Tim Burton quiere volver

"De peque?o yo era un ni?o muy introvertido (...). Ten¨ªa amigos, nunca me peleaba con nadie, pero realmente no los conservaba. Tengo la impresi¨®n de que la gente ten¨ªa la necesidad de dejarme en paz por alguna raz¨®n (...). Era como si yo emitiera una especie de aura que dijera: '?D¨¦jame en paz, joder!", cuenta Tim Burton sobre su infancia a Mark Salisbury en el ensayo Tim Burton por Tim Burton. Poseedor de un esp¨ªritu libre y creativo, el director estadounidense fue creciendo mientras dibujaba e inventaba, entre la crueldad y la poes¨ªa, personajes como el Ni?o de ojos de clavo y la Chica que se convirti¨® en cama. En semejante tesitura parece casi una obviedad que el libro de Ramson Riggs El hogar de Miss Peregrine para ni?os peculiares, con tantas dosis de novela de ficci¨®n juvenil como de ¨¢lbum de fotograf¨ªas reales, fuera a parar a manos de Burton para su adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica.

Inmerso en una preocupante crisis creativa, el fabuloso director de Eduardo Manostijeras (1990) y Ed Wood (1994) lleva m¨¢s de una d¨¦cada introduci¨¦ndose en proyectos en principio acordes con su ideario y estilo, con su ins¨®lito universo de despiadada ternura, pero creando obras entre lo evidente (Charlie y la f¨¢brica de chocolate, Alicia en el pa¨ªs de las maravillas), lo decepcionante (Sweeney Todd, Frankenweenie) y lo desastroso (Sombras tenebrosas, Big eyes). Con El hogar de Miss Peregrine... recupera parte de sus esencias, ciertas formas y, sobre todo, la fuerza de sus dise?os, pero a¨²n sigue en barbecho en la cuesti¨®n narrativa. Sus pel¨ªculas se han hecho morosas, con la sensaci¨®n de avance solo a trompicones. Y m¨¢s parece un problema de puesta en escena y ritmo de montaje que de guion. Lo primero que hizo este cr¨ªtico al salir de la pel¨ªcula fue acudir a las bases de datos para confirmar que las mejores obras de Burton estaban m¨¢s ajustadas en metraje que las dos horas largas de su ¨²ltima pel¨ªcula. Y no es cierto, Ed Wood y Big Fish estaban en semejantes tiempos.

No hay pel¨ªculas largas o cortas, lentas o r¨¢pidas. Hay imprecisos ritmos de tensi¨®n y dispersi¨®n, de ascenso hasta el cl¨ªmax y de ligaz¨®n de ideas, de idoneidad en la utilizaci¨®n de la direcci¨®n y el montaje para lo que se est¨¢ contando. Y, en buena parte, es lo que le ocurre a esta pel¨ªcula atractiva y coja, con bell¨ªsimos momentos espor¨¢dicos, casi todos relacionados con la utilizaci¨®n de la t¨¦cnica del stop-motion, a la que quiz¨¢ le falta una capa de macabro horror y le sobran secuencias de acci¨®n que hacen pensar m¨¢s en una suerte de los X-Men que en una versi¨®n enfermiza de La familia Addams.