10¡¯s | La gran depresi¨®n
Las canciones pop de tres minutos empezaron a parecer fuera de lugar. Incluso en Espa?a
Rara vez las d¨¦cadas advierten de que han empezado, pero esta lleg¨® con fuegos artificiales. El 15 de septiembre de 2008 cay¨® Lehman Brothers y acab¨® con los a?os en los que nos endeudamos como millonarios. Al fin y al cabo, ?de qu¨¦ preocuparse? Todo el mundo sabe que los ciclos de subida econ¨®mica son infinitos. S¨ª, 2010 empez¨® en 2008. Y no solo por Lehman. Tres semanas despu¨¦s daba sus primeros pasos Spotify. Intenten imaginar en 2016 un mundo sin m¨²sica en streaming.
Como rockstars trasnochadas, nos resistimos a bajarnos del carro de la alegr¨ªa. Pero, poco a poco, las canciones pop de tres minutos empezaron a parecer fuera de lugar. Incluso en Espa?a. En 2011 se suspend¨ªa Operaci¨®n Triunfo, el concurso en los que una versi¨®n a coro de Obladi Oblada vend¨ªa millones en pocas horas. Proliferaron talent shows cada vez m¨¢s pat¨¦ticos que recordaban esos maratones de baile que narraba Danzad, danzad, malditos.
La electr¨®nica nos meti¨® de cabeza en el presente. Se llam¨® dubstep y al principio parec¨ªa la m¨²sica que imaginas en el piso de un camello en un edificio de protecci¨®n oficial de Londres. Un apartamento muy oscuro, con las persianas bajadas, que huele a marihuana. S¨ª, Burial debuta en 2006, pero la capacidad de mutaci¨®n y ramificaci¨®n del dubstep ha marcado la d¨¦cada. A todo lo posterior se le llam¨® post-dubstep. Cabe todo: James Blake, inspiraci¨®n de la realeza negra, de Beyonc¨¦ a Kendrick Lamar, pero tambi¨¦n la electronic dance music (EDM) que conquist¨® EE UU. En 2010, David Guetta, un DJ franc¨¦s de 43 a?os, es la estrella mejor pagada del mundo. El triunfo de la EDM coincidi¨® con que Miley Cyrus le cantara a molly, el MDMA. Casualidad, claro.
En Latinoam¨¦rica, el reinado del reguet¨®n se convert¨ªa en dictadura. Con los a?os se convertir¨ªa en electro latino, al que se apuntaron hasta baladistas raciales como Enrique Iglesias. Y en Espa?a, el indie menos osado protagonizaba el m¨¢s tard¨ªo de los triunfos, gracias a un circuito de festivales en auge al que, por culpa de la subida del IVA, se le hac¨ªa cada vez m¨¢s caro traer grupos extranjeros. En la otra esquina, el trap, rap emparentado con el esp¨ªritu del quinqui de los setenta, pero con aspiraciones de bling yanqui, se hac¨ªa fuerte entre los adolescentes de las grandes ciudades espa?olas. Mientras, un peque?o sello de Barcelona, Hivern, infiltraba a nombres como Talabot entre la ¨¦lite del floreciente circuito electr¨®nico. Porque esta d¨¦cada es la de la electr¨®nica. Hay quien dice que Kraftwerk son m¨¢s influyentes que los Beatles y el rock hace a?os que entr¨® en una espiral de tedio. AC/DC fueron los heraldos de la muerte. ¡°Las cosas deben de estar realmente mal, AC/DC son n¨²mero uno otra vez¡±, escrib¨ªa Alexis Petridis en octubre de 2008. La tesis: sus n¨²mero uno en Reino Unido coinciden con las crisis. En 2016 trajeron de cantante a Axl Rose. Si algo hemos aprendido esta d¨¦cada es que todo es susceptible de empeorar. Siempre.
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