Dolor, angustia, 'American Crime'
Parec¨ªa imposible acumular tanto dolor, tanto sufrimiento y, al mismo tiempo, tantas reflexiones ¨¦ticas y morales, tantas preguntas sin respuesta. Pero la segunda temporada de American Crime lo ha hecho. M¨¢s incluso que en su primera entrega. Cantidades ingentes de angustia llenan los diez cap¨ªtulos (esta semana se emite el ¨²ltimo) de un drama que hace honor a todas las letras de tal etiqueta. Tanto dolor y tantos pu?etazos directos a la conciencia del espectador ("?qu¨¦ har¨ªas t¨² en esa situaci¨®n?", parece preguntar una y otra vez).
No se ha contentado con plantear conflictos derivados de las diferencias econ¨®micas y sociales. O la homofobia en la adolescencia. Ha querido ir m¨¢s all¨¢. Ir a la ra¨ªz. A los problemas en el sistema educativo estadounidense. Al racismo del d¨ªa a d¨ªa. A los prejuicios y la hipocres¨ªa que reina en la sociedad. Incluso ataca a las ideas preconcebidas de los espectadores. No tiene compasi¨®n ni de sus personajes ni de los sufridos televidentes. Y entonces te dispara al est¨®mago, da un triple salto mortal, rompe con la narraci¨®n habitual y en un cap¨ªtulo se transforma en una mezcla de ficci¨®n y documental con testimonios de personas que vivieron acontecimientos similares a los que est¨¢n reflejando.
La denuncia de una violaci¨®n ocurrida durante una fiesta estudiantil (crimen que todav¨ªa no est¨¢ claro y que quiz¨¢ no termine de aclararse) sirve como detonante para diferentes tramas en paralelo. Padres dispuestos a hacer cualquier cosa por defender a sus hijos. Adolescentes que mienten o cuentan medias verdades para no perder los privilegios de que gozan. Directores de institutos entre la espada y la pared. Situaciones en las que a ninguno le gustar¨ªa verse.
American Crime es una rara avis en el panorama televisivo actual. No lo es solo por acumular tal nivel de temas y una intensidad dram¨¢tica inmensa en los solo 40 minutos que dura cada cap¨ªtulo. Ni por su estilo narrativo, directo, sin rodeos, con muchos primeros planos. Lo m¨¢s raro de American Crime es que en Estados Unidos se emite en una cadena en abierto, la ABC, donde, claro, su audiencia es m¨¢s que baja. Curiosamente, en un pa¨ªs donde deber¨ªa ser obligatorio que en todos los institutos se proyectara esta serie, nadie la ve.
Una pena porque se est¨¢n perdiendo algunas de las mejores interpretaciones de lo que llevamos de a?o. Buena parte de los actores que protagonizaron la primera temporada de la serie repiten en esta segunda tanda dando vida a personajes diferentes. Pero, a pesar de esas diferencias, el nivel actoral de la serie es tal que en el segundo cap¨ªtulo ya era como si llevaran dando vida a sus personajes toda la vida. Felicity Huffman, Regina King, Timothy Hutton, Elvis Nolasco, Lili Taylor... Entre las incorporaciones destaca Connor Jessup, el joven cuya vida se vuelve del rev¨¦s al cambiar de instituto y al contar a su madre que algo pas¨® en aquella fiesta nocturna, que quer¨ªa experimentar pero eso no supone que quisiera lo que ocurri¨®. Una de las v¨ªctimas principales en un panorama en el que todo el mundo es, de una forma u otra, v¨ªctima.
?Qui¨¦n quiere vivir en un mundo en el que siguen pasando estas cosas? Qu¨¦ asco de mundo. Pero qu¨¦ buena es American Crime.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.