Humor frente al infierno nazi
El Teatro Real presenta 'El emperador de la Atl¨¢ntida', una ¨®pera compuesta por Viktor Ullmann en un campo de concentraci¨®n
Impregnada en muerte naci¨® una f¨¢bula. Sat¨ªrica, hilarante, jocosa y negra. Muy negra. Brot¨® de la mano de dos reos que quiz¨¢s por saberse condenados hicieron uso de un valor casi inconsciente. El compositor Viktor Ullmann y el libretista Peter Kien dieron vida, desde el campo de concentraci¨®n de Terez¨ªn (en la actual Rep¨²blica Checa) y poco antes de ser conducidos a Auschwitz, a la que ser¨ªa su ¨²ltima obra El emperador de la Atl¨¢ntida o la abdicaci¨®n de la muerte (1943). Una ¨®pera que se r¨ªe a carcajadas en las mismas fauces del infierno nazi y que se lleg¨® incluso a ensayar en Terez¨ªn, desafiando a las autoridades. El Teatro Real, en coproducci¨®n con el Teatro de la Maestranza de Sevilla y el Palau de les Arts Reina Sof¨ªa de Valencia, presenta esta obra, con cinco funciones entre los d¨ªas 10 y 18 de junio, que cuenta con la orquestaci¨®n de Pedro Halffter y la direcci¨®n de escena de Gustavo Tambascio.
El arte como evasi¨®n
El Teatro Real culmina en el mes de junio su programaci¨®n dedicada a la creaci¨®n art¨ªstica en tiempos de opresi¨®n con los siguientes espect¨¢culos:
Mois¨¦s y Aar¨®n
(Hasta el 17 de junio)
M¨²sica de Arnold Sch?nberg
Direcci¨®n Musical de Lothar Koenigs
Direcci¨®n de escena Romeo Castellucci
Albert Dohmen (Mois¨¦s) / John Graham-Hall (Aar¨®n)
El Emperador de la Atl¨¢ntida
(Del 10 al 18 de junio)
M¨²sica de Viktor Ullmann y libreto de Peter Kien
Orquestaci¨®n y direcci¨®n musical de Pedro Halffter
Direcci¨®n de escena de Guastavo Tambascio
Concierto de ¡®M¨²sica degenerada¡¯
(12 de junio)
Orquesta Titular del Teatro Real
Obras de Andr¨¦ Previn, Ernst K?enek y Erich Korngold
Concierto de Angela Denoke
(15 de junio)
Angela Denoke (soprano), Tal Balshai (piano) y Norbert Nagel (clarinete y saxo).
Obras de Kurt Weill, Hanns Eisler, Walter Kollo o Friedrich Holl?nder.
Conocedor de su destino, Ullmann cuenta aqu¨ª una historia te?ida de fantas¨ªa pero rebosante de cr¨ªtica, que se vuelve a¨²n m¨¢s cruda si se tiene en cuenta el contexto del compositor y su libretista. La muerte est¨¢ ofendida porque su oficio, el de arrebatar vidas, se est¨¢ industrializando. El emperador, personaje que hace una clara alusi¨®n a Adolf Hitler, ha usurpado su labor y esta rompe su guada?a y se declara en huelga: nadie podr¨¢ ya morir. Suceden entonces excentricidades como que un hombre, despu¨¦s de ser ahorcado y tiroteado sin ¨¦xito, consigue seguir vivo m¨¢s de 80 minutos. ¡°Es dif¨ªcil abstraerse y no dejarse llevar por la parte tr¨¢gica. Ullmann ataca el totalitarismo, la muerte¡ y lo hace con un sentido del humor incre¨ªble. Que las propias v¨ªctimas escriban esta obra de forma tan humor¨ªstica lo hace m¨¢s que escalofriante¡±, se?ala Tambascio con un claro nerviosismo ante el estreno de la producci¨®n. ¡°Significa el valor de la libertad, del poder de comunicar tanto en su sentido art¨ªstico como en su sentido de protesta. La importancia de la comunicaci¨®n de la verdad llegando ambos autores a su l¨ªmite absoluto¡±, a?ade Halffter.
La obra cuenta con un pr¨®logo compuesto por tres obras (El canto de amor y muerte del corneta Christoph Rilke, de Ullmann y que ser¨¢ interpretado por Blanca Portillo, Adagio in memoriam Ana Frank y Peque?a obertura para El emperador de la Atl¨¢ntida, ambas con m¨²sica y orquestaci¨®n del propio Halffter basadas en la Sonata para piano n¨²mero 7 del compositor) que pone en contexto al p¨²blico y relata los horrores del r¨¦gimen. Sin embargo, en El emperador de la Atl¨¢ntida desaparece de la escenograf¨ªa cualquier alusi¨®n al nazismo. ¡°Quer¨ªamos contar la historia en la primera parte, pero no dentro de la ¨®pera misma, que se cuenta como la f¨¢bula que es. No quer¨ªamos contaminar la obra con la historia¡±, explica el director de escena.
Ullmann termin¨® sus d¨ªas en Auschwitz poco despu¨¦s del ensayo de su creaci¨®n, pero no se llev¨® consigo la partitura. La dej¨® en Terez¨ªn, un campo de concentraci¨®n reservado a artistas e intelectuales jud¨ªos y con el que las autoridades nazis quer¨ªan dar apariencia de normalidad. ¡°Era un campo fachada destinado a una serie de jud¨ªos ilustres que los nazis no pod¨ªan hacer desaparecer abiertamente. Un lugar con el que intentaban demostrar que all¨ª ten¨ªan libertad absoluta y que incluso visit¨® la Cruz Roja¡±, afirma Tambascio. Al terminar la guerra, la m¨²sica y el libreto fueron rescatados por un preso que se las entreg¨® al compositor y director ingl¨¦s Kerry Woodward, presente tambi¨¦n en la rueda de prensa del coliseo madrile?o, quien la adapt¨® y estren¨® en 1975. Hasta ahora, la ¨®pera de Ullmann hab¨ªa sido representada como si se tratase de una pieza de c¨¢mara. Pero tanto Halffter como Tambascio han querido ir m¨¢s all¨¢. ¡°Es muy potente, genial. La m¨²sica es bell¨ªsima. Nos planteamos c¨®mo ser¨ªa esta creaci¨®n si el compositor la hubiera escrito para ser estrenada en un gran teatro de ¨®pera y no en un campo de concentraci¨®n¡±, a?ade el director de orquesta, que confiesa su creciente inter¨¦s por la historia de la primera mitad del siglo XX. ¡°Me apasiona esta ¨¦poca porque es evidente que no hemos sido capaces de asumir la aniquilaci¨®n masiva de una parte de la poblaci¨®n europea que se produjo entonces. Y no hemos conseguido moralmente tener una reacci¨®n clara para que esto no vuelva ocurrir,¡± sentencia Halffter. Por eso, obras como El emperador de la Atl¨¢ntida tienen tanto valor, para el director de orquesta: son los testimonios de aquellos intelectuales que experimentaron los horrores de una guerra masiva por primera vez y que, seg¨²n ¨¦l, tienen la respuesta para impedir un desastre de tal magnitud se repita.
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