Mose Allison (1927-2016): hurra por el blues de todos
Un recuerdo personal del incomparable compositor y pianista sure?o, influencia crucial en la m¨²sica del Siglo XX
1. Acaba de morir Mose Allison, genial compositor y m¨²sico de jazz, a los 89 a?os. Es el de la foto. Lo s¨¦: el primer golpe de vista nunca impresiona. Con la raya al lado segada a guada?a, el bigote tecn¨®crata y el jersey de jesuita, Mose siempre parece estar a punto de sellarte unos impresos. Por triplicado. Empiezan esos acordes de piano con tourette, se a?ade la voz nasal, da inicio una de esas letras sard¨®nicas, gozosas, llenas de palmeadas-de-espalda-ajena... Y no s¨¦ muy bien qu¨¦ imagen mental te haces de ¨¦l (?un cruce entre James Mason y Rahsaan Roland Kirk?) pero nunca concuerda con la de ese caballero modoso, pariente yanqui de Jos¨¦ Lu¨ªs L¨®pez V¨¢zquez.
2. A Mose le has escuchado antes, solo que nunca lo sabes. Mi primera vez fue a los catorce, en 1985, cuando compr¨¦ el Live at Leeds (1970) de The Who en casete y en mitad de aquella pompa versallesca son¨® algo llamado ¡°Young man blues¡±: violento, sincopado, directo. Y corto. Era una canci¨®n de Allison (Pete Townshend es tan fan suyo que casi entra en la categor¨ªa de groupie). Aunque no at¨¦ cabos entonces, al a?o topar¨ªa con The Yardbirds y The Misunderstood -dioses de mi adolescencia- versionando a Mose (¡°I¡¯m not talkin¡¯¡±). Bail¨¦ el ¡°Parchman Farm¡± v¨ªa Georgie Fame y tambi¨¦n por los Bluesbreakers de 1966 (con John Mayall y Eric Clapton), y en un rinconcito del Sandinista! de The Clash tropec¨¦ con el ¡°Look here¡±. Van Morrison (otro groupie) dice que tom¨® el ¡°Baby please don¡¯t go¡± de John Lee Hooker, pero la versi¨®n de Them se parece horrores a la de nuestro hombre. En resumidas cuentas: todos aquellos guijarros me los fue plantando el destino para que a los diecinueve yo escuchase al verdadero Allison (en el Mose Alive!, de 1965) y pusiese la cara de Fleming cuando vio que las bacterias cascaban con moho (?eh! ?that¡¯s funny!).
3. Voy a tratar de explicarles por qu¨¦ Mose Allison es especial. El pianista con look de maestro rural noruego naci¨® en realidad en Tippo, delta del Mississippi, en 1927. Mose dice de su infancia: ¡°En cierto modo, creo que posiblemente aprend¨ª todo lo que me motiva ahora antes de marcharme de Tippo, Mississippi. Puedo seleccionar actitudes que tengo ahora y seguir su origen hasta llegar a mi infancia. Creo que hay una continuidad en ello, y quiz¨¢s ya lo tienes todo antes de empezar¡±. Una frase que podr¨ªa haber sido sacada del Una infancia de Harry Crews.
Porque Mose es m¨¢s de campo que un tractor. La primera educaci¨®n del peque?o Allison fue el blues, y su primera identificaci¨®n fue con los negros que trabajaban las cosechas. Porque ¨¦l, ya se habr¨¢n dado cuenta, no es negro por fuera, pero s¨ª por dentro. Cuando a finales de los a?os 50 empez¨® a ir de gira con el Mose Allison Trio mucha gente le manifestaba su sorpresa porque ¡°pensaban que era negro¡±. La respuesta favorita de Allison era: ¡°yo tambi¨¦n lo pensaba¡±.
Mose Allison agarr¨® atributos del country blues (iron¨ªa, ritmo card¨ªaco, aforismos y alegor¨ªas a destajo, lenguaje simple, sinceridad, desdramatizaci¨®n vital) y los mezcl¨® con la variedad tonal y la libertad estil¨ªstica del jazz. Lo urbanita. El propio Allison declar¨® que, en su adolescencia, se hab¨ªa vuelto ¡°un fan¨¢tico del bebop; el bebop era mi cruzada¡±. Si unimos blues y bop, y le a?adimos el humor negro que es inherente al primero (y, por extensi¨®n, a la cultura negra del Delta), nos acercaremos bastante a lo que es su estilo: fuerza emocional, parquedad de palabras y notas (¡°voy a por la econom¨ªa y la concisi¨®n¡±, afirmaba). Dialecto y jerga a chorro y una conexi¨®n indispensable con la raza humana.
