Xenia Rubinos y tu lugar en el mundo
La estadounidense llega a Espa?a con una cautivadora mezcla musical que cuestiona la identidad
Atascada en una canci¨®n, Xenia Rubinos (Hartford, Estados Unidos) sali¨® a airearse a la noche fr¨ªa de Brooklyn. Un gato negro pas¨® corriendo a su lado y la sobresalt¨®. El felino le regal¨® algo inesperado: la frase black terry cat, un soniquete con el que la artista titular¨ªa su ¨²ltimo trabajo. "Me gust¨® la idea de ese animal que vive en la ciudad y est¨¢ tratando de sobrevivir, que pelea y a la vez es muy elegante. Creo que es lo que estoy tratando de hacer con mi m¨²sica", dice. De padre cubano y madre puertorrique?a, Rubinos llega a Espa?a con una colecci¨®n de canciones que diseccionan la sociedad en la que vive y los personajes que la rodean. Todo a ritmo de?funk, R&B y un lejano aire punk. Y con una vehemencia l¨ªrica y vocal al alcance de pocas.
Conciertos
- 10 de noviembre Madrid: Sala Moby Dick (+Le Parody).
- 11 de noviembre Granada: Club Alhambra Reserva 1925 (sala BoomBoomRoom).
- 12 de noviembre Barcelona: Sidecar (+Crudo Pimento).
Ese felino negro que la artista vio en la noche redondea Black Terry Cat, un disco en el que se cuestiona su identidad y el concepto de lugar en el mundo. Rubinos hace preguntas que cortan: "?C¨®mo se deletrea 'chica negra enfadada'? /?Qu¨¦ es lo que le debes a la chica negra?". "Todav¨ªa estoy encontrando mi propio espacio y mi propio sentido de ser en los Estados Unidos. En el disco me hago preguntas acerca de c¨®mo me siento, de qui¨¦n soy yo", explica. "Cosas acerca de c¨®mo me siento en este pa¨ªs siendo latina pero tambi¨¦n americana".
Rubinos rehuye los encasillamientos. No es una artista pol¨ªtica pero admira a Nina Simone, una virtuosa comprometida socialmente. Su m¨²sica bebe de muchas fuentes: su herencia cultural, atravesada por la f¨¢bula y el cuento popular; contempor¨¢neos del hip-hop e ¨ªdolos adolescentes, como Mariah Carey. Por sus canciones tambi¨¦n se filtra el riesgo experimental de Bj?rk.
La vida que nos toca vivir o la vida que se nos asigna seg¨²n nuestra identidad es uno de los pensamientos que hilan su repertorio (Just Like I, See Them). "Cuando alguien ve mi nombre o me mira asume cosas que tal vez no son ciertas de lo que yo hago o de mi m¨²sica, y lo hace solamente porque no soy blanca con ojos claros y pelo liso. Ellos piensan que soy de alguna manera espec¨ªfica", se?ala la cantante, que en I Won¡¯t Say reflexiona sobre las caracter¨ªsticas f¨ªsicas de una mujer negra y las percepciones trilladas que abundan a su alrededor. O en Mexican Chef (canci¨®n que amplifica su significado tras la elecci¨®n de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos), una diatriba contra el trabajo alienante y malpagado que sustenta el pa¨ªs en el que habita. "Hablo de esas personas de color que trabajan en las ciudades y hacen posibles todos los servicios de los que disfrutamos en Am¨¦rica", apunta.
La cantante viaja junto a Marco Buccelli, bater¨ªa italiano coautor de Magic Trix, su primer ¨¢lbum, y dos m¨²sicos m¨¢s, guitarra y bajo. En esta gira muestra su vena m¨¢s interpretativa. "Me siento m¨¢s libre para explorar mi voz, el rollo de performance. Es nuevo para m¨ª tener tanto espacio y tanto tiempo para moverme, y todav¨ªa estoy viendo qu¨¦ hago con todo eso", dice. Rubinos ofrece una mezcla musical cautivadora, baila, juega con la f¨ªsica de sus canciones y se divierte en medio de la hondura de su mensaje: "Si a m¨ª no me gusta lo que estoy haciendo soy miserable. Es mejor hacer lo que me da la gana aunque no sea lo que esperan de m¨ª porque al final lo que tengo es mi m¨²sica".
Babelia
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