La primera escapada
Es una pel¨ªcula tan tambaleante como la sexualidad de sus criaturas, armada de uno de esos guiones esquel¨¦ticos tan de moda en cierto cine de autor
En la vida del homosexual suele haber un momento en que las certezas interiores se topan con los condicionantes exteriores. Unas dudas sociales que, quiz¨¢ durante un tiempo, lleven a las relaciones con el sexo contrario y, claro, a la insatisfacci¨®n. Dependiendo de la madurez y del entorno, esa edad puede variar hacia arriba o hacia abajo, pero la adolescencia casi siempre es el t¨²nel que acaba en el encuentro de la salida y de la luz, o en el perpetuo escondrijo en un interior no asumido. Los dos protagonistas de La orilla (Beira-Mar), primer largometraje de los brasile?os Filipe Matzembacher y Marcio Reolom, rondan los 18 a?os, y est¨¢n en ese momento donde se une la seguridad interior y la dificultosa exteriorizaci¨®n. Una sensaci¨®n que los directores manejan muy bien en una pel¨ªcula con forma de trayecto, f¨ªsico e interior, que sin embargo no se ve acompa?ada por un empaque narrativo que la saque de un cierto estado de ensimismamiento.
LA ORILLA (BEIRA-MAR)
Direcci¨®n: Filipe Matzembacher, Marcio Reolom.
Int¨¦rpretes: Mateus Almada, Mauricio Jos¨¦ Barcellos, Elisa Brites, Francisco Gick.
G¨¦nero: drama. Brasil, 2015.
Duraci¨®n: 83 minutos.
La orilla es una pel¨ªcula tan tambaleante como la sexualidad de sus criaturas, armada de uno de esos guiones esquel¨¦ticos tan de moda en cierto cine de autor. Los asideros dram¨¢ticos son tan m¨ªnimos que si se suman los momentos clich¨¦, tanto en la vida como en el cine (el juego de la botella que lleva a eso de "verdad o acci¨®n"), la puesta en escena clich¨¦ (el m¨¦todo Dardenne de seguimiento de los personajes con la c¨¢mara en el cogote), y una trama paralela familiar que solo parece estar para rellenar metraje, que no lleva a ninguna parte ni en el tratamiento de los personajes de los chicos ni en el de los subtextos, tenemos un trabajo que no logra escapar de su condici¨®n de primerizo.
?Y, sin embargo, a pesar de sus debilidades, la pel¨ªcula consigue salir del atolladero creativo gracias a dos aspectos importantes. Primero, la fuerza de la met¨¢fora de su t¨ªtulo, apoyada en el escenario mar¨ªtimo, con dos chicos en la orilla de la vida, moj¨¢ndose los pies, pero con temor a dar el salto hacia las fr¨ªas aguas. Y segundo, el excelente manejo de la c¨¢mara en los instantes de incertidumbre, capturando esas miradas esquivas, hacia abajo, sin mirarse apenas de frente. Porque, cuando por fin consiguen encontrar sus ojos, hay verdaderos disparos de sexualidad, de esos que siempre quedar¨¢n para el recuerdo.
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