Mill¨¢s se adentra en la metaf¨®rica oscuridad de un armario
El escritor presenta ¡®Desde la sombra¡¯ en Madrid y comparte fobias ante el p¨²blico
Javier Cansado, que se col¨® entre el p¨²blico madrile?o, ese que tanto aterra a Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, le pregunt¨®: ¡°A estas alturas, los autores como t¨², ?med¨ªs el tiempo en novelas y no en a?os?¡±. Hac¨ªa tres que quien ha firmado Desde la sombra (Seix Barral), la historia de Dami¨¢n, un hombre que se mete a vivir en un armario de tres cuerpos, no comparec¨ªa ante sus seguidores en la capital. ¡°S¨ª¡±, respondi¨® Mill¨¢s, ¡°lo malo es que a medida que pasan los t¨ªtulos no sabes cu¨¢l ser¨¢ el ¨²ltima¡±.
Descomponiendo sus fobias anduvo el escritor desde las siete de la tarde, acompa?ado de la periodista Gemma Nierga, en el Espacio Telef¨®nica de Gran V¨ªa. Entre las penumbras de los cajones de su alma esquiva, regateando neurosis y exprimiendo su aguda ma?a para el humor, present¨® esta nueva historia que puede conformar toda una met¨¢fora de las huidas presentes. ¡°Siempre tuve ese deseo, meterme en un armario¡±.
Tambi¨¦n hace 30 a?os lo esboz¨® en El desorden de tu nombre, recordaba su editora Elena Ram¨ªrez al principio. ¡°Y hace dos a?os, no s¨¦ por qu¨¦, decid¨ª escribirlo¡±. Quiz¨¢s porque hace tiempo entran ganas de desaparecer y que nadie pregunte. No a la manera de algunos, a quienes les ha entrado una fiebre de farsa budista. ¡°Acabamos de enterarnos que Rato se ha retirado a meditar con monjes de esa confesi¨®n. Tambi¨¦n Mario Conde dijo que hab¨ªa salido de la c¨¢rcel desprendido de su yo. Lo tendr¨ªa en Panam¨¢ y lo ha ido trayendo poco a poco, pero como es tan grande, se ha acabado por descubrir¡±.
Pero m¨¢s que aquellos dos personajes, lo que interesaba era la historia de Dami¨¢n. ¡°Se encierra escapando de algo y no puede salir porque se da cuenta de que lo han comprado y le est¨¢n trasladando dentro. Una vez en la casa, decide quedarse, intrigado por la familia en la que ha ca¨ªdo, con una hija adolescente¡±. Los esp¨ªa discretamente, pero cuando se van, se queda s¨®lo y hasta ayuda con las labores¡
¡°El armario es toda una met¨¢fora del ¨²tero materno. Cuando me pon¨ªa enfermo de peque?o, a menudo, y me trasladaban a la cama de mis padres, que era como un oc¨¦ano en el que yo buceaba, a veces entraba tambi¨¦n en el armario. Me sent¨ªa dentro del vientre maternal, cuando me rozaba la ropa y las faldas, lo equiparaba a esas membranas org¨¢nicas que hay dentro. Vete a saber a qu¨¦ tipo de obsesi¨®n responde eso¡¡±, comentaba Mill¨¢s ante su compa?era de micr¨®fono.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.