Milan Kundera: ¡°Mi lenguaje quiere ser simple, preciso, casi transparente¡±
Considera el autor de 'La broma' que el novelista debe obedecer a dos mandatos: contar tan s¨®lo lo que todav¨ªa no se ha dicho y estar siempre a la b¨²squeda de una nueva forma
Pregunta. Amigo Milan, quisiera que me comentaras algunos aspectos de La identidad, por escrito, tal como me lo has pedido. Antes, la acci¨®n de tus novelas se desarollaba en Checoslovaquia. Desde La inmortalidad se desarrolla en Francia. Primero las escribiste en checo. Despu¨¦s, en franc¨¦s. Me pregunto en qu¨¦ medida estos cambios brutales, m¨¢s bien raros en la vida de un escritor, han influenciado tu po¨¦tica novelesca.
Respuesta. Mira, Guy, cada novelista digno de serlo obedece a dos mandatos: dir¨¢s tan solo lo que todav¨ªa no se ha dicho y estar¨¢s siempre a la b¨²squeda de una nueva forma. Sin embargo, la b¨²squeda de lo nuevo tiene sus l¨ªmites. No se pueden superar los l¨ªmites de la propia persona sin correr el riesgo de perder originalidad. Por eso, las frases de La identidad, escritas en franc¨¦s, tienen la misma melod¨ªa que la de mis novelas checas, que conoces gracias a la traducci¨®n. Mi lenguaje quiere ser simple, preciso, casi transparente, y quisiera que as¨ª fuera en todos los dem¨¢s idiomas. Pero insisto sobre todo en lo siguiente: el novelista est¨¢ determinado por el c¨ªrculo m¨¢gico de algunos temas, o sea, de algunos enigmas existenciales que lo habitan a lo largo de toda su vida y que son la raz¨®n misma de escribir.
Imag¨ªnate a Kafka obligado por s¨¢dicos torturadores a escribir una novela sobre los amores de Metternich o, si prefieres, sobre los horrores de la guerra. Fracasar¨ªa miserablemente. Porque, alejado de los ¨²nicos temas que le fascinaban, y que sus grandes novelas nos dan a conocer, su arte, su fantas¨ªa, su originalidad, lo habr¨ªan abandonado al instante.
Pregunta. Sin embargo, me parece ver una gran diferencia entre las extensas arquitecturas, compuestas en siete partes, de tus novelas checas y tus ¨²ltimas novelas escritas en franc¨¦s.
Respuesta. La forma de las novelas checas era la de una sonata: amplia composici¨®n en varios movimientos que contrastan entre s¨ª. En La inmortalidad llev¨¦ esta forma al l¨ªmite de sus posibilidades. Despu¨¦s no me quedaba m¨¢s que tirar la toalla o cambiar de forma. Un d¨ªa, inesperadamente, con infrecuente placer e infrecuente velocidad, me puse a escribir La lentitud y de pronto me encontr¨¦ en otra parte. Del arte de la sonata hab¨ªa pasado al arte de la fuga: un formato m¨¢s breve, un ¨²nico bloque indivisible, con los mismos temas y motivos (en La identidad motivos del color rojo, de los martillazos, de la saliva, etc.) siempre presentes, siempre variados.
Pregunta. Desde La broma y La vida est¨¢ en otra parte has intentado conjugar en una ¨²nica novela lo real con lo inveros¨ªmil. Y planteas el mismo problema en La identidad, pero lo resuelves de otra manera.
Respuesta. F¨ªjate, el island¨¦s desconoce la palabra "identidad", de modo que en Islandia la novela se public¨® con el t¨ªtulo de Frontera invisible, que define bien el principal problema de esta novela: cuenta una historia de lo m¨¢s real que, insensiblemente, imperceptiblemente, se convierte en sue?o.
Pregunta. Para ti el arte de la novela, su raz¨®n de ser, es explorar los grandes temas de la existencia. Esta concepci¨®n de la novela, ?acaso no los acerca a la filosof¨ªa? Se dice con frecuencia por ah¨ª que tus grandes maestros son m¨¢s fil¨®sofos que novelistas.
Respuesta. Tienes raz¨®n, es un gran malentendido. Es una idea tan corriente como tonta la de que la visi¨®n del mundo que est¨¢ en las novelas proviene de otro lugar: del pensamiento de los fil¨®sofos, de los pol¨ªticos, de los cient¨ªficos. Como si la novela no tuviera su propia forma de pensar que solo le pertenece a ella! Te doy un ejemplo: Max Weber fue el primero en describir la burocracia como un gran fen¨®meno sociol¨®gico. Pero no dice c¨®mo la burocracia transform¨® al hombre, su vida concreta, su psicolog¨ªa, su existencia. Esto lo ha descubierto Kafka, y, por cierto, al mismo tiempo que Weber y sin haberlo le¨ªdo: ¨¦l fue el primero en expresar esa ilusoria libertad en la que vivimos todos, perdidos en la infinita Administraci¨®n en que se ha convertido el mundo.
