Muere Michael Herr, el gran cronista de la guerra de Vietnam
Autor del m¨ªtico 'Despachos de guerra' y guionista de 'La chaqueta met¨¢lica' y 'Apocalypse now', ha fallecido a los 76 a?os
Dos frases resumen la mezcla de reporterismo y alucinaci¨®n que marca Despachos de guerra (Anagrama), uno de los libros de periodismo m¨¢s importantes del siglo XX y la obra maestra de Michael Herr, fallecido el viernes 24 de junio en Delaware County (Nueva York) a los 76 a?os. Una de ellas es: ¡°Vietnam fue lo que tuvimos en vez de una infancia feliz¡±. El reportero espa?ol Manu Leguineche, que conoci¨® a Herr en Saig¨®n, no se cansaba de citarla porque reflejaba lo que el conflicto represent¨® para una generaci¨®n de informadores.
La otra frase es: ¡°El periodismo convencional no puede servir para cubrir esta guerra de la misma forma que un Ej¨¦rcito convencional no puede ganarla¡±. Michael Herr tuvo que inventarse una nueva forma de narrar el conflicto que defini¨® los a?os sesenta, el momento en el que todo cambi¨® ¨Cdescolonizaci¨®n, guerras entre los bloques en diferentes rincones del planeta, Mayo del 68, derechos civiles, libertad sexual, el rock&roll, las drogas, cambio en las relaciones sociales¨C. Todo esto aparece en Despachos, pero a la vez es un libro cargado de informaci¨®n, que permite comprender c¨®mo funcion¨® una guerra desquiciada y entender los motivos por los que EEUU la perdi¨®. En todo momento, su narraci¨®n est¨¢ marcada por el horror de la guerra para aquellos que la padecen.
Herr fue enviado por la revista Esquire a Vietnam durante dos a?os, en 1967 y 1969 (sobre este ¨²ltimo a?o escribi¨® que ¡°fue tan intenso que val¨ªa por toda una d¨¦cada¡±) y aprovech¨® la ventaja que le dio el ritmo mensual para escribir cr¨®nicas totalmente diferentes a las del resto de sus colegas. Tard¨® casi diez a?os en publicar la recopilaci¨®n de sus reportajes en una obra que casi autom¨¢ticamente se convirti¨® en un cl¨¢sico. John le Carr¨¦ lo calific¨® como ¡°el mejor libro sobre los hombres y la guerra en nuestro tiempo¡± y sobre el que Hunter S. Thompson, el gran gur¨² del periodismo gonzo, asegur¨®: ¡°Hemos pasado todos diez a?os intentando explicar lo que pas¨® en nuestra cabeza y en nuestra vida en la d¨¦cada a la que al fin sobrevivimos... Pero Michael Herr nos eclipsa a todos¡±.
La capacidad con la que Herr supo meterse en la mente de los soldados desquiciados por el combate ¨C¡°Algunos periodistas hablaban de operaciones sin historia posible, sin posibilidad de reportaje. No conoc¨ª ninguna¡±¨C hizo que le fichasen los autores de las mejores pel¨ªculas sobre Vietnam: colabor¨® con Francis Ford Coppola en Apocalypse now, filme para el que escribi¨® la voz en off del capit¨¢n Willard (Martin Sheen), y con Stanley Kubrick en el guion de La chaqueta met¨¢lica, una relaci¨®n tan intensa que escribi¨® un libro sobre ella, titulado Kubrick en el que describe con su acerada iron¨ªa la megaloman¨ªa del director, capaz de mantener conversaciones telef¨®nicas durante horas y horas ?¨C¡°He o¨ªdo decir a mucha gente que habl¨® con Stanley el ¨²ltimo d¨ªa de su vida y, aunque son muchos, los creo a todos¡±, escribi¨®¨C.
M¨¢s all¨¢ de estos dos vol¨²menes ¨CKubrick recoge dos o reportajes publicados en Vanity Fair¨C, public¨® un libro bastante ins¨®lito, Walter Winchell: A novel, que no alcanz¨® ni de lejos la repercusi¨®n de Despachos. Cuando muri¨®, seg¨²n relat¨® su hija Claudia a The New York Times, se hab¨ªa hecho budista y no quer¨ªa hablar de los tiempos de Vietnam. En realidad, vivi¨® casi toda su vida alejado del mundo desde que volvi¨® de Asia, afectado por un s¨ªndrome de estr¨¦s postraum¨¢tico. Concedi¨® muy pocas entrevistas.
Incluso as¨ª, es dif¨ªcil medir la profundidad de la influencia de sus Despachos, con los que instaur¨® una nueva forma de contar un conflicto sin, por ello, perder el rigor. Sus cr¨®nicas se publicaron cuando estaba estallando el nuevo periodismo en EEUU, con nombres como Truman Capote, Tom Wolfe, Gay Talese o Hunter S. Thompson. Herr ten¨ªa algo que ver con todos ellos, pero a la vez se mantuvo fiel a la mejor tradici¨®n del periodismo b¨¦lico estadounidense, encarnado en Ernie Pyle, cuyas cr¨®nicas fueron las m¨¢s seguidas durante la Segunda Guerra Mundial porque contaba las historias de los soldados de a pie. Herr tambi¨¦n narr¨® las batallas a pie de trinchera o, m¨¢s bien, a pie de emboscada en la selva.
Por encima de todo, su estilo, su capacidad para describir la vida cotidiana en mitad del horror, la riqueza de su lenguaje y la fuerza de sus met¨¢foras convierten a Despachos en un libro al que se puede volver una y otra vez. Con estas palabras, cierra su obra maestra: ¡°La guerra termin¨® y luego termin¨® de verdad, las ciudades cayeron, vi abalanzarse en el mar de China los helic¨®pteros que hab¨ªa amado mientras sus pilotos vietnamitas saltaban abandon¨¢ndolos, y un ¨²ltimo helic¨®ptero gir¨® sus h¨¦lices, se alz¨® en el aire y huy¨® de mi pecho¡±. En el cap¨ªtulo ¡®Colegas¡¯, sobre los periodistas con los que comparti¨® batallas en Vietnam, describe as¨ª al fot¨®grafo Tim Page: ¡°Recuerdo que le conoc¨ª cuando ten¨ªa 20 a?os y pens¨¦ que me hubiese gustado hab¨¦rmelo encontrado cuando a¨²n era joven¡±. Herr hizo periodismo de primera fila sobre lo que ocurr¨ªa en su tiempo, pero sigue siendo v¨¢lido ahora. Su legado es que, despu¨¦s de Despachos, nunca podremos mirar la guerra de la misma forma.
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