Homenaje en Madrid al gran editor Rafael Mart¨ªnez Al¨¦s

Rafael Mart¨ªnez Al¨¦s (Madrid, 1939) concita ahora, que est¨¢ retirado de sus labores como editor, tantas pasiones amistosas como cuando compet¨ªa por publicar libros (en Edicusa, la editorial de Cuadernos para el Di¨¢logo, en Alianza Editorial¡­). El jueves, Mart¨ªnez Al¨¦s recibi¨® un homenaje en la Residencia de Estudiantes ante un gent¨ªo que honraba a este editor m¨ªtico en la defensa del libro (fue director general del Instituto Nacional del Libro, fue el jefe del equipo que puso en marcha la Biblioteca Nacional de Santo Domingo, trabaj¨® en todas las batallas editoriales por la libertad, bajo Franco y despu¨¦s).

El¨ªas D¨ªaz, que public¨® algunos de sus libros con ¨¦l, dijo que no solo es ¡°un editor sin fronteras¡±, sino ¡°un vecino sin fronteras¡±. Resulta que viven en el mismo edificio. Y ah¨ª Mart¨ªnez Al¨¦s siempre se las arregla para resolver ¡°los arreglos y desarreglos¡± que afectan a una vecindad numerosa.

Mart¨ªnez Al¨¦s escuch¨® sonriente, hasta la emoci¨®n del ¨²ltimo minuto, cuando su mujer, la francesa Jo?lle Bavi¨¨re, convoc¨® a sus nietos all¨ª presentes a recordar siempre ¡°lo que hab¨¦is escuchado sobre esta gran persona que es vuestro abuelo Rafa¡±. Lo que hab¨ªan escuchado fueron muchos elogios.

Peli Lucendo, la viuda de Pedro Altares (omnipresente, desde Cuadernos en la vida de Mart¨ªnez Al¨¦s), destac¨® su ¡°humor surrealista¡±; a Francisca Sauquillo le emocion¨® recordar al editor ayudando a que la gente viviera mejor en el barrio de Palomeras bajo la dictadura; a Manuel Rodr¨ªguez Rivero lo ayud¨® a entender el oficio de editar.

Fue el editor de Albert Camus, por ejemplo, cuando el argelino se hab¨ªa evaporado de las librer¨ªas. Y siempre estuvo escuchando el sonido de los libros que ven¨ªan.