Los grandes frentes abiertos de la cultura

¡°?La cultura en Espa?a? Pues una cat¨¢strofe. Ni uno de nuestros pol¨ªticos la mencion¨® en los debates electorales. Deben de pensar que eso de la cultura no da votos. ?Cu¨¢nto se equivocan!¡± (N¨²ria Espert, el pasado 21 de octubre en Oviedo, antes de recoger su Premio Princesa de Asturias de las Artes).

Si, obligado como parece por su minor¨ªa absoluta a enfundarse otra indumentaria distinta a la del gobierno por decreto, Mariano Rajoy pretende hacer algunas concesiones a la oposici¨®n y as¨ª evitar volcanes innecesarios, la cultura se antoja una materia muy apetecible para el nuevo ejecutivo. Volcanes habr¨¢, y ser¨¢n irremediables, en lo econ¨®mico, lo pol¨ªtico y lo social. Con la cultura siempre hay margen. Los bienes del esp¨ªritu, aun legislables, medibles y computables, no son ni la hucha de las pensiones ni el problema catal¨¢n. ?Ser¨¢ esta la esperada moneda de cambio en una legislatura sin blancos y negros pero con mucha gama de grises? Estas son las tareas que Rajoy ¨Cque fue cocinero antes que fraile, o sea, ministro de Cultura antes que presidente- tiene por delante en el espinoso camino de recomponer tanto puente roto en materia cultural.

- La rebaja del IVA cultural. Desde el 1 de septiembre de 2012, y en lo que supuso la m¨¢s dura de las medidas en materia cultural tomadas por el Gobierno de Mariano Rajoy, el impuesto sobre el valor a?adido equipara una obra de teatro, un espect¨¢culo de danza, una pel¨ªcula o un concierto a un art¨ªculo de lujo (la actividad comercial de las galer¨ªas de arte est¨¢ gravada con un 10% y el libro con un IVA s¨²per reducido del 4%). El 21% (antes de la reforma fiscal era el 8%) supone uno de los IVA culturales m¨¢s altos de la zona euro, y sobre todo un guarismo demasiado sangrante para la industria cultural si se compara con el 5,5% que rige en Francia, el 10% alem¨¢n e italiano y el 13% de Portugal.

Este ha sido el principal motivo de disputa entre el Gobierno popular y la oposici¨®n. Los representantes de las diferentes industrias culturales consideran que la crisis y el recorte de casi un 50% en los presupuestos de la cultura desde 2011, unidos al aumento del IVA hasta ese 21%, han supuesto el estrangulamiento del sector. El documento titulado 150 compromisos para mejorar Espa?a que suscribieron a finales de agosto el Partido Popular y Ciudadanos inclu¨ªa la reducci¨®n del IVA para conciertos y espect¨¢culos esc¨¦nicos¡­ pero no para el mundo del cine.

Cualquier intento de vender pol¨ªticamente una cesi¨®n a la oposici¨®n por parte del Gobierno Rajoy en temas culturales pasa por extender esa rebaja del IVA cultural al cine, tradicional enemigo del Partido Popular (y viceversa, asegura la industria cinematogr¨¢fica, desde el ?No a la guerra! de los Goya de 2003). ?Convencer¨¢/conminar¨¢ Mariano Rajoy a Crist¨®bal Montoro de que baje por fin el IVA a la cultura?

- La Ley de Mecenazgo. Verdadera piedra angular de la pol¨ªtica cultural en su programa electoral de 2011, la Ley de Mecenazgo ¨Co mejor, la No Ley de Mecenazgo- acab¨® convertida en una de las piedras en el zapato del Partido Popular en la pasada legislatura. Una y otra vez prometieron el ministro de Educaci¨®n y Cultura, Jos¨¦ Ignacio Wert, y el secretario de Estado de Cultura, Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle, que la ley acabar¨ªa publicada en el BOE¡­ y una y otra vez la evidencia fue la contraria. Hasta que, a la vuelta del verano de 2014, fue el propio Lassalle quien anunciaba que, finalmente, la esperada ley quedaba englobada ¨Cluego diluida- en el conjunto de la reforma fiscal acometida por el Gobierno popular.

Encallaba, as¨ª, una de las grandes promesas de Mariano Rajoy: facilitar e incrementar, mediante un nuevo texto legal que sustituir¨ªa a la ya obsoleta Ley de Mecenazgo aprobada en 1995 por la socialista Carmen Alborch (tras los fracasos de Sempr¨²n y Sol¨¦ Tura), los incentivos a la empresa privada para obtener de ella nuevos recursos financieros para la cultura. La noticia de la No-Ley cay¨® como una bomba en el sector.

