La batalla de la fe y del cine

Aguanta. Resiste. Y, sobre todo, no acabes en el suelo. ¡°Qu¨¦date arriba, Chuck¡±, se repite a s¨ª mismo el boxeador. Misi¨®n prohibitiva cuando enfrente est¨¢ la mayor m¨¢quina de guerra con guantes que jam¨¢s haya pisado un ring:?Muhammad Ali. Ser el nuevo campe¨®n era utop¨ªa. De ah¨ª que aquel 24 de marzo de 1975 Chuck Wepner se conformara con seguir adelante hasta el final. En el fondo, era lo que mejor se le daba: ¡°Tengo el talento de encajar golpes¡±. Se qued¨®, sin embargo, a 19 segundos de conseguirlo. Derrotado a un paso de la meta, como siempre en su vida, m¨¢s tarde ahogada en drogas y alcohol. Por lo menos, su haza?a a medias inspir¨® Rocky, de Sylvester Stallone. Aunque casi nadie lo sabe.

Pero esta ma?ana el festival de Venecia lo ha descubierto. Porque The Bleeder, una reconstrucci¨®n de ficci¨®n inspirada en la incre¨ªble odisea de Wepner, se ha presentado fuera de competici¨®n. En otra pelea, la del Le¨®n de Oro, la Mostra ha proyectado dos obras tan distintas que tal vez solo compartan su est¨¦tica poderosa: Animales Nocturnos, el regreso del dise?ador Tom Ford siete a?os despu¨¦s de presentar aqu¨ª Un hombre soltero, y El Cristo Ciego, intrigante debut del joven chileno Christopher Murray y primera de las cuatro pel¨ªculas latinoamericanas en competici¨®n en presentarse.

¡°Me conoc¨¦is, aunque no lo sab¨¦is¡±, dice Wepner, interpretado por Liv Schreiber en The Bleeder, dirigida por Philippe Falardeau y que cuenta con Naomi Watts. Su existencia es indudablemente fascinante, bailando siempre entre para¨ªso e infierno. Ni siquiera fue capaz de lograr el r¨¦cord m¨¢s penoso: el italiano Vito Antuofermo mantuvo el discutible privilegio del boxeador con m¨¢s puntos en la cara, por 359 contra 329. La cuesti¨®n es que The Bleeder no pasa de entretenimiento hollywoodiense, y que los boxeadores y sus monta?as rusas han sido carne de muchos guiones. Sin ir muy atr¨¢s en el tiempo, Million Dollar Baby, The fighter o Cinderella Man eran mejores filmes. Recordar que el a?o pasado la gran apuesta estadounidense fuera de competici¨®n fue la oscarizada Spotlight, tampoco ayuda.

Ford tambi¨¦n llegaba al Lido con muchas expectativas. El modisto, que trabaj¨® en Gucci e Yves Saint Laurent antes de lanzar su propia empresa, regresa detr¨¢s de la c¨¢mara y vuelve a adaptar una novela: en este caso, Tom y Susan, de Austin Wright. Ford trata de juntar la belleza de sus planos con una trama fren¨¦tica: una mujer recibe la novela que por fin su exmarido ha escrito; a partir de ah¨ª su vida y su lectura se alternan con el secuestro y los dram¨¢ticos acontecimientos que ocurren en el libro. Aunque la tensi¨®n absoluta del principio se va poco a poco apagando, secuencia tras secuencia.

Y eso que el filme arranca con un golpe de efecto: varias se?oras que rozan la obesidad bailan desnudas. ¡°Hay que dejar ir la idea de c¨®mo deber¨ªamos ser, para simplemente ser. Tambi¨¦n quer¨ªa captar la atenci¨®n del p¨²blico y arrastrarlo dentro de la pel¨ªcula¡±, asegur¨® Ford en su rueda de prensa. ¡°El estilo ha de servir a la sustancia. No puede ser solo una piel, ha de formar parte de la narraci¨®n. Nunca har¨ªa una elecci¨®n est¨¦tica que no tenga que ver con la trama¡±, a?adi¨® el dise?ador.

¡°Me dijo que ten¨ªa que contar s¨ª o s¨ª esa historia¡±, relat¨® Jake Gyllenhaal, protagonista del filme junto con Amy Adams. ¡°Al principio no me gustaba mi personaje, as¨ª que tuve que buscar algo que me atrajera de ella, porque de otra forma no ser¨ªa capaz de interpretarla¡±, relat¨® la actriz. Finalmente, dijo que comprendi¨® ¡°la verdad¡± que Susan atesoraba y pudo amoldarse a su papel.

El Cristo Ciego cargaba con el peso de ser la pel¨ªcula ¡°m¨¢s interesante¡± de la competici¨®n, seg¨²n el director del certamen, Alberto Barbera. El casi debutante Murray ¨Ccodirigi¨® Manuel de Rivera- lleva al espectador a un mundo y una historia remotos: en la pampa del norte de su Chile natal, el joven Michael cree que ha recibido una revelaci¨®n divina, se ha convertido en un Jesucristo moderno y puede realizar milagros. As¨ª que empieza un periplo a pie, descalzo, hasta la casa de un amigo que necesita curas. Por el desierto, afronta oposici¨®n y escepticismo ante su firme convicci¨®n, a la vez que se encuentra con la extraordinaria y castigada humanidad que vive en el desierto chileno.

De hecho, salvo el protagonista, los dem¨¢s personajes son ind¨ªgenas que act¨²an por vez primera e interpretan algo muy parecido a s¨ª mismos. Las propias par¨¢bolas que se relatan en el filme son en su mayor¨ªa recuerdos de los vecinos. Sus vidas, lej¨ªsimo del Chile presuntamente desarrollado que el director cr¨ªtica, son el gran hallazgo de un filme que tambi¨¦n anima a conservar la fe, pero en uno mismo. As¨ª lo explic¨® Murray a EL PA?S: ¡°Quer¨ªa llevar una historia tan universal a un contexto local. Y tambi¨¦n lanzar un mensaje de empoderamiento social, de hacerse cargo de una realidad que es muy dura¡±.