Pan de pellizco
Los sensacionales int¨¦rpretes de La Cubana se atreven en Barcelona con 'Gente bien', de Rusi?ol, un musical lleno de sorpresas
Los de La Cubana dominan como nadie el arte de movernos la alfombra bajo los pies. En C¨®meme el coco, negro nos hac¨ªan creer que hab¨ªamos llegado al final de la funci¨®n para mostrarnos las entretelas de una compa?¨ªa de revista. Un diluvio convert¨ªa La tempestad en una operaci¨®n de salvamento. Algo pasa a la media hora de Gente bien, su nuevo espect¨¢culo, un musical sobre el c¨¦lebre sainete de Santiago Rusi?ol, escrito para satirizar a los nuevos ricos de su ¨¦poca. Jordi Mil¨¢n, el director, sale a escena para informarnos de que no estamos en el teatro adecuado ni viendo lo que esper¨¢bamos. ?Preparados para un festival de viajes en el tiempo? ?Para varias funciones en una? ?Para un pur¨ªsimo c¨®ctel de alegr¨ªa con trasluz melanc¨®lico?
Es un musical, desde luego. Uno de los mejores trabajos de Joan Vives, con deliciosa partitura y muy graciosas letras. Agitando el caleidoscopio en varias direcciones, Jordi Mil¨¢n, que firma el libreto, ha multiplicado el lev¨ªsimo asunto de Rusi?ol: una familia de charcuteros catalanes compra un t¨ªtulo nobiliario y aprende a hablar en castellano para darse aires. El primer episodio, ambientado en 1917, sigue el sainete original, pero con ecos de Feydeau y perfume de opereta, con valses y foxes. Merc¨¨ Comes, que interpreta a la matriarca do?a Anita, recuerda un cruce sublime entre Guadita Mu?oz Sampedro y Mari Carmen Prendes, y su d¨²o (Los muebles) con Toni Sans se dir¨ªa un homenaje a Franz Johan y Gustavo Re: puro Paralelo. M¨¢s viajes: la parada El t¨¦ de las cinco, ¡°con pastas y melindros y pan de pellizco¡±, maravillosamente vestida por Montse Amen¨®s (ol¨¦ tambi¨¦n su escenograf¨ªa). El segundo nos lleva a la posguerra: es un vodevil esperp¨¦ntico en el que tampoco cuesta ver a los ectoplasmas de Alady y Mary Santpere posesion¨¢ndose de Sans (Doctor Rivarol) y Babeth Ripoll (La Capitana). El tercero, un apunte berlanguiano, transcurre en la Barcelona de los ochenta. Y el cuarto¡, bueno, del cuarto no les cuento nada.
La obra es una fiesta y un precioso homenaje a los c¨®micos que luchan, contra viento y marea, para hacer la funci¨®n, para cantar y bailar
Los textos son desiguales y para mi gusto les falta algo de desarrollo (y m¨¢s mordiente), pero lo que realmente me deslumbra, como siempre, es el vigor, la alegr¨ªa, la velocidad esc¨¦nica. La observaci¨®n de los tipos, el dibujo con cuatro pinceladas. Y el movimiento de la alfombra bajo los pies, la sabidur¨ªa a la hora de dar liebre por gato. Digamos, para no revelar demasiado, que la trastienda, el env¨¦s, alterna con el primer plano, un poco como en Por delante y por detr¨¢s, de Michael Frayn. Triunfa el fregolismo huracanado, virtuoso. Conocemos a los actores que est¨¢n tras los personajes: su rivalidades, sus tensiones, su humanidad. Jordi Mil¨¢n es Armando, el desbordad¨ªsimo director. Merc¨¨ Comes es la veterana Sedes Sol¨¦, que ha vuelto a la compa?¨ªa para interpretar a Do?a Anita. Mont Plans es Sita Girabalt, que no puede actuar porque est¨¢ fatal del menisco y ejerce de ayudante. Toni Sans es el pomposo Jofre Urpinell, ¡°primer actor de musicales¡±.
Jaume Baucis se cuadruplica: el atormentado actor Moncho Ferrer, el Conde de Rierola, la soprano, el baturro que clava la Jota de la Dolores. Laia Pir¨® es la Condesa de Rierola. N¨²ria Benet habla en ingl¨¦s porque es la jefa de producci¨®n Julia Friedman, ¡°reci¨¦n llegada de Broadway¡±. Toni Torres liga dos ases: el argentino Roberto Goretti, novio de Moncho, ansioso de fama, y el bronco Hilario, director musical. Meritxell Dur¨® es Xesca, la regidora. Montse Amat es Pepita, fan de toda la vida, que no se pierde una funci¨®n de su compa?¨ªa favorita. Y el p¨²blico es el p¨²blico habitual. Entregado, fascinado, dispuesto en cualquier momento a convertirse en los personajes que haga falta: una pianista, una familia valenciana, una pareja de reporteros, un coro. El Coliseum tambi¨¦n interpreta al Coliseum: es una parada imaginaria en el camino imaginario hacia el imaginario T¨ªvoli, su meca. Felices fantasmas del pasado cruzan al fondo para sumarse al carrusel: Regina Palmeira (¡°?Hola!¡±) de C¨®meme el coco, la inmortal Estrellita Verdiales de Cegada de amor. Y de C¨®meme vuelve una versi¨®n a tres de su eucarist¨ªa de mortadela, con una escena que por s¨ª sola valdr¨ªa todo el espect¨¢culo: la soberbia pausa en la que Mil¨¢n, Comes y Plans (o Armando, Sita y Sedes) recuerdan, mientras esperan, su vida en el teatro, y coinciden en que ¡°si ahora tuvi¨¦ramos 20 a?os, ser¨ªa imposible crear un grupo como La Cubana, atrevernos a hacer todo lo que hac¨ªamos entonces¡±. Porque Gente bien es una fiesta y un precioso homenaje a los c¨®micos que siguen luchando, contra viento y marea, para hacer la funci¨®n, para cantar y bailar si hace falta, para no bajarse del escenario.
Tambi¨¦n he disfrutado much¨ªsimo con Art, el cl¨¢sico de Yasmina Reza, en el Goya, ahora en catal¨¢n, con tres actorazos (Arquillu¨¦, Orella y Villanueva), con sabia direcci¨®n de Miquel Gorriz. Tampoco se la pierdan.
¡®Gente bien¡¯, musical de Mil¨¢n y Vives sobre la pieza de Rusi?ol. Direcci¨®n: Jordi Mil¨¢n. Int¨¦rpretes: La Cubana. Teatro Coliseum (Barcelona). Sin fecha de salida.
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