El entonces presidente de la Fundaci¨®n Arte y Mecenazgo, el empresario, coleccionista y mecenas Leopoldo Rod¨¦s (fallecido en accidente en julio de 2015), declar¨® que se sent¨ªa ¡°traicionado¡± ante ¡°esta tomadura de pelo¡± y a?adi¨®: ¡°En el fondo, Crist¨®bal Montoro nunca ha querido una Ley de Mecenazgo¡±. ?Nueva oportunidad?

- La lucha contra la pirater¨ªa. Seg¨²n el ¨²ltimo informe elaborado por la Coalici¨®n de Creadores, la pirater¨ªa cultural caus¨® en Espa?a en 2015 un lucro cesante de casi 1.669 millones de euros, y la p¨¦rdida de 547 millones para las arcas del Estado. Durante 2015, y tras la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual, se presentaron en Espa?a 27 denuncias ante la Comisi¨®n Administrativa encargada de perseguir y combatir la pirater¨ªa cultural: solo una qued¨® resuelta, siete fueron archivadas y el resto sigue su proceso de tramitaci¨®n. Seg¨²n el Ministerio de Educaci¨®n y Cultura, la Comisi¨®n ha solucionado en los ¨²ltimos cuatro a?os ¡°el 95% de las 458 solicitudes recibidas.

A pesar de que el Gobierno del PP ¨Ccon el secretario de Estado Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle a la cabeza- sostiene que la reforma de la Ley (que sac¨® adelante en solitario gracias a su mayor¨ªa absoluta en el Parlamento) ha mejorado mucho las cosas, queda claro que esta seguir¨¢ siendo una de las tareas pendientes del nuevo ejecutivo, y eso pasa por dotar de mayores recursos legales y humanos a la secci¨®n segunda de la mencionada Comisi¨®n si no quiere verla convertida en un gendarme sin porra, y por emprender campa?as de concienciaci¨®n y educaci¨®n contra la pirater¨ªa en los colegios y en las universidades.

La reforma de la Ley de Propiedad Intelectual permit¨ªa incrementar hasta los 600.000 euros las multas a los responsables de p¨¢ginas web que facilitaran las descargas de contenidos protegidos por derechos de autor, y ampliaba la posibilidad de estas sanciones a las p¨¢ginas de enlaces y a aquellos intermediarios y anunciantes que colaboren con dichas webs. Pero ?es la represi¨®n el ¨²nico arma contra los piratas culturales?

- El Instituto Cervantes. Creado en 1991 por el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez con bastante precipitaci¨®n y con Nicol¨¢s S¨¢nchez-Albornoz como primer director, el Instituto Cervantes nunca ha justificado su verdadera raz¨®n de ser: el gran paquebote no solo de la lengua espa?ola a nivel internacional, sino tambi¨¦n de la cultura espa?ola. Y no lo ha hecho b¨¢sicamente por dos motivos: uno, las constantes batallas por su control entre los ministerios de Exteriores (de quien depende org¨¢nicamente) y Cultura; y dos, los progresivos e incesantes recortes en sus presupuestos.

El Cervantes ha visto menguar en casi un 50% sus recursos en el transcurso de la ¨²ltima legislatura, hasta situarse en un paup¨¦rrimo (para las misiones requeridas) presupuesto de 115 millones de euros. El nuevo Gobierno, y en especial los ministros Alfonso Dastis en Exteriores e I?igo M¨¦ndez de Vigo en Educaci¨®n y Cultura ¨Cpero sobre todo el propio presidente- deber¨ªan recapacitar sobre la situaci¨®n del organismo y su raz¨®n de ser. Una ley de autonom¨ªa similar a las que rigen en el Museo del Prado y en la Biblioteca Nacional ayudar¨ªa bastante a demostrar que este Gobierno se cree de verdad el Cervantes.

- El (No) Ministerio de Cultura. Una vez m¨¢s, como ya ocurri¨® en el pasado, el Partido Popular en el poder opta por prescindir de un Ministerio de Cultura como tal y continuar¨¢ diluyendo la pol¨ªtica cultural en el gran ente llamado Educaci¨®n y Cultura, con I?igo M¨¦ndez de Vigo como ministro y ya se ver¨¢ qui¨¦n como secretario de Estado. Nueva decepci¨®n (como ya ocurri¨® en 2011) en el mundo del cine, el libro, el arte, el teatro y la m¨²sica: una secretar¨ªa de Estado no tiene ni el poder simb¨®lico, ni la capacidad de interlocuci¨®n ni mucho menos la capacidad econ¨®mica de un ministerio. Bastante tendr¨¢ M¨¦ndez de Vigo con las controversias habituales en torno a la implantaci¨®n de un nuevo modelo educativo. Por si fuera poco, ahora ser¨¢ tambi¨¦n portavoz del Gobierno. As¨ª que la cultura no tendr¨¢ ni voz ni voto en el Consejo de Ministros, y si los tiene ser¨¢n banales. No parece el mejor contexto para que el Gobierno zanje de una vez la gran duda que parece asaltar a muchos: ?Es la cultura una necesidad o un capricho?