Noche negra para todo lo blanco
En la primera noche del certamen, Algiers y Vince Staples proponen un cambio de escenario y de Pantone en el mundo de la m¨²sica independiente
Hasta hace bien poco exist¨ªa la idea de que un grupo indie pod¨ªa grabar un disco bueno, regular o malo, pero casi siempre lo defender¨ªa en directo bastante mejor que un artista de hip-hop. Sobre todo, en Europa, donde lo asimilado era que los raperos ven¨ªan de paseo, desganados y solo convenc¨ªan a los conversos. Y ni eso les importaba. Bien, pues en la primera jornada del Primavera Sound se vio c¨®mo esto ha girado totalmente. Los artistas del hip-hop m¨¢s o menos letrado, moderno, con tanta intenci¨®n como actitud, ya llegan aqu¨ª entendiendo que quienes vienen a verlos son tan relevantes como los tipos que se acercan a sus conciertos en Alabama o Arkansas. Y por otra parte, se confirm¨® dram¨¢ticamente que hay una nueva estirpe de artistas indies que perge?an discos notables, de aquellos que apetece ver en directo porque una vez fue muy apetecible ver a Dylan, a Television o a Pavement en tres dimensiones.
El jueves, en el escenario Pitchfork del Primavera Sound se presenci¨® un giro copernicano que, podr¨ªa parecer accidente, pero tiene toda pinta de s¨ªntoma. Sobre las ocho, salt¨® al escenario Car Seat Headrest, el proyecto del chaval indie de la temporada, quien ha entregado un magn¨ªfico disco en el que todas las referencias son reconocibles, pero logra colocarse por encima de ellas para terminar despachando una obra tremendamente disfrutable y extremadamente inteligente. Bien, pues su concierto fue un fiasco de dimensiones isabelinas. Sonido flojo, actitud desparecida, conversi¨®n de un cancionero notable en letan¨ªas. Dos horas m¨¢s tarde, se sub¨ªa al mismo escenario Vince Staples, la revelaci¨®n del hip-hop del pasado a?o, y en solo tres minutos hab¨ªa reventado todo. Absolutamente todo. Se com¨ªa el escenario, explotaban los beats, saltaba y empatizaba. Nada que ver con la historia del hip-hopero chulesco y distante. No, era un colega que cruzaba el dub con el hip-hop con la electr¨®nica con el pop. Y lo hac¨ªa mir¨¢ndote a los ojos, desprovisto de toda la parafernalia asociada a estos clich¨¦s del rap. Servidor iba vestido m¨¢s raro que ¨¦l. As¨ª parece que van a ser las cosas y, como siempre, el Primavera Sound nos advierte de ello.
Antes, en el escenario Heineken, un monstruo que tiene la extensi¨®n del barrio en el que uno se cri¨®, Algiers degranaban su cancionero pol¨ªtico y agresivo ante una audiencia sorprendida por el poder¨ªo de la banda. Son muy grandes, pero no ser¨¢n importantes hasta que den con una canci¨®n de ¨¦xito. Mientras, ser¨¢n ese grupo al que arrastras a ver a un amigo y te lo agradece. Un rato m¨¢s tarde, en un aparcamiento, que es donde se ubica el Heineken Hidden Stage, un espacio donde caben solo 500 personas y al que se accede por invitaci¨®n antes recogida en un punto del recinto, Peaches, ep¨ªgono de esa cosa llamada electroclash, que a principios de este siglo hizo que los que solo cre¨ªan en guitarras empezaran a creer en el sexo, perge?¨® un concierto entre entra?able e irrisorio. Coristas vestidos de vagina, ella vestida de reina pavo, bases que ahora suenan a videojuego de gama baja y esa idea de que el sexo es a¨²n provocaci¨®n, cuando, en realidad, casi todos los miembros de la audiencia, hoy mantienen relaciones sexuales mucho m¨¢s osadas que las que ella prpone como atrevidas. Si se dedicara solo a ser divertida y olvidara ser importante, le ir¨ªa mucho mejor.
Importantes, en el peor sentido de la palabra, se han cre¨ªdo siempre Air. Trascendentes, relevantes, serios. Un co?azo. Pero hoy, destripados de la necesidad de ser la reina de baile, regalaron un concierto en el que sus veleidades progresivas mutaron en un formato infalible de pop elegante. ?Saben aquello de que hay una gran distancia que separa al que va vestido muy vestido del que va bien vestido? Pues ellos llegaron a lo segundo. Demostraron que todo ese onanismo con el que trataron de esquivar su complejo de inferioridad las bandas de su cala?a, ya se les pas¨®, y de paso confirmaron una cosa, de hecho, la cosa que hace que este festival sea as¨ª de relevante. No ves solo a bandas actuando bien o mal, ves un estado de ¨¢nimo, ves hoy e intuyes ma?ana. Sientes.
Babelia
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