Estridencia sin norte

En Baby Bottleneck, corto de Bob Clampett estrenado en 1946, un incremento en la demanda de beb¨¦s abocaba al alcoholismo a las cig¨¹e?as encargadas de repartirlos. Porky asum¨ªa la gesti¨®n de la empresa Storks, contratando como ayudante al pato Lucas, con desastrosas consecuencias. Clampett era uno de los animadores m¨¢s creativos de Warner, donde la imposibilidad de competir con Disney en la misma liga ¡ªla animaci¨®n de personajes basada en la verosimilitud emocional¡ª llev¨® al prop¨®sito de afirmarse como Mr. Hyde de ese modelo can¨®nico. Clampett mov¨ªa a sus personajes hist¨¦ricamente, anticipando en el pato Lucas esa comicidad pirot¨¦cnica y desaforada que heredar¨ªa Jerry Lewis. Clampett jam¨¢s desaprovechaba un segundo para introducir un gag visual apoyado en la deformaci¨®n del cuerpo y la dislocaci¨®n significativa del movimiento. Lo suyo era un desacato formal con sentido, prop¨®sito y enemigo claro (Disney) en el punto de mira.

Cig¨¹e?as retoma la idea de la factor¨ªa repartidora de beb¨¦s, ahora en un estado de evoluci¨®n corporativa que aspira a la eficacia multiusos de un Amazon a la conquista de los cielos (v¨ªa dron o v¨ªa aviar). A ese contexto suma el recuerdo del pr¨®logo de Dumbo (1941), que fij¨® el arquetipo animado de la cig¨¹e?a repartidora. Codirigida por un veterano de Pixar ¡ªDoug Sweetland, responsable del corto Presto (2008)¡ª y un notable director de comedia ¡ªNicholas Stoller, responsable de Paso de ti (2008) y Malditos vecinos (2014)¡ª, Cig¨¹e?as sintetiza los vicios de toda animaci¨®n digital contempor¨¢nea que no se detiene a reflexionar sobre sus formas.

Aqu¨ª no hay pirotecnia en la dramaturgia, sino, directamente, una mec¨¢nica esp¨¢stica que convierte al personaje de Tulip en foco irritante. Las afortunadas ideas visuales ¡ªlas transformaciones de los lobos¡ª o dram¨¢ticas ¡ªel combate con los ping¨¹inos en forzado silencio¡ª funcionan mejor en su concepto que en su plasmaci¨®n. Sobre todo, lo que falta es una sensibilidad vertebradora, algo que aporte organicidad a lo que, de otra forma, se revela estridencia sin norte. Un planteamiento formal que no est¨¢ al servicio de otra cosa que de mantener a sus espectadores despiertos de un golpe de efecto gratuito a otro.