El baile rabioso y las supersticiones de Isabel Bay¨®n
Israel Galv¨¢n dirige a la bailaora en 'Dju Dju', espect¨¢culo estrella de la Bienal
"La electricidad que recorre nuestro cuerpo cuando extra?amos. Malos presentimientos. Mal de ojo. El mal fario. La baj¨ª. El mal baj¨ªo. Miedo. Aprehensi¨®n. Asco. El dju-dju¡±. As¨ª describe el artista Pedro G. Romero las tripas de Dju-Dju, el nuevo espect¨¢culo pensado por el bailaor Israel Galv¨¢n y protagonizado por Isabel Bay¨®n, estrella de la Bienal de Flamenco de Sevilla el pr¨®ximo mes.
Ambos fueron ni?os prodigio, con una infancia peculiar, salpicada de giras, y una complicidad que ya brot¨® en Lo Real (2012). Ahora los bailaores y core¨®grafos, amigos y con sendos premios nacionales de danza, trabajan con sus fantasmas y abundan desde la superstici¨®n de Bay¨®n en lo intangible de sus rutinas y miedos diarios.
En el estudio de Galv¨¢n, enclavado en un pol¨ªgono industrial de la capital andaluza, Bay¨®n baila espigada despu¨¦s de explicar la filosof¨ªa que nutre su nuevo montaje. Escoltada por las bailaoras Alicia M¨¢rquez y Nieves Casablanca, se mueven sonrientes y descalzas en una sincron¨ªa muda entre los disparos de los fot¨®grafos. Al fondo, el bailaor sonr¨ªe c¨®mplice. El pr¨®ximo 26 de septiembre en el Teatro de la Maestranza sevillano Bay¨®n estrenar¨¢ el espect¨¢culo acompa?ada del toque de Jes¨²s Torres, el cante de David Lagos y Alejandro Rojas-Marcos al clavicordio y el ¨®rgano.
¡°Soy bastante supersticiosa y convivo con ello. Me levanto con el pie derecho y tengo ciertas man¨ªas en el escenario. Quer¨ªa hacer una catarsis y le cont¨¦ a Israel (¡) Ahora con esto se me van a contar todas las tonter¨ªas¡±, dice con sorna Bay¨®n. A su lado, Galv¨¢n matiza: ¡°Me gusta el baile enfermo, que tiene que sufrir y le hace retorcerse (¡) Ella termina de afrontar sus man¨ªas, hay un gesto psicol¨®gico que afecta al baile¡±. Ambos trazan una cartograf¨ªa de sus miedos en un montaje con poco atrezo: ¡°La idea del p¨¢nico que te paraliza y te incita a bailar con una forma peculiar¡±, insiste el bailaor.
La nave de Galv¨¢n acumula sabor, cachivaches, diversi¨®n, pensamiento. Si al fondo manda un espejo de 20 metros de ancho, en uno de los laterales se alza una canasta para endulzar los descansos. Y en la entrada, antes del espacio de ensayo, se alza un taller repleto de maderas, hierros, una mesa de ping pong, el esqueleto de un piano, tambores rocieros y el cr¨¢neo de una vaca. A la derecha un sof¨¢, un frigor¨ªfico, dos pianos, libros en franc¨¦s, una cinta de correr, una bicicleta est¨¢tica, unos mu?ecos desnudos y un rinc¨®n con mil herramientas y tornillos, mesas y esprays para grafitis.
Sobre el l¨¢tigo que azota la creatividad del artista, matiza Galv¨¢n mientras Bay¨®n asiente: ¡°A las personas que soportamos una carga, nos gusta compartirla para aliviarla¡±.
El autor de El final de este estado de cosas, redux rememora el paralelismo de sus carreras art¨ªsticas con su verbo entrecortado y ese fraseo suyo tan especial: ¡°Los dos pertenecemos a la generaci¨®n San Francisco, del c¨®ctel San Francisco. Cuando chicos tuvimos una infancia rara y nos daban ese c¨®ctel porque los adultos tomaban whisky y no pod¨ªan darnos una fanta¡±.
Pedro G. Romero, compadre de Galv¨¢n y con el que colabora desde 1998, resalta c¨®mo ¡°lo m¨¢gico sigue siendo un elemento constituyente en los modos de hacer flamenco¡±. ¡°Se trata de saber por qu¨¦ apretamos nuestras barrigas cuando llega un mal presentimiento, por qu¨¦ juramos con vehemencia ante un desaf¨ªo¡±. Romero evoca la Danza del terror del Amor brujo de Manuel de Falla y la pel¨ªcula Superstici¨®n andaluza (1912) de Segundo de Chom¨®n como fuente de inspiraci¨®n para el montaje. El objetivo del espect¨¢culo es ¡°adentrarse en los t¨®picos, lo kitsch, lo degradado¡±.
Dju-Dju se estrena en la 19? edici¨®n de la Bienal, que tendr¨¢ 70 funciones de 66 espect¨¢culos diferentes durante 25 d¨ªas en la capital andaluza, entre el 8 de septiembre y el 2 de octubre. Dado que cerr¨® la programaci¨®n en febrero, ya hay 20.000 entradas vendidas.
Babelia
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