"El novelista est¨¢ determinado por el c¨ªrculo m¨¢gico de algunos temas, de algunos enigmas"
Otro ejemplo: no han sido Heidegger, Adorno o Marcuse los que me han ayudado a comprender la situaci¨®n humana de nuestro fin de siglo, sino Musil en El hombre sin atributos, novela que escribi¨® en los a?os treinta: todo ya est¨¢ ah¨ª: el hombre transformado en cifras estad¨ªsticas; la simpat¨ªa por los criminales como exaltaci¨®n m¨ªstica de la religi¨®n de los derechos humanos; el culto al ni?o, con la regresi¨®n generalizada de la madurez que ya no se considera como un valor, etc¨¦tera. Y a¨²n: son las novelas de C¨¦line las que me ayudaron a comprender lo que yo llamaba "el traumatismo original" de la guerra de 1914. Digo "original" porque ah¨ª fue cuando empezaron los desvar¨ªos de nuestro siglo (incluido el del propio C¨¦line): el comunismo, el fascismo y la capitulaci¨®n ante los dos.
Pregunta. La idea de que con la Primera Guerra Mundial empieza un nuevo periodo hist¨®rico no es muy innovadora; la encontramos en fil¨®sofos como Hannah Arendt, por ejemplo...
Respuesta. S¨ª, pero dividir la Historia en periodos es una cosa y comprender el choque existencial causado por esa larga e incre¨ªble matanza es otra. Dicho con otras palabras: la sabidur¨ªa que nos brindan las grandes novelas sui g¨¦neris; es irreemplazable por el saber filos¨®fico, hist¨®rico o sociol¨®gico.
Pregunta. En lo que se refiere al c¨ªrculo m¨¢gico de tus temas, hay en La identidad algunos que son nuevos (el aburrimiento, la marginalidad) y otros que conozco de tus libros anteriores (la amistad, el malentendido, la mistificaci¨®n, el kitsch). Tampoco es nuevo el tema de la identidad: "?Durante cu¨¢nto tiempo puede el hombre ser considerado como id¨¦ntico a s¨ª mismo?"
Respuesta. En La lentitud, poco antes del final del comunismo, un entom¨®logo checo participa en un congreso en Francia. Se encuentra todav¨ªa narcis¨ªsticamente conmovido por su pasado de disidente perseguido. Pero la Historia transcurre r¨¢pidamente y est¨¢ ya en otra parte. El entom¨®logo se da cuenta, c¨®micamente, de que la gloria de sus penalidades ya no est¨¢ de moda, y tiene la impresi¨®n de ya no saber qui¨¦n es. Su identidad ha sido v¨ªctimas del choque de la aceleraci¨®n de la Historia. Me dir¨¢s que no hay nada nuevo en ello: desde hace mucho tiempo, los soci¨®logos emplean esta expresi¨®n. Pero ning¨²n soci¨®logo te har¨¢ comprender lo que significa in concreto en la vida de un individuo. Solo puede hacerlo la novela.
Hace poco, alguien me coment¨® que el tema de la aceleraci¨®n de la Historia est¨¢ en el origen de mi primera novela, La broma: su protagonista, un estudiante, despu¨¦s de un proceso estaliniano al que ha sido sometido, es expulsado de la universidad y su vida, truncada. Quince a?os despu¨¦s, tiene la oportunidad de vengarse del principal causante de su naufragio. Pero, entretanto, la Historia ha ido mucho m¨¢s r¨¢pido que ¨¦l, su enemigo ha cambiado de convicciones, ya no se parece al que mi protagonista hab¨ªa conocido, de tal manera que la venganza ha pasado a ser incomprensible e imposible.
Pregunta. ?Quieres decir que en La broma tratas de cr¨ªmenes que prescriben o no prescriben?
Respuesta. El que prescriban los cr¨ªmenes es un viejo principio jur¨ªdico de una gran sabidur¨ªa existencial. ?Acaso se puede juzgar a alguien 15, 30 a?os despu¨¦s? No solo se han olvidado las circunstancias del acto, y ya no hay manera de reconstruirlas, sino sobre todo: aquel a quien se juzga despu¨¦s de 15, 30, 50 a?os, ?es acaso id¨¦ntico al que cometi¨® el acto del que se le incrimina? No hay respuesta a esta pregunta. Y, como no hay respuesta a esta pregunta, el que prescriban los cr¨ªmenes es una regla que no admite excepciones. No se puede ejercer la justicia sobre una incertidumbre.
Pregunta. A prop¨®sito de tu ¨²ltima novela: por primera vez en tu obra el tema dominante es el del amor.
Respuesta. La Chantal de La identidad es hermana secreta de la Agn¨¨s de La inmortalidad. Agn¨¨s se pregunta: ?c¨®mo vivir en un mundo que no considero como m¨ªo, al que aborrezco profundamente? Ve dos soluciones: el amor o el convento. Al no haber conocido el amor, no le queda m¨¢s que una soluci¨®n: la que, metaf¨®ricamente, ella llama el convento. Se retira en las monta?as suizas donde se a¨ªsla como anta?o lo hiciera Fabrice del Dongo en La Cartuja de Parma, de Stendhal. Pero queda todav¨ªa la primera soluci¨®n, esa otra manera de vivir feliz en un mundo al que se aborrece. El amor. Es la soluci¨®n de Chantal. En el amor, por definici¨®n, el (o la) que ama eleva a la amada (o al amado) por encima de todo, incluso por encima de la Creaci¨®n. El amor, desde sus comienzos en la Edad Media, ten¨ªa el car¨¢cter de una herej¨ªa. Yo quer¨ªa explorar c¨®mo una herej¨ªa pod¨ªa ser vivida hoy d¨ªa.
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