Talante cervantino
El Papa, una de las figuras p¨²blicas que concita m¨¢s aprobaci¨®n, recibe hoy viernes el premio Carlomagno
He besado la mano a su Santidad el Papa en la ocasi¨®n, hace unos d¨ªas, de presentarle el gran Quijote del Instituto Cervantes incorporado ahora a la Biblioteca Cl¨¢sica de la Real Academia Espa?ola. El Santo Padre es un devoto lector de la obra y m¨¢s de una vez ha confesado con palabras del propio Cervantes que comparte el juicio universalmente positivo que ha merecido a lo largo de cuatro siglos: ¡°Los ni?os la manosean, los mozos la leen, los hombres la entienden y los viejos la celebran¡± (II, 3). Creo que un dictamen muy similar podr¨ªa aplic¨¢rsele a ¨¦l: no parece que haya hoy figura con proyecci¨®n global que concite tanta simpat¨ªa y aprobaci¨®n (salvo acaso en la curia romana). Creo adem¨¢s que esa valoraci¨®n favorable tiene que ver con el rasgo m¨¢s cervantino de su personalidad.
En efecto, si en algo est¨¢ la quintaesencia del Quijote es la tenacidad con que el narrador persevera en recoger la contrapuesta perspectiva desde la que cada uno de los personajes enfrenta una realidad y a menudo en buscar conciliarlas todas con un ¡°justo medio¡± m¨¢s o menos baciy¨¦lmico. Pues bien, leo Amoris laetitia, es decir, ¡®la alegr¨ªa del amor¡¯, la exhortaci¨®n pastoral que el Papa me ha regalado, y a cada paso me encuentro con que sin renunciar a la doctrina propia Francisco invita a comprender, respetar y convivir con los comportamientos y actitudes que la Iglesia tradicionalmente se limitaba a condenar sin paliativos: baste mencionar la homosexualidad y el divorcio entre cat¨®licos. Es una mirada en extremo af¨ªn a la que Cervantes dirige a sus criaturas.
Una hora despu¨¦s de la audiencia papal he quedado a almorzar con Alberto Asor Rosa, durante a?os sumo pont¨ªfice de la cr¨ªtica militante en los confines de la izquierda, ahora tambi¨¦n narrador excelente y siempre cr¨¢neo privilegiado. Sobre la mesa del rinc¨®n de lectura tiene el Quijote del Instituto Cervantes y el m¨ªo de Alfaguara sembrados de post-its. Pero no hablamos del Quijote, sino del cervantismo del Santo Padre. Alberto ha comentado elogiosamente en La repubblica un escrito de Bergoglio del 1985 sobre el tema ¡°Evangelizaci¨®n de la cultura e inculturaci¨®n del Evangelio¡±, 30 a?os m¨¢s tarde revisado con el t¨ªtulo de Fe cristiana y humanismo. Subraya ah¨ª Asor Rosa la novedad con que el Papa ofrece su idea de las relaciones entre la fe cristiana y el mundo insistiendo en la mediaci¨®n y la reciprocidad entre ambas partes y en la necesidad de superar los posibles conflictos pero sin eludirlos.
Concordamos los dos en que es esa una postura muy propia de un jesuita y a la vez arquet¨ªpicamente cervantina, y no ya del novelista, sino asimismo del individuo Miguel de Cervantes. Los dos, tambi¨¦n, celebramos el premio Carlomagno que su Santidad recibe hoy, viernes, por la ?compasi¨®n, tolerancia, solidaridad e integridad?¡± que ha exhibido a lo largo del pontificado.
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