El fin de las utop¨ªas
Jos¨¦ Andr¨¦s Rojo entrega, con 'Camino a Trinidad', una primera novela sobre el fin de las utop¨ªas personales y colectivas
Hay un narrador en la primera novela de Jos¨¦ Andr¨¦s Rojo, Camino a Trinidad, que de alguna manera nos representa y nos interpela. Es el narrador que no solo nos conduce por una parte crucial de su vida, tambi¨¦n lo hace por nuestra propia historia contempor¨¢nea. Nuestra historia son muchas historias que a veces, desde Europa, ignoramos. Incluso lo que ocurri¨® en la misma luctuosa Europa. Escribo esto porque es de lo que nos habla, si mucho no me equivoco, Jos¨¦ Andr¨¦s Rojo, periodista de EL PA?S. De c¨®mo encajar una experiencia hist¨®rica (desde la experiencia privada) en otra lejana en el tiempo y en el espacio, pero no en el imaginario cultural que nos aliment¨® y todav¨ªa lo sigue haciendo como un milagro o una adicci¨®n del intelecto.
Camino a Trinidad es la historia de una investigaci¨®n personal y colectiva, poniendo el acento en su entrelazamiento inevitable. El narrador de esta historia regresa a Bolivia, donde naci¨® y desde donde parti¨® a Espa?a con 13 a?os. En 1977, de regreso a Bolivia, el narrador ensaya con unos amigos de colegio un intento de conato revolucionario, marchando hacia Trinidad. Todo queda en nada, con solo dos v¨ªctimas. Un amigo del grupo que se suicida y otro que desaparece en extra?as causas nunca aclaradas. El narrador relata su b¨²squeda de respuestas en el ¨¢mbito familiar y social. Todos los personajes de esta novela, desde el entra?able t¨ªo Pepe (ese periodista al que en el seno de su familia se lo humilla comprando el diario no en el que escribe sino en el de la competencia), pasando por la abuela materna del narrador y llegando hasta los ¨²ltimos testigos de la antigua peripecia revolucionaria fallida, todos ellos son voces de un relato hist¨®rico que solo conocemos, los lectores, en trozos dispersos. J. Andr¨¦s Rojo pone orden a ese relato. Y, sobre todo, sentido. Desde la guerra del Pac¨ªfico, entre Chile y Per¨² y donde Bolivia pierde su salida al mar, en el ¨²ltimo cuarto del siglo XIX, hasta ese aire de atm¨®sfera hist¨®rica y filos¨®fica que rezuma el relato de nuestro narrador cuando rememora la locura de Nietzsche y sus amores imposibles con esa veintea?era rusa llamada Lou Andrea Salom¨¦, todo ello son piezas de un puzle que el narrador necesita tener resuelto para seguir en paz consigo mismo y con su tiempo. Y una necesidad imperiosa de mantenerse l¨²cido a la hora de analizar, de hacer balance, de resituarse, de seguir viviendo sabiendo que se seguir¨¢n cometiendo errores hist¨®ricos, como si la historia no sirviera para nada.
He le¨ªdo Camino a Trinidad con la sospecha desde sus primeras p¨¢ginas de que es una novela importante. Cuando el narrador relata las vicisitudes fronterizas entre Chile, Per¨² y Bolivia, me parec¨ªa estar leyendo las mismas disputas que afectaron tan tr¨¢gicamente a los pa¨ªses de Europa Oriental durante la primera mitad del siglo XX. Camino de Trinidad es una novela extra?a en el contexto de la novela espa?ola de nuestros d¨ªas. Una novela, escrita en una lengua literaria impecable, sobre el fin de las utop¨ªas personales y colectivas.
Camino de Trinidad. Jos¨¦ Andr¨¦s Rojo. Pre-Textos, 2016. 212 p¨¢ginas. 20 euros
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