?frica y mujer como reserva
Una exposici¨®n en el MUSAC muestra la innegable modernidad del arte practicado por las mujeres africanas
Entre las decenas de ocurrencias convertidas en exposiciones, la titulada El Iris de Lucy plantea algunas controversias que, atascados como estamos en la inercia de la ¡°correcci¨®n pol¨ªtica¡±, rara vez tenemos en cuenta. La principal es si deber¨ªamos seguir tratando el arte hecho por mujeres de otros continentes como si fuera una reserva, un objeto de vivisecci¨®n cultural dispuesto a ser salvado, preservado y transportado al otro lado del Atl¨¢ntico por un sujeto descubridor. Hay otras cuestiones derivadas que tienen que ver con el mimetismo y la globalizaci¨®n del gusto, y se podr¨ªa ir m¨¢s lejos, pues el capital lo succiona todo hasta no dejar gota.
Pero mientras esperamos a que los zool¨®gicos dejen de inspirar ternura en nuestras mentes infantiles, es justo valorar, en t¨¦rminos de visibilidad, esta muestra comisariada por el voluntarioso y apasionado Orlando Britto, que acaba de ser elegido por m¨¦ritos propios director del Centro Atl¨¢ntico de Arte Moderno (CAAM). La Iris del t¨ªtulo se refiere al esqueleto de la adolescente australopiteco (?el eslab¨®n perdido de la evoluci¨®n humana?) descubierto en Etiop¨ªa en 1974 por un equipo de antrop¨®logos norteamericanos. En un texto introductorio, el comisario canario se pregunta por qu¨¦ el hallazgo fue bautizado con el nombre de una canci¨®n de los Beatles (parece que en el momento del descubrimiento sonaba en la radio Lucy in the Sky With Diamonds) y no con Nefertari, Beatriz del Congo o Nehanda de Zimbabwe, una decisi¨®n que, seg¨²n Britto, ¡°desvela la prepotente mirada occidental incapaz de hacer suyos referentes hist¨®ricos y culturales de los riqu¨ªsimos espacios que ha ocupado e investigado¡±. Y a?ade: ?Por qu¨¦ los antrop¨®logos tuvieron que sustraerle su conexi¨®n con su propio contexto, su identidad, su iris?¡±, ¡°?cu¨¢l ser¨ªa entonces el iris de Lucy, su aut¨¦ntica mirada?¡±. Sorprendentes preguntas planteadas sin muchos matices por un hombre blanco occidental desde el museo de una ciudad, Le¨®n, con su peque?o, encantador y conservador entorno.
La mejor manera de poner en valor el trabajo de esta veintena de creadoras africanas ser¨ªa incluirlo en las nuevas lecturas de la historia universal del arte. Con todo, lo que vemos en el MUSAC son trabajos de sustancia, m¨¢s que resonantes o de fantas¨ªa. Un ejemplo es la brutal po¨¦tica de la egipcia Amal Kenawy (1974-2012) y sus serias objeciones a cierto arte etiquetado como ¡°feminista¡± convertido en fetiche comercial del que aqu¨ª andamos bastante sobrados. Una de las muchas conclusiones a extraer de la visita al MUSAC es que la innegable modernidad del arte practicado por las mujeres en el ¡°continente negro¡± (?qu¨¦ burda generalizaci¨®n!) se ha quedado en alg¨²n lugar entre la espiritualidad extrema del realismo y una impactante est¨¦tica video-fotogr¨¢fica que las iguala a cualquier artista comercial de cualquier galer¨ªa comercial.
El Iris de Lucy. Artistas africanas contempor¨¢neas. MUSAC. Le¨®n. Hasta el 12 de junio.
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