Un dec¨¢logo para el encierro (en busca del corredor perfecto)
Diez recomendaciones para los que quieran desafiar a los toros en Pamplona
UNO: ALCOHOL Y DROGAS. El dec¨¢logo de balizas en busca del encierro ideal empieza por la negativa. ?Si bebes no conduzcas? Pues si bebes o te drogas, no corras. Regla de oro. No te juegues la ¨²nica vida que tienes ¨Cno eres un gato, pobre diablo- jugando a la ruleta rusa con seis morlacos de 600 kilos, seis fieras, preciosas, pero fieras. La dosis suplementaria de envalentonamiento y euforia que otorgan el alcohol o las drogas es proporcional a la absoluta p¨¦rdida de capacidad de reflejos. Si los polic¨ªas no han detectado tu estado lamentable, colabora, aporta un poco de ti a la vida y s¨¦ sabio: trata de conservarla. L¨¢rgate a casa, o a seguir rindiendo homenaje a Baco.
DOS: TU SITIO. Has de ir al encierro ¨Ces lo ideal- sabiendo perfectamente d¨®nde quieres empezar a correr. Las dudas son, siempre pero m¨¢s en esos momentos precisos, muy malas consejeras. Si lo tienes claro, col¨®cate en lo que consideres tu punto ideal. Si no, escoge un lugar, apuesta por ¨¦l y ya no te muevas. D¨®nde vas a acabar de correr no podr¨¢s saberlo, es in¨²til, no hagas planes. Pero ten por seguro que, salvo que seas un corredor experimentado o un divino, no ser¨¢n m¨¢s de 50 metros.
TRES: LA LLEGADA. Pl¨¢ntate en el recorrido del encierro con la suficiente antelaci¨®n (media hora es suficiente si se tienen las ideas claras, esto es a las 7,30), habiendo dormido bien, habi¨¦ndote levantado sobre las seis y desayunado algo energ¨¦tico, y habiendo ido al ba?o. Al encierro es mejor ir con los deberes corporales hechos, la evacuaci¨®n previa de sustancias es b¨¢sica. Ver¨¢s que muchos corredores acuden al encierro con un peri¨®dico enrollado en la mano. Los motivos son b¨¢sicamente dos: se lo han comprado para buscarse en las fotos del encierro del d¨ªa anterior, pero tiene tambi¨¦n la utilidad de servir de reclamo para guiar al toro, aunque es una costumbre en desuso.
CUATRO: ATUENDO. Calzado deportivo, evidentemente nada de zapatos, chanclas o alpargatas. Pese a que la cosa ha mejorado mucho con la aplicaci¨®n de productos antideslizantes, es f¨¢cil resbalar en el encierro de Pamplona, y m¨¢s si ha llovido esa noche. Y no se te ocurra correr descalzo como si fueras un Abebe Bikila de la vida. Primero, est¨¢ prohibido. Segundo, no sabes lo que haces. No es una boutade: vi dos veces a idiotas as¨ª. Y otra cosa, a medio camino entre el consejo y el ruego: procura vestir de blanco con pa?uelo rojo (aunque el pa?uelo puede ocasionar enganchones), no colabores en la ensaladilla progresivamente hortera y kitch protagonizada por esa legi¨®n de equipaciones de f¨²tbol de toda la ancha Espa?a, gorros y camisetas fantas¨ªa moradas, amarillas chillonas o verde fosforito.
CINCO: FORMA F?SICA Y CALENTAMIENTO. Emplea al menos 10-15 minutos en realizar estiramientos de (sobre todo) piernas, pero tambi¨¦n brazos, cuello, caderas. Es posible que en esos momentos est¨¦s firmando tu seguro de vida. Est¨¢ claro que el corredor ideal es el que hace ejercicio con regularidad y mantiene una buena o aceptable forma f¨ªsica. Si no perteneces a ese club porque eres m¨¢s de sill¨®nball, barriga cervecera o cualquier otro motivo relacionado con la vida sedentaria y las flacideces varias, pon cuidado. Ser¨ªa mejor que no te lanzaras, pero si decides hacerlo apl¨ªcate al menos el minientrenamiento descrito m¨¢s arriba. Si no sabes hacer estiramientos, solo tienes que imitar a los que te rodean en el callej¨®n.
SEIS: SEGURIDAD Y CONFIANZA. Si el corredor no est¨¢ seguro al 100% de querer participar en el encierro, si siente dos o tres veces antes del cohete la tentaci¨®n de irse a su casa, ha de irse a su casa. Es posible, en cualquier momento, pasar por debajo del vallado y salirse tranquilamente del recorrido. Ser¨¢ una sabia decisi¨®n. Nada peor que alguien vacilante en el recorrido del encierro. Se pondr¨¢ en peligro ¨¦l y pondr¨¢ en peligro a los dem¨¢s. Esto les pasa a los primerizos (sobre todo) pero tambi¨¦n a los m¨¢s experimentados. La raz¨®n b¨¢sica de por qu¨¦ se corre un encierro con toros bravos ¨Calgo similar a bucear entre tiburones- es el disfrute irracional de la brutal descarga de adrenalina. Pero no hay placer que valga, ya sea de car¨¢cter masoquista, si no se est¨¢ ah¨ª con todas las de la ley. De ser as¨ª, el goce se transforma en pavor y las piernas se bloquean.
