La vuelta a los or¨ªgenes de Chagall
El Museo Ruso de M¨¢laga se aproxima a la intimidad y a la obra m¨¢s desconocida del artista del color
Un emocionado Marc Chagall (V¨ªtebsk, Bielorrusia, 1887 ¨C Saint-Paul de Vence, Francia, 1985) llor¨® ante su obra Paseo (1917) cuando la contempl¨® en el Museo Estatal Ruso de San Petersburgo (entonces Leningrado) en 1972, al regresar a la Uni¨®n Sovi¨¦tica para reencontrarse con sus hermanas y sobrinos tras pasar medio siglo asentado en Francia. Es una de las obras fundamentales del artista del color, una pintura en la que aparece retratado con un p¨¢jaro en la mano derecha mientras con la izquierda tiene cogida a su esposa, Bella, mientras esta se eleva, como si pudiera volar.
¡°Se ve a Chagall con toda su fuerza; se ve su amor hacia su ciudad natal y hacia su mujer, su fantas¨ªa¡±, subraya Evgenia Petrova, directora art¨ªstica de la pinacoteca rusa, que adquiri¨® el lienzo en la d¨¦cada de los veinte del siglo pasado. En esta pintura hay elementos futuristas y en las viviendas que aparecen al fondo se perciben trazos cubistas, influencia de Picasso. ¡°Hay muchas cosas, pero sigue siendo Chagall¡±, a?ade Petrova para intentar transmitir la esencia del pintor que protagoniza la nueva exposici¨®n temporal del Museo Ruso de M¨¢laga, de la que es comisaria. Al autor apenas le influyeron las innovaciones de las vanguardias rusas ni las modas de otras corrientes europeas.
En Chagall y sus contempor¨¢neos rusos, que se puede visitar desde este mi¨¦rcoles hasta el pr¨®ximo 29 de enero, hay 16 obras del artista que recorren sus primeros pasos, su etapa inicial en Par¨ªs (entre 1910 y 1914) y su vuelta a la actual Bielorrusia, que abandon¨® de nuevo en 1923. El montaje pone en relaci¨®n este trabajo con el de otros creadores jud¨ªos con los que Chagall se form¨® en San Petersburgo o coincidi¨® despu¨¦s en Francia, entre ellos, Robert Falk, Nathan Altman y Vera Pestel. En total, hay 60 obras de 15 autores. El valor asegurado del montaje supera los 100 millones de euros.
Paseo es una ¡°obra maestra¡± y el lienzo m¨¢s conocido de la muestra. Ocurre igual con Amantes azules (1914), en la que vuelve a retratar el amor y la ternura hacia su mujer, y con Jud¨ªo en rojo (1915), que pertenece a una serie de cuadros consagrados a ancianos de esta religi¨®n en los que la soledad y la desesperaci¨®n son el estado de ¨¢nimo habitual. Pero el esp¨ªritu de la exposici¨®n es acercar al p¨²blico el Chagall m¨¢s desconocido, motivo por el que los fondos del Museo Estatal Ruso se exhiben complementados con otros procedentes de prestadores privados.
Muchas de las creaciones de Chagall, muy prol¨ªfico, fueron adquiridas por coleccionistas y al propio artista le costaba seguirles la pista, especialmente a las de sus inicios. ¡°Poco a poco, han ido apareciendo¡±, cuenta Petrova. El propio pintor, en la d¨¦cada de los setenta, se puso en contacto con varios aficionados al arte para decirles que no encontraba la ventana en la que Bella le dejaba flores. Alud¨ªa a su cuadro Vista desde una ventana a V¨ªtebsk (1908), localizado en San Petersburgo e incluido en la muestra. La pinacoteca rusa compr¨® en la d¨¦cada de los ochenta dos lienzos en los que Chagall retrat¨® a una de sus hermanas y hace solo cinco a?os que adquiri¨® Muchacha en el sof¨¢ (1907), una de sus obras m¨¢s tempranas.
El pintor tambi¨¦n plasm¨® a su padre y a su abuela y los oficios de la ciudad de provincias en la que se cri¨®, como el de carnicero de su t¨ªo (Matadero, 1911) o el de barbero (Viejo barbero, 1914). La obra m¨¢s tard¨ªa que se muestra en M¨¢laga es de 1924 (D¨ªa de fiesta. Rabino con lim¨®n). Tambi¨¦n se exhiben las ilustraciones que hizo en 1917 para El cuento del gallo, del cabrito y el ratoncito, junto a las que pint¨® El Lissitzky?para El cuento de la cabra.
En el recorrido se puede contemplar la reconstrucci¨®n del comedor de la casa familiar de Chagall en V¨ªtebsk, con los muebles y los objetos originales, enviados por las hermanas del pintor al Museo Estatal Ruso hace 20 a?os. Las mismas hermanas a las que Chagall escrib¨ªa mientras estaba fuera y les dec¨ªa que deseaba que el pueblo ruso pudiera contemplar su obra. Eso ocurri¨® a partir de 1988.
La Colecci¨®n del Museo Ruso de M¨¢laga inaugura otras dos temporales que tambi¨¦n se mantendr¨¢n hasta enero. Cervantes en el arte ruso expone 61 obras (pinturas, litograf¨ªas y grabados, entre otros) de 14 artistas de los siglos XIX y XX dedicadas al Quijote, muestra del ¡°respeto¡± que tiene Rusia hacia el escritor espa?ol y su genial obra. Resistencia, tradici¨®n y apertura. Arte ruso de las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas, por su parte, es una panor¨¢mica de las creaciones no oficiales (arte undeground) que se desarrollaron en el pa¨ªs tras la muerte de Stalin en 1953.
Babelia
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