El arrojo de Roca Rey sobrecoge a Pamplona

El joven Roca Rey ha vuelto a Pamplona dispuesto a convertirse en el rey de la fiesta y acaparar todos los premios que en Navarra han sido. Y a fe que lo lograr¨¢ porque ha ofrecido una sorprendente lecci¨®n de valor, arrojo, seguridad y desprecio del riesgo; emocion¨® a los tendidos y cort¨® las dos orejas de su primer toro tras dos volteretas de las que te dejan el cuerpo en guardia, y una actuaci¨®n espectacular no tanto por su profundidad como por su seguridad, confianza y la b¨²squeda desesperada del triunfo.

Este torero acaba de comenzar su carrera y parece un veterano. Tiene mucho que limar en su t¨¦cnica torera, pues tiende a ejecutar las suertes con escaso tino a las normas m¨¢s cl¨¢sicas, cita en l¨ªnea recta y se le nota la influencia de las figuras modernas.

Pero, amigo, en lo que respecta al valor es una sorpresa continua, consigue poner el coraz¨®n de los espectadores en un pu?o y se gana, con todo merecimiento, el favor de la plaza.

Eso le ha ocurrido hoy, mi¨¦rcoles; se hizo el amo de Pamplona en cuanto se abri¨® de capa, oblig¨® a las pe?as a guardar silencio ¡ªlo cual es m¨¦rito grande¡ª y triunf¨® con todo merecimiento.

Arboladura para regalar portaba el primero de su lote, al que recibi¨® con un abanico de ver¨®nicas, gaoneras y una larga. Corret¨®n y distra¨ªdo en los tres tercios, no fue toro de carril, y demostr¨® un molesto genio que dio, si cabe, m¨¢s emoci¨®n a la labor del torero. En un quite por tafalleras se gan¨® el primer revolc¨®n por pisar el terreno inadecuado.

Por estatuarios comenz¨® la labor con la muleta, asentadas las zapatillas en la arena, corroborados por un pase por la espalda y otro del desprecio, razones suficientes para entender la motivaci¨®n del torero. Continu¨® por la derecha con mando y serenidad, y, a la segunda tanda, el animal lo empal¨® por la pierna derecha, lo revolote¨® con violencia y le lanz¨® un derrote al corbat¨ªn con muy mala intenci¨®n que no alcanz¨® su objetivo. Continu¨® m¨¢s valiente si cabe, entre el entusiasmo general, y acab¨® con unas ajustadas manoletinas rubricadas de rodillas y el p¨²blico totalmente entregado. Mat¨® mal, pero ese peque?o detalle no tiene mayor importancia en esta tierra.

M¨¢s reposado ante el sexto, se reserv¨® con el capote, y lo intent¨® el tercio final ante un toro que repet¨ªa con tanta nobleza como soser¨ªa. El animal se raj¨® pronto y a la labor del torero le falt¨® la emoci¨®n necesaria. No pudo redondear su exitosa tarde, pero qued¨® constancia de que es torero a tener muy en cuenta.

Tambi¨¦n destac¨® Miguel ?ngel Perera, m¨¢s entonado que en otras tardes importantes de la presente temporada. Noble y clase derroch¨® su primero, al que mulete¨® con largura, hondura, templanza y gusto, especialmente en una tanda por hermosos naturales. Al intentar un molinete, dud¨® un segundo y sufri¨® una cogida impresionante que no tuvo mayor consecuencia. Fall¨® con la espada y vol¨® el premio. No desenton¨® ante el quinto, tambi¨¦n noble y repetidor, y otra vez fall¨® a la hora de la muerte, y su afinado paso por esta feria qued¨® vac¨ªo de trofeos.

Intent¨® Castella enmendar ante el cuarto su deficiente actuaci¨®n con el noble y encastado primero, con el que no se entendi¨®. Muchos pases, una faena interminable, pero insulsa, acelerada y muy destemplada. Mejor¨® con su segundo, noble como los dem¨¢s, y tras dos pases cambiados por la espalda, destac¨® en algunas tandas aceptables, pero con muy escaso fondo. No est¨¢ en su mejor momento de quien tanto se esperaba.