Octavo encierro de San Ferm¨ªn 2016: r¨¢pida y muy emocionante carrera de Miura

No batieron su propio r¨¦cord de dos minutos y cinco segundos del a?o pasado, pero el encierro de los legendarios toros sevillanos de Miura ha sido muy r¨¢pido ¡ª2' y 20¡¯¡¯¡ª y emocionant¨ªsimo; sobre todo en el tramo de Telef¨®nica, muy cerca ya de la entrada al callej¨®n, cuando un cabestro mastod¨®ntico ha intentado saltar por encima de un toro casta?o que se incorporaba en ese preciso instante, lo que ha provocado que el saltador perdiera el equilibrio y se diera un costalazo morrocotudo contra el suelo. Pero no qued¨® ah¨ª el asunto: un mozo que estaba ya ca¨ªdo estuvo a punto de ser aplastado por la mole de carne y se salv¨® por un quite oportuno del patr¨®n navarro.

Se levant¨® presto el castrado, pero le doler¨¢ el alma en los pr¨®ximos d¨ªas, y suerte tiene de que este fuera el ¨²ltimo encierro y ahora pueda reponerse del tremendo golpe. De todos modos, el incidente le permiti¨® no verse envuelto en una ca¨ªda en la que acabaron implicados los seis toros en la misma puerta de entrada al ruedo. Iba el grupo hermanado y a toda velocidad cuando se ha encontrado con un peque?o mont¨®n de mozos en el suelo, lo que ha trastabillado a los animales y todos ellos han acabado rodando por la arena. El m¨¢s perjudicado fue un toro casta?o que en su ca¨ªda clav¨® los pitones en el suelo y cay¨® con el cuerpo hecho un ocho; un joven qued¨® atrapado entre este y el toro que ven¨ªa detr¨¢s, y en su loca carrera por huir del emparedado qued¨® casi desnudo, con los astifinos pitones lami¨¦ndole la piel, el miedo en el cuerpo, para quedar, ya de pie, fuera del enorme peligro vivido. Al final, perdi¨® el equilibrio, pero qui¨¦n sabe si porque su cerebro no pudo clasificar tantas emociones en tan corto espacio de tiempo.

Repuesta la manada, enfil¨® el camino de los corrales, y a los dos minutos y veinte segundos se acab¨® el octavo encierro, el ¨²ltimo de este San Ferm¨ªn corrido por los m¨ªticos toros de Miura.

Todo hab¨ªa comenzado segundos antes en la cuesta de Santo Domingo, de la que salieron primero cinco cabestros, dispuestos a no perderse el protagonismo de los planos televisivos. Ellos, tan acostumbrados a esta pendiente, se colocaron en cabeza durante bastantes metros, metidos ya entre el numeroso grupo de mozos que espera a la altura de la imagen de San Ferm¨ªn.

Cuatro toros cierran el grupo, y as¨ª llegan todos hasta la calle Mercaderes. Se producen algunas ca¨ªdas, no hay cornadas, y aparece la bajada hasta la curva de Estafeta, por la que pasan los animales como si la conocieran de toda la vida, con la marcha aminorada y sin resbalones.

Poco p¨²blico en esa zona, y los toros inician la calle larga con espacio suficiente para correr a sus anchas. Menos corredores en este d¨ªa postrero, la manada prosigue su camino sin las molestias habituales de mozos que impiden el paso, los manosean y molestan.

Un toro resbala y atropella a varios mozos; un cabestro est¨¢ al frente de loa carrera, acompa?ado por un toro colorado, y de tal modo llegan al tramo de Telef¨®nica, donde espera la aglomeraci¨®n matinal de cada d¨ªa. Ah¨ª se produce la ca¨ªda de un toro casta?o y el costalazo posterior del cabestro, que ha sido el verdadero damnificado de este encierro.

Acab¨® el encierro con contusionados varios y parece que una sola herida en una ceja en la zona del ruedo.

Terminaron los encierros con el protagonismo de estos toros legendarios, cuyo paso por esta feria es una avalancha de datos: la de hoy era su carrera n¨²mero 36; cumplen cincuenta a?os en la Feria del Toro, han ganado seis veces el premio a la corrida m¨¢s completa y nueve al toro m¨¢s bravo. El peso medio de la corrida de hoy es de 600 kilos, y ostentan el r¨¦cord del encierro m¨¢s r¨¢pido. Casi nada. Ojal¨¢ esta tarde Rafaelillo, D¨¢vila Miura y Javier Casta?o cierren una triunfal corrida.