?Qu¨¦ dice Pok¨¦mon Go de nosotros?
El espect¨¢culo del juego es un intento humano por controlar la realidad
Pok¨¦mon Go sali¨® a la luz la semana pasada y, como cualquier innovaci¨®n que interrumpe el ciclo de noticias, gener¨® ensayos y an¨¢lisis que afirman que el juego es algo terrible que escenifica el declive de Occidente y la expansi¨®n del neoliberalismo. Este grupo de columnistas parece determinado a destruir fen¨®menos masivos. Creo que lo interesante es analizar por qu¨¦ ha tenido tanto ¨¦xito y, sobre todo, ?por qu¨¦ ahora?
Pok¨¦mon es algo que nos ha acompa?ado a muchos en nuestra infancia. Primero como dibujos animados, despu¨¦s como una serie de cartas y juegos de Gameboy (Color). En todos sus formatos, Pok¨¦mon estaba completamente alejado de la realidad, tanto que en la serie ni siquiera aparec¨ªan animales. No hab¨ªa perros, ni gatos o caballos. A nadie se le hubiera ocurrido jam¨¢s hacer una versi¨®n con personas de carne y hueso.
Parad¨®jicamente, Pok¨¦mon Go ha sido un ¨¦xito masivo y global en cuesti¨®n de d¨ªas gracias a su conexi¨®n con la realidad. El juego manipula la imagen de la c¨¢mara del celular para mostrar monstruos animados en todo tipo de sitios cotidianos: desde la cocina de tu casa a la parada del autob¨²s hasta una trinchera iraqu¨ª si te encuentras en Mosul luchando contra el ISIS.
Si Pok¨¦mon siempre ha estado felizmente anclado en el mundo de la animaci¨®n, ?por qu¨¦ este ¨¦xito insospechado al pasar al mundo real? ?Qu¨¦ ha cambiado entre finales de los noventa y hoy? ?Qu¨¦ nos ha llevado a poner m¨¢s ¨¦nfasis en la realidad?
En 2001, cuando muchos jug¨¢bamos con nuestros pokemones, dos aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas. El mundo entero fue testigo directo, en tiempo real, del ataque. Ning¨²n otro suceso hab¨ªa sido documentado de forma tan directa como los atentados del 11-S.
Como explica Rod Bastanmher en su art¨ªculo para VICE, esos dos impactos causaron una gran conmoci¨®n en la imaginaci¨®n norteamericana. Hollywood reflej¨® ese trauma. Despu¨¦s de haber sido v¨ªctimas y testigos de una atrocidad de tales proporciones, el p¨²blico exig¨ªa un espect¨¢culo que lo igualara y superara en realismo.
Hollywood puso el ¨¦nfasis en el realismo, en las tomas largas, con c¨¢mara port¨¢til. Incluso algo tan fant¨¢stico como los superh¨¦roes ahora ten¨ªan que ser retratados con cierto realismo.
El tiempo real comenz¨® a ser usado como un mecanismo narrativo. Ocurri¨® en la serie 24, de 2001 y en la pel¨ªcula United 93 (Paul Greengrass, 2006), sobre uno de los vuelos del 11-S que no consigui¨® su objetivo gracias al mot¨ªn de los pasajeros contra los secuestradores.
Tiene sentido por tanto que un remake del juego de Pok¨¦mon en 2016 tenga que contener un elemento crucial de realismo, sin sacrificar su est¨¦tica animada y aura fant¨¢stica. El espect¨¢culo es en cierta forma un intento humano por controlar la realidad. Es una imitaci¨®n de lo que vemos pero que, a diferencia de nuestro d¨ªa a d¨ªa, est¨¢ completamente bajo nuestro control.
La econom¨ªa actual ha alcanzado una complejidad in¨¦dita. El sistema financiero es pr¨¢cticamente ininteligible para la mayor¨ªa de la poblaci¨®n y como se comprob¨® con el Brexit, existe un enorme deseo de retomar el control sobre nuestra realidad inmediata. Como reclamaba el eslogan de la campa?a ganadora, ¡°let¡¯s take back control¡±.
Por tanto, es en ese cruce entre realidad y espect¨¢culo que se ha llamado ¡°realidad aumentada¡± donde se posiciona Pok¨¦mon Go, un fenomeno de masas puramente del siglo XXI.
Babelia
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