® la digitalizaci¨®n, en 2004, con un robot de escaneado de alta tecnolog¨ªa que acapar¨® titulares en su momento, el buscador se ha acercado al mundo acad¨¦mico e intelectual de manera notable. No solo lleg¨® a acuerdos con universidades cuyos fondos no les permit¨ªan hacer digital todo su archivo, sino tambi¨¦n a grandes centros, como el caso de ?a Biblioteca Nacional en Espa?a. En 2005 comenzaron a escucharse las primeras voces cr¨ªticas y la primera.?
Uno de los puntos m¨¢s interesantes de Google Books es la implantaci¨®n del conocido buscador dentro de este nuevo contenido. Su contrastada velocidad y certero uso para dar con los conceptos deseados, han servido para que se consulten con m¨¢s frecuencia publicaciones acad¨¦micas que apenas ten¨ªan actividad. De ah¨ª que tambi¨¦n pueda surgir la duda de que el servicio ofrezca una mayor visibilidad y por tanto beneficios a los escritores. "Corresponde al autor decidir sobre el uso de su obra, y en este caso, nadie le ha preguntado", responde sin embargo Vinent. ?
Roxana Robinson, presidente de Authors Guild, a trav¨¦s de una declaraci¨®n escrita, ha criticado el fallo: "Los autores acabamos de sufrir una gran p¨¦rdida". Keith Kupfershmid, director del grupo a favor de los derechos de autor Copyright Alliance, tambi¨¦n se muestra molesto por el resultado: "Al evitar entrar de verdad en el caso, la Corte Suprema est¨¢ dejando a su suerte a creadores y poseedores de derechos".
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