El sepulcro de Jesucristo, abierto por primera vez en siglos
Las obras de restauraci¨®n dejan al descubierto la tumba donde, seg¨²n la tradici¨®n cristiana, se enterr¨® a Jesucristo. La ¨²ltima vez que ocurri¨® fue en el Jerusal¨¦n de 1555
Sin ceremonia alguna, al caer la tarde, sin darle publicidad y con algunos representantes de las tres principales confesiones que guardan el Santo Sepulcro de Jerusal¨¦n ¡ªfranciscanos, greco-ortodoxos y armenios¡ª, el equipo griego que est¨¢ restaurando el complejo religioso retir¨® la pesada losa de m¨¢rmol que cubre el lugar donde, seg¨²n la tradici¨®n cristiana, fue enterrado Jesucristo. Casi cinco siglos hab¨ªa permanecido sellada la tumba, santuario de cristianos de todo el mundo, en el interior de la bas¨ªlica. Esta reapertura tuvo lugar, seg¨²n fuentes del complejo religioso, el mi¨¦rcoles pasado.
Varios sacerdotes esperaban ese d¨ªa con impaciencia en el exterior del ed¨ªculo ¡ªel templete de m¨¢rmol construido en 1810 para proteger el lugar¡ª. Entre ellos, el patriarca de la Iglesia greco-ortodoxa, Te¨®filo III, varios franciscanos, armenios y coptos as¨ª como representantes de las familias musulmanas que desde tiempos otomanos custodian la llave del Santo Sepulcro. Tambi¨¦n hab¨ªa turistas, sorprendidos por el temprano cierre de la iglesia, que permanecieron en el interior siendo testigos del hist¨®rico momento.
¡°Nos dijeron que durante algunos d¨ªas no podr¨ªamos oficiar misa en el interior de la tumba, pero el viernes por la ma?ana yo ya lo hice con total normalidad¡±, confirma el padre Artemio V¨ªtores, que ha sido vicecustodio franciscano, quien asegura que para entonces la l¨¢pida ya estaba en su lugar. De lo poco que trascendi¨® sobre lo sucedido en los d¨ªas previos, se sabe que los especialistas tan solo contaron con unas 60 horas distribuidas en diferentes d¨ªas para realizar el trabajo y analizar con instrumentos de ¨²ltima generaci¨®n la cavidad.
Una segunda l¨¢pida
El arque¨®logo Fredrik Hieberde detall¨® a la organizaci¨®n National Geographic ¡ªla ¨²nica que ha podido grabar todo el proceso¡ª que se trat¨® de un trabajo contrarreloj para explorar uno de los lugares que m¨¢s misterio suscitan y para el que contaron con un potente georradar. El aparato revel¨® ¡ªentre otras curiosidades que National Geographic publicar¨¢ en noviembre¡ª que tras la gran capa de material de relleno que qued¨® al descubierto tras desplazar la losa de m¨¢rmol, existe una segunda l¨¢pida gris¨¢cea con una cruz grabada sobre una superficie algo m¨¢s blanquecina.
¡°Ha resucitado, no est¨¢ aqu¨ª¡±
Bonifacio de Ragusa describi¨® la apertura de la tumba en el siglo XVI. Seg¨²n los historiadores de la ¨¦poca, sobre el enterramiento se encontr¨® un trozo de madera que se dividi¨® en tres partes: uno de los pedazos fue enviado al Papa, P¨ªo IV, otro al emperador Carlos I de Espa?a y V de Alemania, y el tercero y ¨²ltimo se conserva en Jerusal¨¦n en la Custodia Franciscana. De Ragusa explic¨® tambi¨¦n que encontraron en la roca unos frescos que se desintegraron al entrar en contacto con el aire. ¡°Se ofreci¨® a nuestros ojos el sepulcro del Se?or de modo claro, excavado en la roca. En ¨¦l vimos representados dos ¨¢ngeles, uno de ellos con una inscripci¨®n que dec¨ªa: ¡°Ha resucitado, no est¨¢ aqu¨ª¡±, mientras que el otro, se?alaba al sepulcro y proclamaba: ¡°He aqu¨ª el lugar donde fue depositado¡±.
Algunas fuentes que prefieren guardar el anonimato confirmaron ayer a EL PA?S que anoche continuaban los trabajos en el interior de la peque?a sala de apenas tres metros cuadrados que alberga la tumba y a la que se accede por una puerta de 1,33 metros de altura.
De acuerdo con ese testimonio, las diferentes partes implicadas en la restauraci¨®n de la tumba ya han dado su visto bueno para que se abra una ventana, en el frente de la sepultura y se pueda observar, en adelante, la roca original a trav¨¦s de un cristal; como ya sucede en la tumba de Mar¨ªa, situada extramuros de la ciudad vieja de Jerusal¨¦n.
Es la primera vez que han podido verse las paredes del Sepulcro completamente desnudas, sin cuadros, ni velas, ni incensarios, tan solo con una polea colocada por el equipo griego, comandado por Antonia Moropoulou, y las cinchas de hierro que pusieron los brit¨¢nicos en 1934 para reforzarlo tras sufrir un terremoto. De momento, es imposible saber si lo que los investigadores encontraron tras esa segunda losa es solo la roca original sobre la que fue depositado el cuerpo de Cristo o si hay alguna otra sorpresa. El equipo lo mantiene en secreto aunque si se considera la anterior apertura de la tumba, en el siglo XVI, cabe hacerse una vaga idea.
En 1555, el entonces custodio de los Santos Lugares, el franciscano Bonifacio de Ragusa, logr¨® de Solim¨¢n el Magn¨ªfico permiso para restaurar el ed¨ªculo anterior, que databa de la ¨¦poca de las Cruzadas y se encontraba en un estado deplorable. Seg¨²n las cr¨®nicas de la ¨¦poca, sobre la tumba se hall¨® un trozo de madera envuelto en una tela con unas letras grabadas apenas legibles. De un pergamino que estaba junto a los restos de madera, pudieron extraer las palabras ¡°Helena Magni¡±, inscripci¨®n que algunos estudiosos interpretan como parte de un texto en el que podr¨ªa leerse ¡°Helena, madre del gran Constantino¡±, confirmando as¨ª que se tratar¨ªa del lugar donde Helena de Constantinopla, la madre del emperador romano, se?al¨® en el a?o 326 como el lugar donde enterraron a Cristo. Un trozo de la madera hallada se envi¨® a Carlos V porque Espa?a fue durante m¨¢s de tres siglos mecenas para el mantenimiento de los Santos Lugares.
Desde entonces y hasta ahora, nadie ha vuelto a ver lo que ocultan las sagradas piedras del Sepulcro, aunque todo hace pensar que cuando terminen los trabajos de restauraci¨®n la pr¨®xima primavera cualquiera que visite el lugar podr¨¢ contemplar la roca original.
Babelia
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