Ray Donovan
Desestructurados est¨¢n los Donovan entre el alcohol, el adulterio y las secuelas feroces de la pederastia, pero se aferran al s¨ªmbolo ancestral de la familia
Ray Donovan trabaja en Los ?ngeles como ¡°arreglador¡± de los problemas que amontonan las estrellas ¡ªcr¨ªmenes, drogas, des¨®rdenes sexuales¡ª, pero la escenograf¨ªa contempor¨¢nea de la serie no contradice que parezca en realidad un vers¨ªculo suelto del Antiguo Testamento. Crimen y castigo.
Es la dial¨¦ctica en que se desenvuelve el personaje al que representa Liev Schreiber en un ejercicio claustrof¨®bico de carisma teleg¨¦nico. No por lo que dice o por lo que hace, sino por lo que oculta y contiene. Ray Donovan es un patriarca b¨ªblico justiciero, aunque un psic¨®logo adocenado de nuestro tiempo lo describir¨ªa como el padre de una familia desestructurada.
Desestructurados est¨¢n los Donovan entre el alcohol, el adulterio y las secuelas feroces de la pederastia, pero se aferran al s¨ªmbolo ancestral de la familia como se aferran a la balsa los tripulantes de La medusa en el cuadro de G¨¦ricault. Y se aferran al tim¨®n de Ray, temi¨¦ndolo m¨¢s que am¨¢ndolo, adhiri¨¦ndose a la fascinaci¨®n que proporciona la angustia silenciosa del tipo. Verlo re¨ªr una o dos veces en cuatro temporadas llama la atenci¨®n tanto como las carcajadas de Greta Garbo en la escena del restaurante de Ninotchka.
Y se le coge cari?o a Ray Donovan pese a la sangre y el esperma de su historial depredador. Y se le coge cari?o hasta su padre, quiz¨¢ porque Jon Voight, entra?able en sus andares de cowboy de mediod¨ªa, envejece con grandeza en la caricatura del seductor y en la picaresca darwiniana del superviviente. De sobrevivir se trata. Y trata Ray Donovan tambi¨¦n, procurando ahora una cuarta temporada m¨¢s oscura, m¨¢s extrema en sus derivadas narrativas, pero m¨¢s ¨ªntima y psicol¨®gica en la deconstrucci¨®n de Liev Schreiber, un hombre solo rodeado de hombres solos, seguramente consciente de que la vida, como la muerte, consiste en una experiencia no ya individual sino solitaria. Es la alegor¨ªa que parece trasladarnos Ann Biderman, creadora de Ray Donovan como Yahv¨¦ cre¨® a Abraham. O como Chillida dio forma al viento atraves¨¢ndolo con un peine.
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