Lope de Vega, autor de ¡®Romeo y Julieta¡¯

Imag¨ªnense una red social donde se habla en octos¨ªlabos, los amores son tan puros y exaltados como el que siente Julieta por Romeo y el crimen aguarda a la vuelta de la esquina. Se llama Verona, en la comedia hom¨®nima donde Jorge Garc¨ªa Val y Javier Sahuquillo, dos talentos j¨®venes, releen Castelvines y Monteses, hermosa y olvidada obra en la que Lope de Vega bebe, hacia 1607, de la misma novella de Mateo Bandello que inspir¨® a Shakespeare. Nada sab¨ªa el autor madrile?o de la tragedia que el ingl¨¦s hab¨ªa escrito diez a?os antes, pues no se tradujo al castellano hasta casi dos siglos m¨¢s tarde.

En la pieza de Sahuquillo y Garc¨ªa Val, la trama de la comedia lopesca se entrelaza con la investigaci¨®n de la muerte de un usuario de Verona, que coincide sospechosamente con la muerte del alias o avatar que utilizaba: Octavio, en la red social, es primo y pretendiente de Julia, protagonista de la obra de Lope. A diferencia de la Julieta shakespeariana, Julia es una joven resuelta, que toma la iniciativa en el amor y se las ingenia para dormir con su Roselo (Romeo) durante un par de meses, sin que nadie se aperciba. Como sucede con la Leonarda de La viuda valenciana o la Mar¨ªa de La moza de c¨¢ntaro, Lope muestra a trav¨¦s de Julia su conocimiento ¨ªntimo del alma femenina, fraguado en el roce mutuo: por amores sufri¨® c¨¢rcel, pas¨® a?os de destierro en Valencia, so pena de muerte, y fue vuelto a procesar. Las mujeres fueron el motor de su vida.

En la finura y desarrollo psicol¨®gico de sus personajes femeninos, se trasluce que los escribi¨® para actrices que conoc¨ªa y amaba, con alguna de las cuales tuvo hijos (Elena Osorio, Micaela de Luj¨¢n, Jer¨®nima de Burgos, Luc¨ªa de Salcedo¡­), mientras que Shakespeare hab¨ªa de escribir los suyos para actores travestidos. El oficio de c¨®mica en Espa?a y en Italia fue legal 90 a?os antes que en Inglaterra, donde las prohibiciones al acceso femenino a los escenarios se sucedieron hasta la segunda mitad de siglo XVII.

Verona entrevera ¨¢gilmente la comedia amorosa con el drama policial, el verso con la prosa, lo sublime con lo inicuo, la presencia de nativos de la era digital con la de los personajes lopescos que utilizan como avatares, para hablar, al cabo, de la red social como bosque donde los lobos se travisten de abuelitas, para merendarse a Caperucita internauta.

Al m¨¦rito de rescatar una de las muchas obras de Lope orilladas por ignorancia, indolencia e inercia cr¨ªtica, Sahuquillo y Garc¨ªa Val suman el de imbricarla en un tema de actualidad plena: su arrojada navegaci¨®n entre lo cl¨¢sico y lo contempor¨¢neo es una met¨¢fora de los peligros que arrostran los adolescentes en la red.

Tras un preestreno de rodaje en la sala Garc¨ªa Lorca de la RESAD madrile?a, cabe hablar de la hermosa energ¨ªa de Ariana Calahorro, una Julia palpitante, jovenc¨ªsima y magn¨¦tica; de la luz que Gloria Rom¨¢n le presta a Dorotea, del encanto de Nicol¨¢s Illoro en su doble papel; de la ductilidad de V¨ªctor S¨¢inz, cuyo aire, cuando encarna a Pedro, es el de un Charles Laughton joven y magro; de la efectividad de Santi Mart¨ªnez, el pulso con el que Jorge Eliseo G¨®mez sostiene la labor de zapa del inspector, y la generosa participaci¨®n coral de Mario Gonz¨¢lez Serrano.

Con la luz, Rub¨¦n Valero crea atm¨®sferas sugestivas y separa los dos universos de la obra, en un espacio po¨¦tico de Mario Gonz¨¢lez. Expresivos tambi¨¦n, el vestuario, de Sergio Guerra, y el movimiento, orquestado por F¨¦lix Cadenaba. Verona se estrena hoy en La Veleta, sede del Almagroff, secci¨®n del Festival de Almagro donde van a concurso compa?¨ªas j¨®venes y prometedoras, que dialogan de t¨² a t¨² con los cl¨¢sicos. En Madrid, Verona se representa en los Teatros Luchana el 24 y el 25 de julio, en un escenario algo chico para la profundidad esc¨¦nica con la que la funci¨®n est¨¢ planteada.