La corriente submarina
No es dif¨ªcil ver en la nueva pel¨ªcula de Ira Sachs, tras la muy hermosa 'El amor es extra?o', la huella de Ch¨¦jov, trasplantado a Nueva York
El te¨®rico del teatro Konstant¨ªn Stanislavski llamaba "corriente submarina" a esos subtextos que atraviesan los relatos dram¨¢ticos y que se escapan del acontecer de las obras, de los grandes sucesos de la vida, para acomodarse en el natural devenir de las horas del d¨ªa, esas que apenas parecen tener importancia. Un concepto que se puede aplicar a muy diferentes autores pero que parece pensado para uno concreto: Ant¨®n Ch¨¦jov, al que Stanislavski mont¨® y estudi¨®, y al que el autor de Verano en Brooklyn, Ira Sachs, debe tambi¨¦n venerar.
VERANO EN BROOKLYN
Direcci¨®n: Ira Sachs.
Int¨¦rpretes: Theo Taplitz, Michael Barbieri, Greg Kinnear, Jennifer Ehle, Paulina Garc¨ªa.
G¨¦nero: drama. EE UU, 2016.
Duraci¨®n: 85 minutos.
No es dif¨ªcil ver en la nueva pel¨ªcula de Sachs, tras la muy hermosa El amor es extra?o (2014), la huella de Ch¨¦jov, y no solo porque uno de sus protagonistas, de profesi¨®n actor (fracasado), est¨¦ ensayando y representando La gaviota durante el verano en el que transcurre la pel¨ªcula. Las se?as de identidad del autor ruso est¨¢n absolutamente presentes en el fondo y en la forma de la pel¨ªcula: el humanismo; las contradicciones de la vida social; la ausencia de charlas y teor¨ªas, de sentencias y diatribas, alrededor de los grandes temas del ser humano, lo que no evita que su teatro (y esta pel¨ªcula) sean profundamente filos¨®ficas; la insatisfacci¨®n, expuesta siempre a media voz; las incongruencias de una peque?a burgues¨ªa cualificada, con estudios y nivel intelectual, para acomodar sus ideales a la existencia diaria. No parece haber tanta diferencia entre la Rusia de finales del siglo XIX y el Nueva York de principios del XXI. Al fin y al cabo se trata de seres humanos en conflicto.
Sachs, como ya hiciera en El amor es extra?o, ofrece adem¨¢s un curso de lenguaje y acci¨®n el¨ªpticos, en un relato que, al menos en su c¨¢scara, ofrece la relaci¨®n entre una familia burguesa (venida a menos, como las de Ch¨¦jov) y su inquilina del piso de abajo, una inmigrante chilena, y su hijo adolescente, con el peligro de un desahucio. Pero aqu¨ª no hay buenos ni malos, discursos ni teor¨ªas. Todos tienen defensa, para su ego¨ªsmo y sus miradas de rabia contenida. Al igual que en otra obra chejoviana que podr¨ªa enlazar con el trabajo de Sachs: El jard¨ªn de los cerezos, y su conflicto alrededor de la venta de una finca familiar.
Obra inconfundiblemente neoyorquina, por su ambiente y por su esp¨ªritu de acogida, Verano en Brooklyn contiene adem¨¢s un par de may¨²sculas interpretaciones de Greg Kinnear y Paulina Garc¨ªa, m¨¢s basadas en la calma y en la mirada que en la voz y el resuello. Las perfectas para una pel¨ªcula sobre la amistad adolescente y el aparente fracaso de la madurez, que fluye con la grandeza de las peque?as cosas de la vida.
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