Allison, ahora que hablamos de ello, ha declarado m¨¢s de una vez su deuda con escritores como Kurt Vonnegut o Kenneth Patchen, ambos conocidos por su esp¨ªritu humanista. Una de mis frases favoritas de Mose suena, de hecho, 100% Vonnegut: ¡°Intento hacerlo lo mejor que puedo con lo que tengo, e intento que lo que hago signifique algo sin necesidad de ponerme pomposo. Quiero pensar que si analizas mis canciones, sacaras algo de ellas adem¨¢s del swing que est¨¢ en la superficie. Mucha gente (...) me dice que las canciones poseen algo terap¨¦utico, y que les han ayudado en los malos momentos. Y eso es el efecto que tienen tambi¨¦n para m¨ª. Toco para mi audiencia tocando para m¨ª. No soy tan distinto de ellos. Si la canci¨®n significa algo para m¨ª, el hecho de que yo sea como el resto de la gente provocar¨¢ que esa canci¨®n signifique algo para los dem¨¢s¡± (las cursivas son m¨ªas). Los Pixies condensar¨ªan esa filosof¨ªa en la frase ¡°hurra por el blues de todos¡±, de ¡°Allison¡±, su homenaje velado al artista.
4. Mose Allison no era un m¨²sico gandul, precisamente. Sac¨® decenas de discos. Mi teor¨ªa (demostrable emp¨ªricamente) es que Allison se fue pop-izando seg¨²n progresaba su carrera, y eso para algunos ser¨¢ bueno y para otros una calamidad. Para m¨ª es ideal, porque no soy jazzero-con-pipa-y-perilla, y Allison me agrada m¨¢s cuanto m¨¢s tarareable y sandunguero se pone. A grandes rasgos, la etapa Prestige es m¨¢s jazz, y la de Atlantic m¨¢s pop. El v¨®rtice de cambio podr¨ªa situarse en The transfiguration of Hiram Brown (Prestige, 1960), que incluye un ¡°Baby please don¡¯t go¡± que le salta a uno los zapatos. Por cierto, que ese es otro talento crucial de Allison: tomar canciones de otros y mose-izarlas de tal modo que sean recordadas como suyas. Es el caso de ¡°Seventh son¡±, por ejemplo, que era de Willie Dixon pero a algunos dej¨® de importarnos del todo tras escuchar la de Mose.
Si yo tuviese que recomendar un punto de entrada a su mundo, ser¨ªa I love the life I live (Columbia, 1960), que Vinil¨ªssimo reedit¨® en Espa?a hace nada, y que condensa a la perfecci¨®n todas las cualidades del m¨²sico, as¨ª como algunas de sus mejores versiones: ¡°Fool¡¯s Paradise¡±, ¡°You¡¯re a sweetheart¡±, ¡°I ain¡¯t got nobody¡±, el dicharachero himno a la vida ¡°I love the life I live¡±. Mi favorito personal, por otro lado, es Mose Alive! (Atlantic 1965), que fue el primero que escuch¨¦ y al que profeso un inmenso cari?o. All¨ª top¨¦ por primera vez con ¡°I¡¯m Smashed¡±, un himno allisonita. La canci¨®n va de un tema cl¨¢sico Mose: el ¡°estoy hundido pero no acabado¡±. Es a la vez confesi¨®n de debilidades, derrotas, puntos flacos, y promesa de superaci¨®n. Es un ¡°la he cagado¡±, y al mismo tiempo un ¡°pero esto no se termina aqu¨ª¡±. Tiene pathos y emoci¨®n y humor y esperanza, encapsulados en tres minutos de beat y chasqueo de dedos. Para m¨ª, eso se acerca mucho a la definici¨®n de perfecci¨®n pop.
D¨®nde poner el punto final es algo m¨¢s peliagudo. Yo, que soy de esp¨ªritu m¨¢s bien totalitario (en m¨²sica popular), me despido en el ¨²ltimo disco de Atlantic, Your mind is on vacation (1976), pero una buena parte del mundo catapult¨® Tell me something: the songs of Mose Allison, que nuestro hombre grab¨® en 1996 con tres de sus mayores fans (Georgie Fame, Ben Sidran y Van ¡°The Man¡± Morrison), al #1 de las listas jazz mundiales. Y yo no soy qui¨¦n para llevarle la contraria a toda esa gente.
5. Casi olvido una de las mayores particularidades de Mose Allison, y la que desde luego suele impactar al escucharle por primera vez: Alison masculla. Est¨¢n avisados. Lo que se debi¨® a un error por parte de Columbia (dejar el micro abierto durante los solos instrumentales) se convirti¨® desde 1959 en adelante en un nuevo factor de adorabilidad e idiosincrasia moseana. S¨ª: Mose gru?e al tocar, habla para s¨ª mismo, tararea y sigue el ritmo con onomatopeyas. Glenn Gould hac¨ªa algo parecido, aparentemente, y desde luego no era intencionado en ninguno de los dos m¨²sicos. Encaja con el esp¨ªritu relajado y cercano de Mose. Con ese halo de naturalidad calmosa sure?a que es parte fundamental de su encanto. Un encanto imperecedero que hoy, habiendo pasado solo un d¨ªa desde su (pl¨¢cida) muerte, les invito a comprobar.
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