El conflicto colombiano narrado por las mujeres
La pel¨ªcula 'Dos mujeres y una vaca' habla del sufrimiento, pero tambi¨¦n de la tenacidad de las miles de madres que la guerra hizo m¨¢s fuertes
En el a?o 2000, Colombia vivi¨® una de las masacres m¨¢s aterradoras de su historia. Una ni?a de seis a?os y una mujer de 65 se contaron entre las 61 v¨ªctimas que dej¨® la incursi¨®n armada de 450 hombres a El Salado, un pueblo en el norte de Colombia. Torturaron, violaron, decapitaron. Fue una de las acciones m¨¢s sangrientas de las Autodefensas Unidas de Colombia, el grupo paramilitar que se desmoviliz¨® en el a?o 2006.
La tragedia, que convirti¨® al pueblo en un s¨ªmbolo que demostr¨® que s¨ª era posible levantarse despu¨¦s del horror, se qued¨® en la cabeza del Efra¨ªn Baham¨®n, un maestro de literatura que ha dirigido televisi¨®n y que decidi¨® estrenarse en el cine con Dos mujeres y una vaca. La historia de El Salado fue el punto de partida para hablar de un sentimiento colectivo de frustraci¨®n e impotencia que el pa¨ªs padeci¨® a inicios de los a?os 2000, cuando las masacres parec¨ªan estar volvi¨¦ndose comunes para los colombianos. ¡°La violencia de los paramilitares llev¨® la guerra a unos niveles inimaginables¡±, dice. Y en su primera pel¨ªcula lo refleja desde la voz de las mujeres. De las tantas que quedaron viudas, hu¨¦rfanas, solas y sin nada. Las que tuvieron que dejar sus casas porque la violencia las oblig¨®. ¡°Las mujeres de mi pa¨ªs son las que m¨¢s han padecido el conflicto, pero a la vez las que han mostrado mayor capacidad para enfrentarlo a trav¨¦s de su fuerza y resiliencia¡±.
La pel¨ªcula, un viaje por el campo de dos mujeres en compa?¨ªa de una vaca, permite, seg¨²n el director y guionista, que la mirada masculina sobre la que se ha construido la historia del conflicto en el pa¨ªs le ceda el paso a la mirada conciliadora y protectora de dos campesinas. Rosa y Hermelinda, que no saben leer ni escribir, reciben una carta que las motiva a emprender un largo camino hasta encontrar a alguien que les ayude a saber qu¨¦ dice en el papel. El remitente es Pastor, hijo de Rosa y pareja de Hermelinda. En el primer pueblo que encuentran todav¨ªa hay marcas de dolor. All¨ª, acaba de ocurrir una masacre. Tras ser retenidas y liberadas, las mujeres emprenden una huida en la que descubren que la guerra ¡°no es m¨¢s que una prolongaci¨®n del odio, los secretos y el miedo que todos llevamos dentro¡±.
Corina, la vaca, camina junto al par de mujeres para hacer el camino m¨¢s f¨¢cil. ¡°Es s¨ªmbolo de sustento y apoyo en la vida cotidiana de las protagonistas. Sin embargo, otros insisten en ver a la vaca como la imagen de un pa¨ªs que a pesar de las dificultades termina por sobreponerse. Eso se lo dejo al p¨²blico¡±, se?ala el director, para quien la pel¨ªcula tambi¨¦n es una excusa para hablar del analfabetismo. ¡°En Colombia tenemos un gran n¨²mero de personas que no saben leer ni escribir. Los gobiernos est¨¢n preocupados por resolver problemas inmediatos, pero se olvidan que los problemas del pasado siguen all¨ª. Aprender a leer significa aprender a comprender el mundo y su historia, incluir al otro, no solamente decodificar letras¡±.
Despu¨¦s de m¨¢s de cincuenta a?os de violencia, el pa¨ªs ha retrato decenas de veces la crueldad de la guerra. Sin embargo, destaca Baham¨®n, ¡°el cine colombiano est¨¢ encontrando nuevas formas de construir el relato del conflicto. Estamos entrando a una especie de introspecci¨®n, donde se intenta entender el origen de la violencia para poder explicarla y comprenderla. En esa medida, a pesar del dolor y las vicisitudes que padecen las protagonistas de esta pel¨ªcula, la vida se abre camino y se arriba a un momento de reconciliaci¨®n y perd¨®n¡±.
En Dos mujeres y una vaca, que se estren¨® el pasado 19 de mayo en Colombia, se siente la dureza de la violencia, pero tambi¨¦n la esperanza cuando se sobrevive a ella. ¡°Al igual que la mayor¨ªa de los colombianos, deseo la paz para mi pa¨ªs, espero que la gente reflexione sobre la necesidad de una reconciliaci¨®n. Como dice uno de mis personajes ¡®ya estuvo bien de tantos muertos¡¯¡±, concluye el director.
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