Fumito Ueda propone otro poema hecho videojuego
El creador lanza su aventura m¨¢s ambiciosa: 'The Last Guardian' El japon¨¦s es conocido por cuentos de hadas tecnol¨®gicos como 'Ico' y 'Shadow of Colossus'
El ni?o le llama. Grita, gesticula y le se?ala el camino. Se desga?ita, aunque sin resultados. Trico, impasible, le observa. Sus ojos enormes no muestran prisa. M¨¢s bien, estupor. ¡°?Qu¨¦ querr¨¢ este hombrecito de m¨ª?¡±, parece pensar el gigantesco animal. Pero el chico insiste, le necesita para avanzar. Y por fin logra convencer a su extra?o amigo. Entonces, se agarra a ¨¦l y la criatura despega. Sus plumas desaf¨ªan el viento, sus min¨²sculas alas tiemblan en el aire y Trico aterriza, ¨¢gil y sinuoso, varios metros m¨¢s arriba. El viaje de The Last Guardian contin¨²a.
As¨ª se titula la tercera y m¨¢s reciente creaci¨®n de Fumito Ueda (Tatsuno, 1970). Las anteriores, Ico y Shadow of Colossus, le ganaron un estatus envidiable: varios cr¨ªticos sostienen que dise?a ¡°videojuegos de autor¡±, que es capaz de mezclar poes¨ªa, arte, cuentos de hadas y tecnolog¨ªa. Sus seguidores aplauden las emociones que plasma en la pantalla y hay incluso tesis doctorales sobre su obra. Otros, eso s¨ª, responden con una argumentaci¨®n sencilla: sus juegos son aburridos. El caso es que ahora el japon¨¦s se mide con su reto m¨¢s ambicioso: The Last Guardian sale a la venta este mi¨¦rcoles 7 de diciembre para PlayStation 4 tras a?os de retrasos y secretismo. Y las primeras rese?as ya apuntan a otra obra de culto. "Cambiar¨¢ todo lo que sabes sobre los videojuegos", defiende, por ejemplo, la revista Time.
¡°Aspiro a que mis obras lleguen a un p¨²blico lo m¨¢s amplio posible. Por eso no me veo como un artista sino como un dise?ador de videojuegos. Eso s¨ª, me encantan las pel¨ªculas con un toque personal del director¡±, relata Fumito Ueda, en un hotel de Londres ¡ªadonde este peri¨®dico fue invitado por Sony¡ª. Lo cierto es que su sello es inconfundible. En la pantalla, hay mundos vastos y desoladores, donde una luz p¨¢lida y el silencio profundizan el desamparo. Por esas tierras olvidadas, inspiradas en los cuadros de Giorgio de Chirico, un protagonista viaja junto con un compa?ero de periplo al que el usuario aprende a amar y cuidar. En Ico, una princesa. En Shadow of Colossus, un caballo. Y en The Last Guardian, Trico.
A la caza de identidad
Fumito Ueda es uno de esos creadores que ayuda al videojuego a poder presumir de madurez. Aun as¨ª, el japon¨¦s se muestra preocupado por el momento que vive su sector: "Estoy muy feliz de que los videojuegos hayan llegado tan lejos. Pero siento que ahora muchos en lugar de investigar sus propias potencialidades exclusivas intentan tomar prestadas formas expresivas del cine y otros medios".
¡°Procuro fijarme en qu¨¦ pueden hacer solo los videojuegos. Y una de esas cosas es tener a un personaje controlado por ti y otro que maneje el programa, con una conexi¨®n que produzca v¨ªnculos emocionales. Es algo que pel¨ªculas y libros no pueden crear¡±, asevera Fumito Ueda. Por eso apuesta por aventuras compartidas. En The Last Guardian el usuario mueve a un ni?o y el juego controla a una gigantesca mezcla entre un p¨¢jaro, un perro y un gato. Ambos aparecen encerrados en una cueva: no se sabe c¨®mo acabaron all¨ª, pero se intuye que se necesitan mutuamente para volver a la libertad. A partir de ah¨ª, sus vidas se estrechan por la misma senda. Y Ueda reta al hombre a descubrir c¨®mo relacionarse con la bestia.
En el fondo, para el propio dise?ador represent¨® el desaf¨ªo principal. ¡°Si le pudieras dominar, Trico ser¨ªa solo una mascota. Pero si no lo controlaras en absoluto se convertir¨ªa en un obst¨¢culo¡±, ha explicado en varias ocasiones. De ese equilibrio, espera sacar una criatura adorable y los aplausos quiz¨¢s m¨¢s dif¨ªciles de su carrera. Porque The Last Guardian despert¨® un enorme inter¨¦s desde el primer momento en que se anunci¨®, pero ese d¨ªa pertenece a 2007. El desarrollo del juego vivi¨® una odisea parecida a la de sus protagonistas, que incluy¨® un cambio de plataforma (de PlayStation 3 a 4), continuos retrasos, el adi¨®s de Fumito Ueda a Sony ¡ªla distribuidora de esta y sus anteriores obras¡ª y su permanencia obligada al lado del producto, por contrato. El dise?ador asegura que tanto ¨¦l como la compa?¨ªa dudaron de si alguna vez The Last Guardian saldr¨ªa adelante.
Aun as¨ª, el creador reh¨²ye de cualquier pol¨¦mica. Est¨¢ ¡°agradecido¡± a Sony, la dej¨® ¡°por una crisis personal¡± y las razones del retraso son ¡°demasiadas como para explicarlas¡±. En general, las respuestas del japon¨¦s desprenden diplomacia. No suele conceder entrevistas y parece querer resolverlas con una f¨®rmula inversamente proporcional a la profundidad de sus juegos. Mientras habla, echa un ojo al ordenador que tiene ante ¨¦l; y lo mismo hace el traductor.
Tal vez el japon¨¦s busque otro atajo, como aquel que puso en marcha su carrera. Tan creativo como perezoso, Fumito Ueda escogi¨® estudiar arte conceptual. Le valdr¨ªa ¡ªpens¨®¡ª con juntar alg¨²n trabajo abstracto poco antes de la fecha de entrega y justificarlo con una interpretaci¨®n supuestamente compleja. A saber si su vaguer¨ªa sigue intacta, pero ahora sus creaciones ya no tienen nada de improvisado. Todo lo contrario. Primero, tal vez por su licenciatura, piensa en un concepto, una din¨¢mica de juego. Luego, alrededor, trata de dibujar una historia intrigante y conmovedora. Para ello, consulta, pregunta y pide ayuda a su peque?o equipo fiado. Las decisiones finales, eso s¨ª, siempre son suyas. Para sus juegos, es el ¨²ltimo guardi¨¢n.
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