¡°Manejar el garrote vil es muy sencillo¡±
El actor Salvador Oliva encarna en escena en el Teatre Gaud¨ª al verdugo que perpetr¨® la ¨²ltima ejecuci¨®n en Mallorca
El 21 de febrero de 1951 se alz¨® bandera negra en la c¨¢rcel de Capuchinos de Palma de Mallorca. El siniestro flamear anunciaba que se hab¨ªa cumplido la ejecuci¨®n del menorqu¨ªn Pedro Tudur¨ª Vidal, convicto de tres asesinatos. El hombre que hab¨ªa manejado el garrote vil para acabar con la vida del reo era Florencio Fuentes Est¨¦banez, el verdugo titular de la Audiencia de Valladolid, desplazado a la isla para la ocasi¨®n. Fue la ¨²ltima ejecuci¨®n en Mallorca y una de las ¨²ltimas en Espa?a (entre ellas la de Salvador Puig Antich). Una obra de teatro que se representa actualmente en el Teatre Gaud¨ª de Barcelona se inspira ahora en esa negra historia. Se trata del mon¨®logo El botx¨ª,obra de David Matar¨® que ¨¦l mismo dirige y que interpreta en escena, acompa?ado solo por una estremecedoramente realista reproducci¨®n de un garrote vil, el actor Salvador Oliva. El int¨¦rprete mallorqu¨ªn encarna en el espect¨¢culo al verdugo. ¡°Es una obra para entender lo que le pasa por la cabeza al verdugo el segundo antes de accioinar la manivela¡±, afirma, ¡°los fantasmas de los hombres que hac¨ªan del ajusticiamiento su forma de vida¡±.
Fuentes (Osorno la Mayor, Palencia, 1901-Herrera de Pisuerga, tambi¨¦n Palencia, 1970) estaba acreditado como un buen profesional en lo suyo, No en balde hab¨ªa sido ayudante de Vicente L¨®pez Copete, del que aprendi¨® a usar con precisi¨®n el garrote, y hab¨ªa ajusticiado a numerosas personas, entre ellas al cabrero asesino Jos¨¦ Garc¨ªa Barriobero, ¡°el Satan¨¢s de Logro?o¡±, aunque en ese caso solo al segundo intento. De extracci¨®n humilde, el verdugo palenciano acab¨® renegando de su oficio y neg¨¢ndose a ejecutar, lo que le supuso los naturales problemas administrativos. Finalmente, se suicid¨®.
La obra teatral nos muestra al verdugo durante el viaje de Palencia a Mallorca para acabar con el condenado. Mientras, repasa su carrera y habla de las ejecuciones que ha realizado. ¡°El verdugo nos explica su oficio, el porqu¨¦ y el c¨®mo, y qu¨¦ piensa y qu¨¦ siente¡±, dice Oliva. ¡°La obra es finalmente un alegato contra la justicia de la ¨¦poca y a la vez una llamada a la humanidad en contra de un castigo horroroso¡±. El actor subraya que su personaje es en realidad ¡°un rebelde¡± al que han ¡°ficcionado un poco¡±. Apunta que su verdugo ¡°no es un h¨¦roe, pero s¨ª muy humano¡±.
El botx¨ª, nacido de las actividades del ciclo de teatro Jard¨ª Desolat de Palma de Mallorca dedicado el a?o pasado a Mallorca como plat¨® de cine, tiene como referencia obviamente El verdugo (1963) de Berlanga y Azcona. ¡°Es una especie de homenaje. Ellos se inspiraron m¨¢s bien en la historia de la ejecuci¨®n de la Envenenadora de Sevilla, pero Fuentes fue uno de los cuatro verdugos en los que se basaron para su pel¨ªcula¡±. Oliva subraya el gran retrato que hicieron de ese mundo s¨®rdido de los verdugos, en su mayor¨ªa funcionarios mal pagados que, como en el filme, confiaban en que llegar¨ªa el indulto y no tendr¨ªan que ponerse manos a la obra.
A Oliva le cost¨® entrar en el personaje. ¡°Vimos muchos documentales para preparar la pieza, y documentos gr¨¢ficos muy impactantes. Todo eso me desarbol¨® y hasta pens¨¦ abandonar el proyecto. Al final opt¨¦ por seguir adelante, pero decidiendo no ver m¨¢s cosas, me afectaba demasiado¡±. El actor construy¨® a su personaje como alguien que ve su profesi¨®n como un oficio vulgar solo que en vez de picar piedra mata a gente. ¡°Aunque, queda claro que aquello de que te acabas acostumbrando a ejecutar es una gran mentira¡±.
En la representaci¨®n, que incluye flash backs, el actor hace funcionar el garrote. ?Es complicado? ¡°Para nada, muy sencillo. Como hacer girar un destornillador. Se gira la palanca y un tornillo entra por detr¨¢s y rompe el cuello del condenado¡±. Resulta espeluznante. ¡°S¨ª, en teor¨ªa era un m¨¦todo piadoso pero su digamos buen funcionamiento depend¨ªa mucho del f¨ªsico del reo, y el del verdugo. Pod¨ªas morir de manera casi instant¨¢nea o tardar veinticinco minutos, como sucedi¨® con el c¨¦lebre Jos¨¦ Mar¨ªa Jarabo. Es incre¨ªble que en realidad hasta 1995 continuara vigente en Espa?a la pena de muerte¡±.
El int¨¦rprete explica que la funci¨®n est¨¢ punteada por momentos de humor para hacerla m¨¢s digerible, dado el tema, aunque en ning¨²n momento se cargan las tintas llevando a escena todo el terror del garrote. ¡°Tampoco se trataba de traumatizar a los espectadores¡±.
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