Bob Dylan, un creador por encima de la prosa
El m¨²sico public¨® 'Tar¨¢ntula', un libro fallido, pero 'Cr¨®nicas' es un fabuloso mapa de recuerdos
No se puede valorar a Bob Dylan por su obra en prosa. El autor de Like a Rolling Stone es creador de centenares de canciones, muchas de ellas magistrales, pero solo tiene dos libros, propiamente dichos a su nombre: Tar¨¢ntula y Cr¨®nicas.
El primero es un disparatado y fallido experimento de literatura beat. En sus palabras, una divagaci¨®n personal de prosa ¨¦pica, que vino influida por su pasi¨®n con la poes¨ªa surrealista francesa, que fue acentuada por su amigo Allen Ginsberg, gran voz de la generaci¨®n beat. Despu¨¦s de que Dylan quedase prendido de Una temporada en el infierno de Arthur Rimbaud, Ginsberg le recomend¨® Los cantos de Maldoror de Comte de Lautreamont y se sumergi¨® a¨²n m¨¢s en el decadentismo art¨ªstico. No funcion¨®. A medio camino entre la improvisaci¨®n y la pretensi¨®n literaria, Tar¨¢ntula, escrito entre 1965 y 1966, naufrag¨®. El libro no se public¨® hasta 1971 y fue vapuleado por la cr¨ªtica, haciendo incluso que el propio Dylan, siempre tan seguro de s¨ª mismo, renegase de ¨¦l.
No se puede decir lo mismo de Cr¨®nicas (2004), el primer volumen de unas memorias que, tal y como se pact¨® en su d¨ªa con una cifra millonaria con la editorial Simon & Shuster, deber¨ªan tener otros dos tomos. Seg¨²n su agente literario Andrew Wylie, el segundo volumen, en el que se especula que detallar¨ªa entre otras cosas la configuraci¨®n de Blood on the Tracks, est¨¢ en camino. Pero en el universo de Dylan, que tambi¨¦n lo prometi¨® en una entrevista en 2010 en Rolling Stone, eso puede no significar nada. El nuevo premio Nobel de Literatura siempre ha sido ingobernable y, por ahora, parece m¨¢s preocupado en sacar discos.
Cr¨®nicas es un fabuloso mapa desordenado de sus recuerdos, desde su llegada a Nueva York a principios de los sesenta hasta saltar sin ton ni son a las sesiones de grabaci¨®n del disco Oh Mercy! en los ochenta. Son impresiones personales de su tiempo y sus ¨ªdolos ¨CWoody Guthrie, Roy Orbison, Elvis Presley¡-, que desbordan una gran fuerza narrativa. En ese libro, Dylan acerca al lector a un mundo que parece extinguirse, el suyo, el de la memoria americana del siglo XX, con evocaciones literarias propias de un notable escritor. Es el mismo mundo al que, entre 2006 y 2009, el veterano m¨²sico invitaba a adentrarse a trav¨¦s de sus fascinantes programas de radio elaborados por ¨¦l mismo. Cada programa de Theme Time Radio Hour era un viaje en el tiempo con blues, soul, country, folk y rock¡¯n¡¯roll, aderezados de sus ir¨®nicos y, en ocasiones ¨Ccierto-, pasionales comentarios.
No se puede medir la talla del monumental Bob Dylan por sus libros en prosa. Son un a?adido, como un adorno, a lo verdaderamente esencial, trascendental: sus canciones. En ese terreno ha sido imbatible y, por eso, es el primer m¨²sico en tener un Nobel de Literatura. Por eso, ha vuelto a hacer historia.
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