Alberto Montt: ¡°Sacar provecho a la vida es observar el minuto a minuto¡±
El ilustrador ecuatoriano-chileno presenta ¡®Achiote¡¯, su primera novela gr¨¢fica
El primer amor, los amigos de la infancia, la primera pelea o esa ocasi¨®n en que le hicieron un mal corte de pelo, con permanente incluida. Todas ellas son experiencias que podr¨ªan parecer simples o carecer de importancia para muchos, pero para el ilustrador ecuatoriano-chileno Alberto Montt (Quito, 1972) son momentos espec¨ªficos que marcaron su vida. Empez¨® a sentir el paso del tiempo de una manera m¨¢s detectable y que la memoria ¡°le estaba pasando la cuenta¡±. A raz¨®n de estos sucesos naci¨® Achiote (La Editorial Com¨²n, 2016), su primera novela gr¨¢fica, que fue presentada en la pasada Feria del Libro de Argentina. En esta obra, el autor dibuja y cuenta 13 de esos recuerdos que necesitaba plasmar en papel, empujado por la necesidad de ¡°torcer la mano al olvido¡±.
Montt, que desde hace una d¨¦cada publica sus vi?etas en el blog Dosis diarias, dice que la noci¨®n del tiempo fue una de las motivaciones que lo llevaron a crear su primera novela gr¨¢fica, ya que sus dibujos casi siempre se resuelven en una imagen. ¡°Hace rato ten¨ªa ganas de empezar a contar historias con un desarrollo m¨¢s extendido, pero no ten¨ªa claro qu¨¦ historias contar. Achiote es una respuesta a ese factor y a la necesidad de reencontrarme con aquello que me hizo ser quien soy. Mi historia; mis historias¡±.
El achiote es un arbusto cuyo fruto contiene semillas cubiertas de una sustancia viscosa de colo rojizo intenso, con la que se producen pigmentos y que se usa como especia colorante y saborizante en las cocinas latinoamericana. El autor describe a esta semilla como un puente entre dos mundos: la comida y la ilustraci¨®n. ¡°Ambos universos son parte fundamental en mi d¨ªa a d¨ªa; tanto en lo concreto como en lo metaf¨®rico. Es una novela que habla de aquello que me nutre y da sabor y saz¨®n a mi vida¡±.
El autor de Dosis diarias, por el que el conglomerado p¨²blico alem¨¢n de medios Deutsche Welle le otorg¨® en 2011 el premio The Bobs al mejor blog en espa?ol, rescata el d¨ªa a d¨ªa para este nuevo trabajo. A trav¨¦s de lo cotidiano conecta con otros, admite. Cree que ¡°muchas veces se da por sentado¡± lo que se considera habitual y no se le da la importancia que merece como una fuente de inspiraci¨®n. ¡°Muchas veces incluso las cosas importantes del d¨ªa a d¨ªa las archivamos en el disco duro y listo. Creo que siendo mejores observadores del minuto a minuto le podemos sacar m¨¢s provecho a la vida¡±, subraya. ¡°Todos somos aquel que compra el pan y el que paga las cuentas. Todos somos todos y mi historia tambi¨¦n es tuya¡±.
Estar pendiente de su entorno se convirti¨® un ejercicio creativo, ¡°una gimnasia diaria¡±, que le oblig¨® a desarrollar su trabajo como ilustrador en su p¨¢gina web. Ve Achiote y a Dosis diarias como parte de un mismo conjunto. Afirma no sentir orgullo por ning¨²n trabajo en especial durante su carrera y, a la vez, por todos. ¡°Supongo que me produce m¨¢s orgullo el vencer mi pereza cotidiana y subirme en el carruaje de la constancia¡±, precisa.
Es consciente de que la digitalizaci¨®n de la comunicaci¨®n y la popularidad de las redes sociales ha otorgado una salud inusual al panorama de la ilustraci¨®n latinoamericana. Y cree que Internet y las redes sociales est¨¢ permitiendo a muchos dibujantes saltarse la cadena tradicional de la edici¨®n y colocarlos en espacios que antes eran ¡°invisibles o impensables¡±. Pero tambi¨¦n advierte sobre el posible peligro y la desilusi¨®n que los nuevos contadores de historias pueden encontrarse: ¡°Sin duda es m¨¢s sencillo, pero tambi¨¦n est¨¢ el aspecto, que quiz¨¢ asusta m¨¢s, de la competencia descarnada. Cada minuto aparecen 1.000 webcomics y son muchos los barcos que terminan a la deriva¡±.
Casi todo su trabajo est¨¢ disponible en la red. Entre sus cuentas de Twitter y Facebook suma m¨¢s de medio mill¨®n de seguidores. Y, a pesar de esto, todav¨ªa se compran sus libros. ¡°Pocos, pero s¨ª¡±, dice. ¡°Creo que son dos factores diferentes y que pueden o no estar presentes al mismo tiempo. Uno, es el fetiche de lo impreso, el amor por el objeto. Y dos, el saber que es una forma de agradecer a quien est¨¢ entregando ese mismo contenido gratuitamente en la red¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.