SIETE: MIRAR Y EMPEZAR LA CARRERA. Has de colocarte en el lugar elegido y esperar. Probablemente esperar¨¢s dando saltos, un poco por seguir calentando y un poco porque est¨¢s acojonado ante la perspectiva de seis bestias y 12 cuernos astifinos acerc¨¢ndose a velocidad de crucero. El estado m¨¢ximo de tensi¨®n se producir¨¢ cuando escuches el cohete de las ocho en punto que marca la salida de los toros desde los corrales de Santo Domingo. Has de aplicarte en intentar ver la manada de lejos, al menos con 50 metros de distancia, y cuando el toro que abre manada est¨¦ a esa distancia, empezar la carrera intentando meterte en mitad de la calle. No esperes a tenerlos cerca para empezar a correr: te pasar¨¢n sin que te enteres, solo cuando corres el encierro te das cuenta de lo que corre un toro bravo. Hay que tener visualmente controlado al toro en todo momento. Cuando est¨¦s en plena carrera, no dejes de mirar hacia atr¨¢s a derecha e izquierda (y adelante, claro, sobre todo para evitar tropezarte con corredores ca¨ªdos). Todo esto parece dif¨ªcil. Y lo es.
OCHO: EST?S CORRIENDO. Indefectiblemete, la tensi¨®n y el miedo (puedes experimentar por vez primera la sensaci¨®n de no tener saliva que tragar: no es una frase hecha, es verdad) te llevar¨¢n a dar codazos y empujones. La solidaridad entre corredores es capital, pero su puesta en pr¨¢ctica no es sencilla. Trata de correr r¨¢pido, recto y ¨Ccomo se ha dicho- por el centro de la calle. Tambi¨¦n puedes optar por colarte en medio de la manada en plena carrera, cuando esta est¨¢ disgregada. Es lo que hacen muchos de los mejores corredores del encierro. Si decides hacerlo as¨ª, incorp¨®rate con decisi¨®n, no dudes un segundo, e intenta pillar toro¡ vasta misi¨®n.
NUEVE: ACTITUD EN EL ENCIERRO. No toques a los toros, mucho menos sus cuernos o su cabeza. A menudo, si est¨¢s corriendo en paralelo a uno de ellos, no tendr¨¢s otra opci¨®n que apoyarte en su lomo: trata de que eso dure lo menos posible, no te aproveches del tranco del animal para seguir corriendo pegado a ¨¦l y apoyado en ¨¦l. No cites a los toros. Est¨¢ terminantemente prohibido, y puedes llevarte un tremendo varazo de alguno de los pastores, y har¨¢n bien. Pero sobre todo, citar a un toro lateralmente ¨Cespecialmente cuando se ha disgregado de la manada y anda despistado- es un intento de suicidio para ti y un ejercicio temerario de homicidio involuntario para los dem¨¢s. No agarres al toro del rabo como no sea por estos dos motivos: para salvar la vida a un corredor ca¨ªdo a punto de ser embestido o para redirigir en el buen sentido de la trayectoria a un toro que se quiere dar la vuelta hacia las corrales. Solo para quienes los tengan muy bien puestos.
DIEZ: PUNTOS CR?TICOS DEL RECORRIDO. Cuesta de Santo Domingo: es el tramo inicial del encierro, desde los corrales hasta la Plaza del Ayuntamiento. 280 metros, sin huecos ni vallas para protegerse o salirse y un desnivel que alcanza el 10%. Los toros van a toda velocidad: est¨¢n frescos, y su privilegiada anatom¨ªa con las patas delanteras mucho m¨¢s cortas los convierten en b¨®lidos. Solo para corredores muy experimentados.
Ayuntamiento-Mercaderes: la Plaza del Ayuntamiento se corre en diagonal y luego hay una traicionera curva a izquierda que enfila la calle Mercaderes. Cien metros, tambi¨¦n muy peligroso.
Curva de Estafeta: el punto m¨¢s emblem¨¢tico del encierro. Antes los toros se empotraban contra la valla debido a la curva de 90 grados que tienen que dar hacia la derecha. Esto ha mejorado con los productos antideslizantes aplicados sobre el adoquinado pamplon¨¦s. Prohibido abrirse hacia la izquierda en esta curva; hay que tomarla con un giro r¨¢pido y seco hacia la derecha.
Calle Estafeta. 300 metros de autopista con un desnivel del 2%. Es el lugar de mayor volumen de corredores. Tambi¨¦n el mejor para debutar en el encierro por visibilidad y espacio. Un punto situado 50 o 60 metros despu¨¦s de la curva de Estafeta es una buena opci¨®n para empezar la carrera.
Telef¨®nica-Callej¨®n de entrada a la plaza de toros: un tramo peligros¨ªsimo en el que casi siempre hay percances. Eso s¨ª, los toros van ya mucho m¨¢s lentos y hay vallado a ambos lados, por lo que puedes salirte en caso de apuro. Pero hay poco espacio para tanto corredor, y todo acaba en el callej¨®n de entrada al ruedo, un perfecto embudo de 25 X 3,5 metros en el que se han solido formar montones peligrosos.
El ruedo: si has entrado en el ruedo corriendo delante de los toros, ¨¢brete instant¨¢neamente en abanico a derecha o izquierda y ret¨ªrate. No se te ocurra seguir a los toros y mucho menos citarlos.
DIEZ + UNO: EP?LOGO. Nada de todo este dec¨¢logo es cient¨ªfico ni demostrable, bien al contrario. El toro bravo es un animal extraordinario de comportamiento indescifrable, a menudo err¨¢tico e imprevisible, y puede herirte o matarte en cualquier momento. El n¨²mero de corredores es brutal y ese es el peor peligro del encierro. Todo ocurre en un abrir y cerrar de ojos. Si eres creyente, encomi¨¦ndate al capotillo de San Ferm¨ªn. Si no eres creyente, encomi¨¦ndate al capotillo de San Ferm¨ªn.
Suerte.
Babelia
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