¡°Los inmigrantes no huyen de la guerra, sino de la falta de trabajo¡±
El polit¨®logo estadounidense ha escrito 'El oprobio del hambre. Alimentos, justicia y dinero en el siglo XXI' sobre los grandes problemas actuales
?Somos de verdad buenos, filantr¨®picos, caritativos? El ensayista David Rieff (Boston, 1952) ha escrito un libro que responde a esas preguntas en relaci¨®n con un mal que parece contradictorio con la riqueza de que dispone el mundo: el mundo pasa hambre, y gente hace negocio, adem¨¢s, con ese mal. El libro es El oprobio del hambre. Alimentos, justicia y dinero en el siglo XXI (Taurus).
"No, no somos tan buenos como parecemos y quiz¨¢ tampoco seamos tan malos como nos creemos", dice Rieff, autor de Bosnia, el fracaso de Occidente o Un mar de muerte, ha escrito para The New York Times, The Washington Post, Le Monde o EL PA?S. Ha estudiado el humanitarismo en el mundo, para lo que ha recorrido pa¨ªses ricos y pa¨ªses sobre los que se ha cernido la desigualdad. Eso lo ha llevado a conocer de cerca la naturaleza humana, que tiende a creer, como se?alaba Schopenhauer, que la nuestra es la mejor era. "El optimismo que envuelve al mundo desarrollado actual tiene que ver con nuestra propia arrogancia¡".
Un problema como el del hambre, que es un term¨®metro del descuido mundial por las dificultades del pr¨®jimo, no ha sido aliviado por el progreso, "aunque progreso ha habido, ?lo pueden decir hasta los que van al dentista!". Lo cierto es que la tecnolog¨ªa ha rectificado atrasos, "pero hay un exceso de idolatr¨ªa de la t¨¦cnica, que produce tanto optimismo". "Bill Gates ha dicho que ahora mismo hay problemas para los que no hay soluciones tecnol¨®gicas, pero que ¨¦l sabe que en 10 a?os las habr¨¢. Pero eso no es razonamiento, es fe. Se subestima que el mundo actual est¨¢ sufriendo una crisis migratoria, que supone el retorno de la guerra".
¡°La austeridad ha ido demasiado lejos; aqu¨ª estoy de acuerdo con Thomas Piketty¡±
Despu¨¦s de Vietnam, dice Rieff, "el mundo supo que la guerra no hac¨ªa sino replegarse, y ahora estamos en medio de una guerra, que ha vuelto con sa?a, y no se rige por las antiguas t¨¢cticas de negociaci¨®n". El ISIS solo aspira a la victoria, "y ni acepta hablar con el mundo sobre la asistencia humanitaria, y no se puede hablar de paz si de lo que se trata es de aplastar al adversario por completo". ?Y los inmigrantes? "No huyen de la guerra. Huyen de la falta de trabajo. Como Europa parece que est¨¢ abierta, la gente viene. Y esa situaci¨®n de miseria, de falta de trabajo, es el reflejo de que el mundo se est¨¢ volviendo m¨¢s injusto, m¨¢s desigual".
--Dice que esta coincidencia entre el hambre y la guerra no desaparecer¨¢ as¨ª que siempre habr¨¢ guerras.
--Hay que recordar que los cuatro jinetes del Apocalipsis eran la guerra, la enfermedad, el hambre y la muerte. Puede que hayamos obtenido buenos resultados en la lucha contra las enfermedades. Pero nunca tendremos ¨¦xito contra la muerte, digan lo que digan en Silicon Valley, donde hablan de inmortalidad artificial y de toda clase de locuras. Se sigue negando la evidencia de que van juntos la guerra y la crisis medioambiental. Y donde peores consecuencias tendr¨¢ el calentamiento global ser¨¢ en las zonas m¨¢s pobres. Es una situaci¨®n tr¨¢gica.
¡°La esperanza llegar¨¢ desde abajo, de la gente que hace experimentos solidarios¡±
En su libro, David Rieff relaciona la guerra actual en Siria con Europa, donde se aspiraba a contener el hambre, pero reaparece. "Hay muchos motivos de preocupaci¨®n en Europa al respecto. Si hay bastante pobreza habr¨¢ hambre. Sin pobreza no hay hambre. La desigualdad es la fuente de la pobreza, y por tanto del hambre. Y en muchos pa¨ªses, en Europa, en Estados Unidos, la desigualdad no para de aumentar. No entiendo c¨®mo Bill Gates, al que critico mucho en mi libro, dice que el mundo va cada vez mejor. En Grecia ya hay hambre. La austeridad se ha llevado demasiado lejos en todas partes, y aqu¨ª estoy de acuerdo con Thomas Piketty. Hay que integrar a los inmigrantes, a contribuir al fin de la crisis, creando trabajo. Si no, vamos a tener m¨¢s pobreza y por tanto m¨¢s hambre".
La injusticia forma parte de la maldad; el mundo rico no es verdaderamente filantr¨®pico, no ayuda al desvalido a salir de su pobreza, y eso lleva al hambre. ?Hay alguna esperanza en medio de ese desierto? "Yo creo que la esperanza vendr¨¢ de abajo. No conf¨ªo mucho en las grandes estructuras pol¨ªticas. Pero s¨ª creo que la gente est¨¢ haciendo muchas cosas interesantes, experimentos solidarios, que son esenciales en un tiempo en el que se viven tantas fracturas. En los pueblos hay gente haciendo cosas, en Espa?a, por ejemplo. Creo que en la Europa actual hay mejores alcaldes que presidentes de Gobierno y quiz¨¢ ese sea el factor m¨¢s esperanzador. Hasta que no reconozcamos que la crisis actual es de justicia, que no es una crisis tecnol¨®gica que se pueda solucionar por medios t¨¦cnicos o levantando muros, creo que no saldremos del atolladero".
Babelia
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