¡®La tumba¡¯, el drama de los estudiantes venezolanos presos
Un cortometraje m¨¦xico-venezolano sobre los casos se exhibe en el Festival de Nueva York
Una luz blanca omnipresente. Un fr¨ªo aire acondicionado constante. Los d¨ªas que se confunden con las noches y las noches que no permiten descansar del encierro. M¨¢s los golpes de los polic¨ªas del Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia) que no dejan marca, pero que duelen en lo m¨¢s profundo. As¨ª es La Tumba, las siete celdas bajo cinco plantas de s¨®tanos en plena plaza Venezuela de Caracas en las que se recluyen a opositores al r¨¦gimen y l¨ªderes estudiantiles. El cortometraje La tumba llega ahora al Festival de Cine Independiente de Nueva York para contar su historia.
Gerardo Carrero, Gabriel Valles y Lorent G¨®mez Saleh son tres estudiantes que llevan confinados desde agosto-septiembre de 2014 a 100 metros bajo la bulliciosa plaza Venezuela, donde los mototaxis, los perritos calientes y la vida pasan al calor del Caribe. El Gobierno de Nicol¨¢s Maduro les acusa de conspiraci¨®n. Por eso, les recluye sin luz natural en celdas de tres metros de largo por dos de ancho.
Mar¨ªa Eugenia Mor¨®n (Caracas, 1987) sali¨® de Venezuela precisamente en el verano de 2014, seis meses despu¨¦s de las intensas protestas estudiantiles que golpearon al pa¨ªs y que terminaron con miles de detenidos, entre los que se encuentra Leopoldo L¨®pez, l¨ªder de Voluntad Popular y exalcalde de Chacao, preso en la prisi¨®n militar de Ramo Verde desde febrero de ese a?o. ¡°A los que estamos afuera nos toca la labor de hacer lo que los que est¨¢n all¨¢ no pueden hacer por miedo¡±, asegura.
As¨ª, despu¨¦s de leer desde M¨¦xico un reportaje del escritor Leonardo Padr¨®n en febrero de 2015 se le ocurri¨® producir un cortometraje para contar la terrible situaci¨®n de estos tres estudiantes. ¡°Me movi¨® una fibra. Uno a veces no sabe por qu¨¦ le afectan las cosas que le afectan y de la forma en que lo hacen¡±, reconoce la directora venezolana. A trav¨¦s de un crowdfunding (recaudaci¨®n de fondos en Internet) y gracias a la visibilidad medi¨¢tica que obtuvo la iniciativa, logr¨® recaudar 25.000 d¨®lares. Todos los participantes, entre los que se incluyen los actores Franklin Virg¨¹ez, Sebasti¨¢n Torres y Dimitri Araque, lo hicieron desinteresadamente.
¡°Gloria, libertad y dignidad al bravo pueblo¡±, es la dedicatoria que se lee sobre fondo negro al principio del filme. Se asemeja a una frase del himno nacional de Venezuela (¡°Gloria al bravo pueblo¡±). ¡°No hab¨ªa mejor forma de dedicarle el cortometraje a mi pa¨ªs: Gloria no solo al bravo pueblo, sino gloria, dignidad y libertad, que es lo que nos merecemos¡±, dice Mor¨®n desde Boston. Su creaci¨®n ser¨¢ proyectada este viernes en el Festival de Cine Independiente de Nueva York, tras obtener el primer premio de The Right Cut, un festival de cortometrajes de derechos humanos.
Lujo inesperado
¡°Es lujosa porque no es un sitio que estuviera pensado para recluir a gente. Hablamos con sus familiares y nos dijeron que las salas de visita tienen los muebles m¨¢s lujosos que hayan visto. Est¨¢ dise?ada para destruirte de a poquito y eso est¨¢ haciendo el Gobierno con estos chicos que siguen ah¨ª¡±, denuncia Mor¨®n, que asegura tener miedo de regresar a su pa¨ªs porque ¡°hay gente que por menos sigue en la c¨¢rcel¡±.
El objetivo que persegu¨ªa con La tumba es que ¡°la gente conociera este tipo de realidades, que se sensibilizara y que sigamos hablando de este tema¡±. Mor¨®n apunta que ¡°no le ocurre a la mayor¨ªa de los venezolanos, sino a los tres que est¨¢n metidos all¨¢. Pero est¨¢n metidos all¨¢ por defender y hablar a favor de los que est¨¢n afuera. No podemos olvidarnos de la gente que nos defiende¡±. Por ello decidi¨® publicarlo el pasado 21 de noviembre directamente en YouTube, donde cuenta con casi 230.000 visionados, ya que en Venezuela no ha podido exhibirse.
Las revueltas estudiantiles de 2014, que tuvieron su r¨¦plica en 2015, parecen olvidadas ya en un pa¨ªs desabastecido de medicamentos, en el que hay que hacer colas diariamente para obtener productos b¨¢sicos y en el que la inflaci¨®n rompe cualquier l¨ªmite previsto (el FMI acaba de anunciar un 720% para finales de a?o). Pero bajo la sede del Sebin, donde solo llega el sonido del metro de Caracas, tres estudiantes prueban a sobrevivir cada 24 horas. Sin tener noci¨®n del tiempo. Sin colores. Sin libertad.
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