Jerez prepara un a?o de homenajes a Lola Flores

Aunque no se da una especial efem¨¦ride, porque la de los veinte a?os de su fallecimiento ya pas¨®, su ciudad natal va a dedicar a la artista un a?o entero de actividades a modo de homenaje pendiente y tributo largamente demorado. ¡°Hija preclara, mujer libre y sin prejuicios en tiempos dif¨ªciles, artista transgresora, mito universal, icono de modernidad¡­¡± Son algunos de los ep¨ªtetos que introduce el programa Jerez a Lola Flores. Presencia y actualidad del mito (junio 2016-junio 2017) que se presenta como ¡°un acercamiento vivo, plural y caleidosc¨®pico a la trayectoria de una artista singular¨ªsima y a la vigencia de un legado¡± calificado como ¡°cada d¨ªa m¨¢s actual, m¨¢s f¨¦rtil, m¨¢s ic¨®nico¡±.

El programa del a?o a Lola, tal como se ha presentado, no abunda en concreciones y pasa por el ciclo cultural y festivo de la ciudad, que girar¨¢ en torno a la artista. Se le dedicar¨¢ as¨ª la tradicional Fiesta de la Buler¨ªa en septiembre, unas jornadas en octubre, el D¨ªa de la Zambomba en diciembre, una mirada desde el Festival de Jerez en febrero y, por fin, la pr¨®xima Feria del Caballo. Para concluir el a?o de tributos se anuncia el evento especial Flores para Lola en junio de 2017. Frente a la vaguedad de la programaci¨®n anunciada, un dato invita al optimismo: el compromiso y apoyo que las hijas de La Faraona, Lolita y Rosario, han mostrado a trav¨¦s de su representante. A trav¨¦s de ella, las Flores se han declarado involucradas y deseosas de aportar todo lo que llevan guardando estos a?os, declarando que el escenario jerezano es el m¨¢s adecuado que han encontrado para ello. Cabe imaginar, pues, una exposici¨®n de su legado, a¨²n por concretar. Tambi¨¦n se apunta al estreno de un musical que se prepara sobre su figura.

No se sabe si por casualidad, pero el primer acto del a?o de Lola vino a ser especialmente culto con la presentaci¨®n, en la Fundaci¨®n Caballero Bonald, del libro Lola Flores. Cultura popular, memoria sentimental e historia del espect¨¢culo, del profesor de la Universidad de C¨¢diz Alberto Romero Ferrer. La obra, de rigor acad¨¦mico y planteada como una tesis doctoral, se convert¨ªa as¨ª en la primera y principal aportaci¨®n al a?o, adem¨¢s de en util¨ªsimo marco te¨®rico del mismo y espl¨¦ndido argumentario sobre la trascendencia de la artista; aunque lo que termine resultando realmente trascendente, sobre todo una vez conocido, sea el estudio en s¨ª, que ha sido galardonado con el Premio Manuel Alvar de Estudios Human¨ªsticos 2016.

Romero Ferrer realiza un exhaustivo recorrido en cuatro tiempos sobre la vida y la trayectoria de la artista, un recorrido que reconoce ¡°a caballo entre la biograf¨ªa, el ensayo acad¨¦mico y la reflexi¨®n cr¨ªtica sobre un personaje con car¨¢cter transversal¡±. La intenci¨®n reivindicativa aparece de forma discreta, pero es manifiesta dentro de un trabajo que ahuyenta la caspa gracias a su rigor cient¨ªfico y convierte a Lola Flores en objeto de estudio, haci¨¦ndola, a su manera, ¡°entrar en la universidad¡±. Apunta el autor a la doble y deliberada impostura, flamenca y gitana, de la artista, pero para afirmar que esta ten¨ªa ¡°mucho de libertad, provocaci¨®n y desplante como actitud vital¡±, y m¨¢s en unos a?os, los de la posguerra, que fueron oscuros y represivos, especialmente para la mujer.

Dolores Ruiz Flores, Lola Flores (Jerez de la Frontera, 1923 ¨C Madrid, 1995) protagoniza una intensa carrera art¨ªstica, muy extensa en el tiempo ¨Ccubre la mayor parte del pasado siglo¨C y que, en opini¨®n de Romero Ferrer, se muestra muy compenetrada con los diferentes momentos de la historia contempor¨¢nea de la Espa?a que ella vive. Tras hacerse conocida bailando en su Jerez natal, debuta en el Teatro Villamarta ante Manolo Caracol con diecis¨¦is a?os y, ya con veinte y en Madrid, se reencuentra con el cantaor en Zambra, un espect¨¢culo fundamental que, en realidad, fueron varios, debido a las mutaciones que sufri¨® durante un lustro de ¨¦xito.

Emergiendo, pues, de la grisura y el hambre de la posguerra, se convertir¨¢ de manera sucesiva en afamada artista de la copla, del teatro y del cine, m¨¦ritos quiz¨¢s no lo suficientemente reconocidos. Superado el franquismo, con el que mantiene una ambigua relaci¨®n, llega a la transici¨®n constituida en un icono de s¨ª misma (¡°Yo soy Lola Flores y ya no puedo remediarlo¡±). Contar¨¢ con el rechazo de la intelectualidad de la ¨¦poca, que ve en ella demasiados vestigios y conexiones con el pasado franquista. Sobrevivir¨¢ de igual modo, se adaptar¨¢ a los nuevos medios (TV), y la fama que persigui¨® a punto estar¨¢ de devorarla en ocasiones.

A m¨¢s de 21 de su desaparici¨®n, el a?o dedicado a Lola Flores se plantea como una ocasi¨®n ¨²nica para revisar el legado de una artista que es parte inevitable de la cr¨®nica art¨ªstica y sentimental de tres cuartos del siglo XX de este pa¨ªs, y tambi¨¦n la oportunidad de observar si su obra pervive y tiene actualidad en este ya avanzado nuevo siglo.