Propaganda espiritual
Hay una invitaci¨®n a un modo de vida, hay una invitaci¨®n a unos principios, hay propaganda
A veces a las pel¨ªculas hay que rascarles un poco para ver lo que hay bajo su superficie. Porque, m¨¢s que relatos, de vez en cuando lo que te venden son ideas. Positivas, negativas, eso quedar¨¢ en la conciencia y en los pensamientos de cada espectador, pero ideas al fin. Los milagros del cielo, cuarto largometraje de la mexicana afincada en Los ?ngeles Patricia Riggen, es un aparente melodrama familiar sobre un hogar razonablemente feliz que ve c¨®mo la enfermedad se instala en una de sus vertientes m¨¢s dolorosas e indefensas: una ni?a de 12 a?os. A partir de ah¨ª, el combate entre la fe y la realidad, entre las creencias y el acecho de la muerte. Sin embargo, si se hurga, y los alrededores invitan a hurgar, hay mucho m¨¢s. Hay una invitaci¨®n a un modo de vida, hay una invitaci¨®n a unos principios, hay una idea de Am¨¦rica. Hay, en definitiva, una propaganda.
LOS MILAGROS DEL CIELO
Direcci¨®n: Patricia Riggen.
Int¨¦rpretes: Jennifer Garner, Martin Henderson, Kylie Rogers, Queen Latifah.
G¨¦nero: melodrama. EE UU, 2016.
Duraci¨®n: 109 minutos.
De hecho, Los milagros del cielo no es la primera muestra de esta propaganda. El cielo es real, producida por los mismos responsables hace dos a?os, y estrenada tambi¨¦n en Espa?a, ya estaba asentada en los mismos estamentos: enfermedad infantil (en aquella, la de un cr¨ªo de cuatro a?os), experiencia cercana a la muerte, aparici¨®n de esp¨ªritus, curaci¨®n milagrosa, moraleja sobre la necesidad de la fe. En ambas pel¨ªculas no hay una verdadera discusi¨®n teol¨®gica; tampoco una reflexi¨®n espiritual. Son relatos para almas superficiales, basados en la m¨¢s antigua de las explicaciones religiosas: la fe como defensa; la fe como consuelo. Todo ello ejemplificado en la imagen del pastor evang¨¦lico, versi¨®n 2.0 de aquel Elmer Gantry de Sinclair Lewis, en una de las secuencias de la pel¨ªcula: con un casco de moto puesto durante el serm¨®n, afirmando que eso era la fe. Naturalmente, lo que rodea a esa propaganda es de lo m¨¢s estiloso: desde el grupo de rock, entre el country y el power pop, que canta en las misas, hasta las ense?anzas que dominan en las proles protagonistas: trabajo, solidaridad, familia y, m¨¢s all¨¢, Dios y ?patria?
Los milagros de Dios no se ahorra (casi) nada en la explicitud de la agon¨ªa de la ni?a ni, casi en consonancia, en la cursiler¨ªa de la visualizaci¨®n del prodigio. Sin embargo, aparte del castigo que recibe el personaje secundario que se atreve a rechazar el colgante de una cruz como apoyo, quiz¨¢ lo m¨¢s inquietante de estas dos producciones merezca p¨¢rrafo aparte.
Ambas historias afirman estar basadas en hechos reales.
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